En realidad, nunca estuviste aquí
Sinopsis de la película
Joe (Joaquin Phoenix), ex marine y antiguo veterano de guerra, es un tipo solitario que dedica su tiempo a intentar salvar a mujeres que son explotadas sexualmente. No se permite ni amigos ni amantes y se gana la vida rescatando jóvenes de las garras de los tratantes de blancas. Un día recibe la llamada de un político porque su hija ha sido secuestrada.
Detalles de la película
- Titulo Original: You Were Never Really Here
- Año: 2017
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
5.9
62 valoraciones en total
En realidad, nunca estuviste aquí es un ejercicio de cine físico. Ramsay parte de la figura del antihéroe para sumir al espectador en una atmósfera turbia, liberada de dobles lecturas. Importa únicamente el cine en su versión más primitiva. Producir sensaciones, aunque una de ellas pueda ser el rechazo más absoluto. La cineasta construye un entorno nocturno, con música electrónica amenazante y una puesta en escena estilizada que juega a mostrar la violencia en toda su explicitud o bien a dejarla fuera de plano, creando en todas sus arbitrariedades un constante desasosiego. Ese vaivén también describe el devenir errático de su protagonista, un Joaquin Phoenix taciturno, psicario traumado, todo corporeidad. Por el camino, los sonidos de fondo se funden con los ruidos urbanos, el neón colisiona con la luz solar, los planos fijos se combinan con largos travellings, las filmaciones en blanco y negro de cámaras de vigilancia se yuxtaponen con escenas sin artificios, lo real convive con lo onírico, y su nómina de primeros planos va construyendo una poesía feísta muy personal a base de mamporrazos, gotas que caen al ralentí y sombras reflejadas en espejos. Imposible no evocar a Scorsese y a Winding Refn, el sustrato del cine negro, incluso otros títulos que discurren en los márgenes como el Ghost Dog de Jarmusch. También darse cuenta que Ramsay, para bien o para mal, no se parece a nadie. Un ejercicio de estilo, formalista y por lo tanto cuestionable, que tras toda su pirotecnia esconde una historia fatalista, de resignación ante una existencia adversa, de dejarse llevar, de morir. De existir, como predica su título, estando en verdad ausente. Un film-experiencia con un personaje-símbolo que, con el permiso de la ira de unos y el entusiasmo de otros, puede convertirse en uno de los hitos cinéticos y cinematográficos de la modernidad.
@CinoscaRarities http://cachecine.blogspot.com
Lynne Ramsay explora en En realidad, nunca estuviste aquí los temas del abuso, la violencia, el trauma y la corrupción inherentes a una poderosa élite de la sociedad, y rediseña la narración y la trama de la novela negra de Jonathan Ames con su característico estilo, sin disminuir ni un ápice su brutal impacto. Asimismo, la habilidad cinematográfica de la directora consigue elevar a la máxima exponencia un producto que en otras manos hubiera sido una simple y convencional película de venganza. La película se siente tan osada y valiente como lo fue hace más de 40 años Taxi Driver (Martin Scorsese), con la que comparte muchas similitudes narrativas.
Joe (Joaquin Phoenix) es un veterano de guerra y un ex agente del FBI, que ahora se gana la vida como ayudante de un detective privado (John Doman). Su especialidad es liberar a jóvenes secuestradas y explotadas sexualmente. Al comienzo de la película, limpia la sangre de su arma favorita, un martillo, y recoge el dinero tras el éxito de una misión. Luego vemos como se va a casa, donde vive con su anciana y enferma madre (Judith Roberts) a la que cuida, para curarse las heridas. Está lleno de heridas. Su enorme cuerpo está cubierto de cicatrices y nunca sabremos de donde vienen.
Joe todavía tiene problemas con su pasado, lo que significa que regularmente tiene fuertes recuerdos sobre su juventud y su tiempo en el ejército. En realidad, nunca estuviste aquí, nos permite una y otra vez, mediante recuerdos breves y nítidos, observar una infancia llena de violencia y abuso, además de otros momentos traumáticos en el ejército y el FBI. Joe tiene una anciana madre, frágil y adorable, en Queens, con quien vive en una especie de simbiosis. Los flashbacks a lo largo de la película indican que ambos sufrieron la presencia de un padre violento.
Cuando contratan a Joe para salvar a una niña, hija de un senador, de un burdel, lo vemos de nuevo en acción, con sus herramientas habituales, una gran cantidad de cinta adhesiva y un martillo, sin embargo, esta vez, su mundo se pone patas arriba y ya no parece estar a salvo.
Nuestro antihéroe no ha tenido una vida fácil, está traumatizado, deambula por su vida como si fuera un zombi. Se nos presenta como dice el título de la película, como si en realidad nunca hubiese estado aquí, busca el dolor y la emoción para sentir de vez en cuando algo, por lo que su trabajo es el adecuado para ello. Lynne Ramsey escenifica literalmente a Joe como un fantasma.
Joe lucha no solo con sus adversarios externos, sino también con sus demonios internos. Este es un arquetipo tan antiguo como el cine en sí, en cambio, la espectacular caracterización e interpretación de un Joaquin Phoenix apenas reconocible da una dimensión completamente nueva. Su espesa y descuidada barba blanca, su desaliñado y sucio pelo largo, y un voluminoso y enorme cuerpo cubierto de profundas y gruesas cicatrices hablan por sí mismos. La cámara con frecuencia recorre y rastrea su cuerpo para mostrarnos estas cicatrices.
Un cuerpo muy diferente al Joe de la novela, el cual no está gordo, se conserva en buena forma física, tiene el pelo corto…., sin embargo, Joaquin Phoenix consigue dar forma a su modo a un personaje que sentimos como se ahoga en un duro pasado, cruel, probablemente conflictivo ligado a una situación familiar difícil y compleja. Phoenix logra transmitir de forma magistral la interioridad devastada de su personaje traumatizado por el pasado, a través de pura fisicidad, de un semblante devastado y un comportamiento desmedido.
El resultado final es excepcional al combinar brillantemente la delicadeza con la vehemencia. En unas ocasiones se muestra tierno en otras bárbaro, lo que convierte a Joe en un hombre virtuoso cuya incapacidad para evitar la victimización de las mujeres, primero en casa y luego en sus diferentes profesiones, lo ha llevado al borde de la locura. En realidad, nunca estuviste aquí descansa sobre los voluminosos hombros de Joaquin Phoenix, ofreciendo una descomunal actuación, posiblemente la mejor de lo que lleva de carrera.
La violencia es la protagonista de En realidad, nunca estuviste aquí, sin embargo, la mayoría de las veces está fuera de campo, es decir, descubrimos las consecuencias de los brutales y espeluznantes actos de Joe, los cadáveres magullados y sangrientos pero sin mostrar los asesinatos de una manera explícita. Las elecciones estéticas y el ingenio visual de Lynne Ramsey consigue que la representación de la violencia se diferencie claramente de otras películas de este género.
No es una película donde todo lo que se narra sea fácil de digerir, no todo se explica de forma detallada y Lynne Ramsay deja que el espectador interprete multitud de imágenes del pasado de Joe salpicadas a lo largo del metraje a modo de flashbacks. Estamos en un mundo de pesadilla lleno de flashbacks y alucinaciones, con incluso interpretaciones alternativas de lo que está sucediendo, en el que el personaje de Joe creado por Jonathan Ames camina por una historia sin estar presente en ella. Este concepto lo refleja perfectamente Lynne Ramsay en En realidad, nunca estuviste aquí dejando claro a los espectadores que nunca podemos confiar en lo que vemos, sino las emociones que evocan.
Jonny Greenwood del grupo musical Radiohead se nota que ha estado muy involucrado en el proceso de edición, ya que su excelente banda sonora electrónica está en perfecta sinergia con el ritmo del montaje, no solo se adapta a la estructura y al tono de la narración a la perfección, sino que también consigue aumentar la intensidad de cada escena y contribuye a esa sensación constante de tensión. Estamos ante un inquietante thriller que ofrece mucho más de lo que parece y con una espectacular interpretación de Joaquin Phoenix.
https://cinemagavia.es/realidad-nunca-estuviste-aqui-pelicula-critica/
La excelente actuación de Phoenix, caracterizando de forma sublime un personaje enigmático, atormentado y sombrío no está acompañada de un guión con exceso de simbolismos y momentos pretenciosos, que me llevan a pensar que lo que podía haber sido una buena película se ha quedado en una muestra, francamente mejorable, de cine de autor.
En realidad nunca estuviste aquí es en realidad un horror, una película tramposa desde la primera escena, es la típica dirección que piensa más en la critica que en el público, que pretende con una serie de imágenes temblorosas sacadas de cuadro, primeros planos de los protagonistas y vistas escoradas, construir una película de cine independiente.
Y es que no siempre escoger buenos actores y un buen montador salva el resultado de un guion ramplón y además desagradable.
Una historia que toca un tema tan sensible tiene que estar rodada con mucho cuidado y con un guion fuerte que sostenga la trama. Este relato esa lleno de fallos, como la presencia del protagonista en la casa de un político sin mas defensa que su martillo y sin mas aclaración que el aparecer en la casa: ¡para que nos van a contar como ha conseguido esquivar las medidas de seguridad que suponemos tienen estos representantes politicos!. Y este es solo un ejemplo, hay mas, como los flasback del protagonista que se suponen cuentan su historia, o
la escena de la madre y el lago, o la presencia de la niña en la escena final sin que se haya cruzado con el protagonista en la escalera y con el resto de guardaespaldas.
Todo un despropósito y un fiasco, adornado con escenas que rozan el gore, y que como película tramposa trata de desviar la atención del espectador de un guion endeble y mal construido.
Ya me lo olía, ya sospechaba que esta película iba a ser un verdadero truñazo, no solo por una ligera lectura de las críticas de gente rara que siempre salen ante este tipo de bodrios (virtualmente idénticas a las críticas de engendros como Magnolia o cosas por el estilo), incluso por la irritante tendencia que tiene Joaquin Phoenix a aparecer en este tipo de circos últimamente.
Y en efecto, me he encontrado con un filme aburridísimo, repelente, pretencioso hasta la náusea, donde el ego de la directora sobrevuela todo su puto metraje, tan solo coartado por otro ego de no menos tamaño, el del propio Joaquin Phoenix, con uno de sus personajes medio autista, medio homeless, medio gordo, medio mudo. Me sorprende leer tan buenas críticas sobre él, su actuación es un verdadero muermo, sin matices, todo carotas y poses torturadas, aprovechándose de su aspecto de jipi trasnochado, en una forma física lamentable, sin chispa, sin carisma, agotador, ególatra y pagado de sí mismo.
Aparte de que la historia es una soberana chorrada, que además está mal contada, porque contar una historia a la manera tradicional no es lo bastante guay, y como encima resulta que es una mierda, pues la deconstruimos y hacemos ver como que hay un (falso) retrato psicológico de alguien que está muy torturado y que él solito, con el poder de su martillo y de su barriga cervecera, se enfrenta a un grupo de agentes de seguridad y sale victorioso. Todo esto, en un contexto en el que las cosas pasan no se sabe muy bien por qué, lo único que está claro es que el gordo de los cojones tiene una fijación con las bolsas en el careto.
Y cuando crees que no se podía hacer peor, la directora se supera y añade la lamentable, vergonzosa escena final, con una especie de mensaje de autoayuda que ya es para cagarse en todos sus muertos y buscarla a ella para reordenarle las ideas a base cariñosos martillazos en su cabezota vacía.
En fin, recomendable evitarla como la peste.