En un patio de París
Sinopsis de la película
Antoine es un músico de 40 años que de pronto decide abandonar su carrera. Tras deambular sin rumbo durante varios días, lo contratan para que se encargue del mantenimiento de un edificio de pisos. Mathilde, una jubilada que acaba de mudarse, descubre una grieta en la pared del salón y es víctima del pánico. Poco a poco nace una amistad torpe, aunque sólida, entre Antoine y Mathilde.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dans la cour (In the Courtyard)
- Año: 2014
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
5.6
85 valoraciones en total
Los tejemanejes y los trapos sucios de una comunidad de vecinos te pueden arrancar un par de risas ( y una lágrima fácil ) cuando los que la ocupan no caen en las exageraciones de los tics ni la caricatura televisiva .
Lo nuevo de Catherine Denueve no intenta reinventar el cine , pero tampoco es la comedia generacional de relleno que te venden en los trailers.
Entretenida y tierna .
La combinación de drama y comedia a veces puede convertirse en un terreno demasiado pantanoso en el cine. La cuestión de si buscar la paridad entre ambos géneros o decantarse por uno a sabiendas de que esto puede provocar decepción e incluso indefinición tiene difícil respuesta. Parece que no es el caso de En un patio de París, última película del realizador francés Pierre Salvadori, que demuestra perfectamente en qué casos una obra cinematográfica tiene bastante claro lo que tiene que ofrecer sin temor a caer en el absurdo o la liviandad… Al menos hasta que el propio director y guionista planea traicionarse a sí mismo.
La trama se plantea de manera bastante clara: Antoine es un cantante de mediana edad que está cansado de la música y decide dar un giro a su vida. En la oficina de empleo le ofrecen un interesante trabajo como portero en una urbanización. Mathilde, la ya anciana presidenta de la comunidad, desoye a su marido y pese a la inexperiencia de Antoine decide contratarle porque le da seguridad. Cosa lógica, si tenemos en cuenta que el nuevo portero de la finca es un buenazo en toda regla. Éste es su principal defecto, pero no el único: también tiene una desafortunada adicción a las drogas.
La historia ya tiene de por sí un tinte algo cómico, que pronto se torna en algo todavía más evidente. La aparición de diversos individuos bastante peculiares, típicamente franceses, le dan un punto bastante divertido a la película. El personaje de Mathilde, interpretado por la veterana Catherine Deneuve, abre una subtrama con cierta gracia, que alcanza su punto más álgido con una disparatada pega de carteles y sus inmediatas consecuencias. También es muy gracioso el personaje de ese vecino pesado, sobre todo cuando en una escena determinada pega un giro hacia a lo absurdo que inevitablemente provoca la carcajada.
Pero de golpe y porrazo, todo esto se viene abajo. Ojalá nos estuviéramos refiriendo aquí al fundido en negro, ya que si bien nos quedaríamos con una película coja y falta de desenlace apropiado, el regusto final sería de diversión y esparcimiento. Sin embargo, Salvadori no era de la misma opinión. Durante el último cuarto de película, pega un giro hacia lo dramático que asusta, por inesperado y porque no pega nada con el tono general del filme. Al final, En un patio de París acaba siendo una especie de mezcolanza que aúna un telón de fondo dramático cubierto durante buena parte del metraje de un tono cómico con ciertos devaneos bastante graciosos, pero al final las risas desaparecen y nos queda un dramón en toda regla.
Este cambio de escenario no resulta tan gris como innecesario, en cualquier caso, ya que aceptando el volantazo en materia de guión nos queda un desenlace final que tampoco peca de ser mediocre, puesto que al fin y al cabo puede resultar hasta lógico teniendo en cuenta la evolución de los distintos personajes a lo largo de la película. Pero aun dando por bueno este final, es imposible calificar a En un patio de París como una película absolutamente redonda, ya que da la sensación de poca uniformidad en su conjunto. Buen planteamiento de la historia, gran trabajo a la hora de diseñar a los diferentes personajes (también gratamente interpretados, mención especial a Gustave de Kervern además de Deneuve), gags muy conseguidos, pero toda película siempre afronta una nueva reválida con su desenlace, y en este caso no podemos calificarlo de satisfactorio toda vez que supone un cambio de ritmo demasiado brusco, por muy realista que intente ser el final. Película para ver con la mente abierta, por tanto, y sin dejarse imbuir por el sentido cómico que desprenda durante su primera hora y cuarto de filme. Otra cosa es que eso sea posible, claro.
Álvaro Casanova – @Alvcasanova
Crítica para http://www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Aburrimiento sin paliativos. Ni una sola situación divertida, ni un diálogo ingenioso. El protagonista más inexpresivo y aburrido que hayan visto los tiempos. ¿Y por qué habría que reír si en definitiva es un drama morrocotudo, o pretende serlo? Pues porqué nada parece conducir a ese final dramático, mientras la cinta discurre por una sucesión de situaciones banales, ninguna de las cuales se resuelve de forma medianamente ingeniosa.
Si tienen algo más interesante que hacer, no vayan. Y si no lo tienen, tampoco.
En un patio de Paris/Dans le cour
Gustave de Kervern es un músico de edad, desaliñado que un día empieza a recorrer París hasta que encuentra trabajo y droga en la escalera donde vive Catherine Deneuve, que lee el periódico a un ciego diariamente. Abandonado estos dos grandes actores a su suerte en lo concerniente a la narración el bien trabajado guión desarrolla una Rue del Percebe o las chicas de la sexta planta parisina, en manos de Pierre Salvadori, (Blanco disparatado, Usted primero, Los aprendices) recordando en algo Delicatessen y con personajes como el sectario vendedor de libros y folletos con perro odiado por el vecindario y el de bicicletas viejas. Demasiados personajes para ser observados con pasión y todo este mundillo se va volviendo gris y encapotado como el cielo de la ciudad del Sena, no sin una cierta capa de enigma. Solo cuando elegimos nuestros protagonistas preferidos interesa y disfrutamos mas del producto. Feodor Arkine y Pio Marmai ofrecen duelos interpretativos de altura, jubilados obsesionados en hacer sociología en el barrio en un intento de revolución de Bastilla. En el film como en el edificio aparecen grietas que le hacen perder fuerza en algunos momentos.
Con dulzura y sin golpes bajos , incluso más , en tono de comedia , transcurre este excelente ensayo sobre un tema áspero si los hay como la depresión o el suicidio. Vaya contraste! y sin embargo bien logrado.
Antonio se encuentra un día con las manos vacías , existencialmente hablando . Nada lo entusiasma , ni su profesión de músico , ni su mujer , que lo ama ( que no es poco).
Entonces decide jugar una última carta , contratarse en un actividad más automática, es evidente que no quiere pensar, por que pensar es angustiarse. ( Eckart ha dicho el hombre es un dios cuando sueña pero un mendigo cuando piensa).
Todo el film cabe en un edificio discreto de París y sus alrededores, como brillante síntesis de la sociedad urbana.( Fantástico)
Como contrapunto de Antonio Deneuve es una mujer clase media de mediana edad – la redundancia es exprofeso- fóbica en extremo. crece entre ellos una gran simpatía y complicidad.
Finalmente, como en un drama griego , Antonio se ofrecerá, sin proponérselo y sin saberlo , como víctima propiciatoria salvando a Deneuve.
Nos vamos del cine con una lágrima y una sonrisa todo a la vez.