Encurtido en el tiempo
Sinopsis de la película
Herschel es un inmigrante que se muda a Estados Unidos en 1920 con la esperanza de iniciar una vida mejor con su familia. Un día cae accidentalmente en una cuba de pepinillo y se queda en salmuera durante 100 años, despertando luego en perfectas condiciones en la moderna Brooklyn. La cosa se complica cuando descubre que el único miembro de su familia con vida es su bisnieto, con el que tiene muy poco en común.
Estreno en USA (HBO Max): 06 de agosto 2020.
Detalles de la película
- Titulo Original: An American Pickle
- Año: 2020
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
4.7
24 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adam Ratcliffe
- Al Nazemian
- Alexandre Chen
- Alyse Barker
- Amy Lyn Elliott
- Amy Marsalis
- Brian Nahas
- Charles Rogers
- Chuck Filipov
- David Lee Denny Jr.
- David Mattey
- Efka Kvaraciejus
- Eliot Glazer
- Estes Tarver
- Geoffrey Cantor
- Gregory Bromfield
- Ian Poake
- J Michael Grey
- Jeff Daniel Phillips
- Jessica Proia
- Joanna Adler
- John Walpole
- Johnna Leary
- Jon Donahue
- Jorma Taccone
- Jos Laniado
- Joseph Cannon
- Julie Mun
- Kevin ORourke
- Kristin Cochell
- Maya Erskine
- Mike Ancas
- Nick Arapoglou
- Patricia McBride
- Sarah Snook
- Sean Whalen
- Seth Rogen
- Stephen C. Poland
- Tiffany Sander McKenzie
- Tony Amen
- Trenton Hudson
Adaptación de Simon Rich de un relato corto, un tanto extraña, no porque no se entienda sino porque no se sabe exactamente a dónde quiere llegar, cuál es su objetivo final. O así me pareció.
Es muy irregular, siendo lo mejor, sin duda, el primer tercio, aquél donde vemos la vida del protagonista en su tierra natal, cómo conoce a su enamorada y el viaje a Los Estados Unidos en busca de una nueva vida.
Sin embargo, la película poquito a poco va bajando en interés, aunque con algunas escenas y momentos todavía jocosos, como los que tienen que ver con los esclavos , o sea se, los becarios, o el poder tenebroso de Twitter.
Sucede que, a propósito, el personaje del bisnieto es francamente antipático y esto hace que no tengamos ninguna empatía para con él pese a que vislumbremos que en el fondo es un buen chico, pero saca de quicio.
Un film interesante pero muy irregular, con muy buenas ideas, técnicamente estimable pero que acaba por no convencer.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
Listo querido Seth. Encontrale la vuelta a tu carrera porque dejaste de ser gracioso. Sería una pena que empieces a ser un humorista patético, con lo que nos hiciste divertir. En ésta película en particular nos aburre de una manera sobrenatural. a veces parece que va a ser una crítica social, pero se queda a mitad de camino. A veces recurren a la ridiculez de querer emocionarnos mediante el afecto por la familia. Nada dá resultado. Y estamos solamente esperando que termine la película. No se entiende para qué hace dos papeles..no podían poner a otro actor o era mucha vuelta al guión?? A mi entender por éste lado no va la cosa. Película olvidable y para dejarla pasar.
Seth Rogen es un actor, cómico, guionista, director y productor (creo que todavía me dejo algo…) que me causa bastante simpatía. Es uno de los responsables de la comedia de culto Supersalidos (Superbad), además de colaborar en comedias tan desternillantes como Malditos Vecinos (Neighbours) y su secuela, o en la genial Virgen a los 40 (donde por cierto, le conocí), aparte de su faceta de director con cintas tan estimables como Juerga hasta el fin (This is the end) o The interview.
Pues su nuevo proyecto como actor y productor (nada más) es una película exclusiva para la nueva plataforma de HBO Max, y de la cual tuve interés desde el principio, ya que aparte de su protagonista se nos cuenta la historia de Herschel, un hombre que ha pasado durmiendo durante cien años y que despierta en la actualidad, yéndose a vivir con su único pariente vivo, su bisnieto Ben, con el que, obviamente, nada tiene en común.
A pesar de su atractiva premisa, la verdad es que la originalidad brilla por su ausencia, ya que ya se han hecho cosas similares con anterioridad, pero aún así me llamaba bastante la propuesta, con mis expectativas únicamente depositadas en pasar un buen rato y poco más. Desafortunadamente, estamos ante un film atípico, extraño y fallido, que aunque está plagado de buenas intenciones, se queda en tierra de nadie.
Y es que se nota demasiado que es la adaptación de un relato corto, porque la premisa quizás de para media hora (de hecho, a partir de ese momento es cuando la película se derrumba), a modo de corto, ya que la escasa hora y media que dura la película se hace excesiva, cuando no debería ser el caso. Se agradece la crítica mordaz a las redes sociales y a la corrección política, pero apenas dedican minutos a ese interesante punto, siendo una película que quiere tocar demasiados palos pero sin profundizar especialmente en ninguno en concreto.
Cierto es que la parte emotiva está más o menos lograda, y también es digno de elogio que no hayan metido con calzador subtramas románticas o de ningún tipo, que no hubiesen hecho más que alargar la propuesta, ya que los responsables tienen muy claro sus objetivos iniciales y van directamente al meollo de la cuestión, aunque es una pena que dediquen tan poco tiempo al pasado del protagonista, ya que su emotivo y simpático prólogo es lo mejor de la cinta.
Técnicamente no se puede reprochar nada al film (el director es casi un debutante), pero tampoco nada digno de mención, siendo un trabajo tan convincente y correcto como del montón, aunque no creo que nadie esperase mucho más de una comedia de este estilo.
En cuanto a Seth Rogen, es claramente de lo mejor de la película, pero más en su vertiente de hombre del pasado (con un genial acento), que no en su contrapunto moderno, en una interpretación más comedida e insulsa (por no decir perezosa), aunque se agradece el esfuerzo del cómico por ofrecer dos personajes distintos, y lo consigue. Con otro actor menos entregado y querido podríamos estar hablando de un producto rozando lo mediocre.
Y bueno, finalmente estamos ante una comedia que se deja ver pero que se olvida rápidamente, siendo un producto que podría haber dado más de si, y donde se nota que no tenían las ideas muy claras (a la media hora todo se desmadra demasiado), ya que quiere indagar en demasiados temas, siendo al final una cinta del montón donde poco se puede rascar. Una pena.
Más críticas: ocioworld.net
La sinopsis es más divertida que la película, pero lo cierto es que Brandon Trost mantiene el tipo gracias, también, a una duración generosa. Seth Rogen por partida doble lleva el peso interpretativo de una película que entra dentro de esos films que empiezan muy bien y no acaban de saber cómo mantener el ritmo. Una idea que escrita suena mejor que ejecutada, pero que en este caso acaba mereciendo la pena.
Eché en falta una conclusión más contundente. Se dejan determinados campos abiertos. Por lo demás, digamos que sale mejor de lo que cabía esperar.
An American Pickle (2020) es una comedia producida y protagonizada por Seth Rogen, en la que un obrero inmigrante del siglo XIX realiza un particular viaje en el tiempo hasta la actualidad en Brooklyn, New York. Presenta un buen comienzo y cierta gracia en el desarrollo pero pierde el rumbo en el desenlace.
Por Nicolás Bianchi
El cine ha mostrado muchas maneras de viajar en el tiempo. A través de misteriosas cuevas, autos fantásticos, naves espaciales o portales misteriosos. Es probable que Herschel Greenbaum (Seth Rogen), un obrero del siglo XIX, sea el primer personaje que lo hace al quedar conservado por más de un siglo en un barril de madera que se utilizaba para fabricar pickles de pepino.
An American Pickle, dirigida por Brandon Trost, comienza con una secuencia filmada con una imagen cuadrada, para dar una idea de pasado, que transcurre en el siglo XIX. Herschel y Sarah (Sarah Snook, la hermana de la serie Succession) son dos campesinos polacos que contraen matrimonio justo antes de una invasión de cosacos rusos que destruye el pueblo en donde viven, situación que los lleva a inmigrar a Estados Unidos. Allí, él consigue trabajo en una fábrica de pickles como cazador de ratas, el eslabón más bajo la cadena. En cumplimiento de su tarea cae por accidente en un gran barril de madera que justó está por cerrarse ya que la fábrica será clausurada. Allí queda Herschel por más de cien años, conservado perfectamente por la salmuera que embebe a los pepinos.
Visualmente tanto la secuencia del siglo XIX como la transición, en una escena que para dar el mayor contraste posible abre con un dron manejado por unos chicos que juegan fuera de la fábrica abandonada, están muy bien logradas. Rápidamente la película ubica a Herschel en un departamento junto a su primo Ben, también interpretado por Rogen, en la New York actual (pre pandemia, claro está). El ahorro de las escenas del personaje caminando por la calle y cómo toma el primer contacto con la sociedad actual es fructífero y ágil. Directamente, Herschel se encuentra rodeado de científicos y frente a un grupo de periodistas en una conferencia de prensa. Luego en un hospital donde le hacen un chequeo general se encuentra con quien sería su bisnieto, casualmente de la misma edad que él.
El contraste entre ambos personajes se da primero por el aspecto. Por más que estén interpretados por el mismo actor, se visten y hablan de distinta manera. Herschel tiene acento polaco, una tupida barba y conserva las vestimentas decimonónicas mientras que Ben se afeita, usa el pelo corto y se viste informalmente, con prendas propias de su tiempo. La fuente de los primeros chistes en el presente de la película se dan por la personalidad de Herschel, rústico y propenso a resolver los problemas con violencia, mientras que Ben tiene una sensibilidad más acorde a la clase media alta progresista de New York. De hecho trabaja como desarrollador de una aplicación que mide la honestidad de las empresas privadas y las rankea según su respeto al ambiente, las leyes laborales y demás cuestiones.
La fuente de gran parte de los chistes es, como suele suceder en los relatos con viajeros en el tiempo de este tipo, mediante el resaltado, no de la conducta de Herschel, sino de la población actual de New York. Entonces, los consumidores actuales son retratados como snobs superficiales que se acercan al hombre del siglo XIX porque les parece ‘distinto’ o ‘cool’, las reacciones violentas y discriminatorias hacia mujeres, homosexuales y demás colectivos del personaje se encuadran perfectamente dentro de las conductas aceptadas o impulsadas por los nuevos grupos de derecha y las redes sociales sirven para generar olas de apoyo o repudio con igual intensidad. De fondo lo que se juega es la relación entre Ben y Herschel, que más allá de su vínculo real, funcionan como amigos o hermanos.
La secuencia de época inicial y las tomas posteriores de la ciudad están muy bien logradas. Por momentos la película logra mantener la gracia y el interés en una situación primero de amistad y luego de confrontación entre los personajes que escala con el correr de las escenas. También hay destellos de profundidad, como cuando Herschel, judío practicante, le pregunta a Ben, ante el desinterés de él por ir al cementerio, cómo lidian las personas en la actualidad con el dolor que les produce la pérdida de sus seres queridos. La interrogación, hecha con cierta ingenuidad y ternura, descoloca al personaje.
Pero el guión no busca profundizar en esa u otra dirección sino que provee de una serie de giros excesivos a la trama con demasiados encuentros y desencuentros entre los personajes. El efecto logrado al final es el de la pérdida de interés por el destino de los Greenbaum. Cuando en el final se quiere retomar el hilo que abreva en la importancia de la constitución de la familia ya es tarde. Las vueltas de An American Pickle producen, en definitiva, cierto mareo y confusión innecesaria para una historia que necesitaba de mayor simpleza.