En otro país
Sinopsis de la película
Una madre y su hija huyen a la ciudad costera de Mohang para eludir las deudas que han contraído. La joven empieza a escribir un guión para un cortometraje que tiene como protagonistas a tres mujeres llamadas Anne. Las tres llegan a Mohang y allí reciben la ayuda de la dueña del motel donde se hospedan y la de un socorrista que vagabundea por la playa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Da-reun na-ra-e-suh (In Another Country)
- Año: 2012
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
6.3
30 valoraciones en total
No es ni un melodrama ni una de acción ni una comedia. No es ni muy entretenida ni muy interesante. Y no pasa nada (o casi nada). Pero es una buena película, es, sobre todo, una mirada ajustada al tono de la vida: ese pasar pequeñas cosas sin demasiada transcendencia (la mayor parte del tiempo), esas relaciones humanas llenas de malentendidos, esos amores confusos, frágiles, esos cariños y odios menores.
Ejercicio rohmeriano, tres variaciones sobre un tema sin tema, tres cuentos plenos de ligereza, humor, comprensión, sabiduría, escepticismo y lucidez.
Una nada leve, un si no es llevadero y agradable, una tontería cariñosa que protagoniza una Isabell Huppert eternamente joven, diva y coqueta, mimada hasta el delirio por el director coreano, haciéndola más humana, menos glacial y perfecta de lo habitual, un poco menos cargante.
Minimalista y delicada, sencilla y alegre.
Da-reun na-ra-e-suh (In Another Country) es la última película, hasta la fecha, de Hong Sang-Soo. Desconozco el resto del cine de Sang-Soo así que no puedo valorar su obra en conjunto, pero si puedo decir que en esta película se ve el interés del director por los mecanismos de la representación y la creación de ficción.
La película trata de una chica que decide escribir un guión sobre varias mujeres extranjeras que viajan a Corea por diferentes motivos. Isabelle Huppert interpreta a las tres extranjeras y las historias se desarroyan todas en los mismos escenarios. El resultado final puede suscitar críticas por lo artificial de las situaciones e interpretaciones, pero significa no haberla entendido. Lo que algunos pueden interpretar como cosas negativas es lo que a mi me resulta verdaderamente interesante de ella.
El film, en realidad, versa sobre la chica que escribe el guión, en los tres diferenciados relatos que hay dentro de él, se destila la búsqueda de la naturalidad en la ficción, los bosquejos de guión que se escriben antes de llegar a un resultado satisfactorio. Las películas que hay dentro de la película tratan sobre la película de la que forman parte, sobre lo que hay en la mente de la joven escritora, sus personajes estereotipados infantiles y las situaciones con verdaderamente poco sentido.
Todo esto, plasmado en la pantalla por otro director podría convertirse en una orgía para la vista, pero Sang-Soo opta por una planificación bastante sencilla, no mueve la cámara nunca del sitio y sólo usa el zoom en algunas escenas para reencuadrar. Ya desde los títulos de crédito del principio se sugiere el aire infantil del relato (usando una caligrafía que recuerda a la de un niño). Es de suponer que el director ha querido crear lo menos posible en una cinta que trata sobre eso mismo, limitándose a estar ahí . Así, la película se desarroya de una forma bastante ingenua, casi como una película de dibujos animados.
Es, en suma, uno de los ejercicios de metaficción más elaborados y más simples (estos dos conceptos no tienen por qué ser incompatibles) de los últimos años. La escritora se dedica a la búsqueda de las palabras, con mayor o menor acierto, así como en la película Isabelle Huppert busca por el pueblo un faro. Y es que, al fin y al cabo, crear literatura es como una búsqueda de las palabras entre la niebla: la mayor parte del tiempo infructuosa, pero a veces iluminada por la luz de la inspiración. Casi una cuestión de fe.
Hong Sang-soo presentó hace poco su nuevo trabajo, Nobodys Daughter Haewon, en el Festival de Berlín, pero la que nos llega a las carteleras españolas es su anterior trabajo, En otro país, que cuenta con la veterana Isabelle Huppert, que casualmente llega esta semana con dos películas a nuestras carteleras, la coreana y Dead Man Down, un thriller del director de Los hombres que no amaban a las mujeres.
En otro país, nos habla de la historia de una joven estudiante de cine y su madre que huyen a Mohang, una ciudad junto al mar, huyendo de los acreedores que quieren cobrar las deudas de su marido. Para evadirse, la joven empieza a escribir tres breves historias, sobre tres mujeres llamadas Anne (las tres interpretadas por Isabelle Huppert), una de ellas es una directora de cine francesa visitando a un amigo en Mohangh, la segunda está casada con un ejecutivo de una empresa automovilística y aprovecha el viaje de éste a Hong Kong para ver a su amante, director de cine. La última es un ama de casa rica de la que recientemente su marido se ha divorciado para irse con su amante coreana, y para consolarse visita Mohang junto a una amiga.
Podría decirse que hablamos más de un drama con algunos toques cómicos, más que de una comedia en sí, donde muchas situaciones, personajes y objetos se repiten (aunque no exactamente de la misma forma) en las tres historias que forman la película, creando un entramado de simbolismos y referencias internas que forman una interesante madeja de la que ir tirando, aunque las historias que se cuentan son bastante sencillas y livianas, que de degustan como caramelos, pero, desgraciadamente, se esfuman en la memoria con la misma rapidez.
Hablar de la película es imposible sin mencionar a Huppert, la cual se involucra de lleno en la película con sus tres personajes, aportando toda su simpatía y presencia.
Huppert está bastante contenta con el rodaje íntimo de la película, pero mostraba su inquietud en una entrevista de The Hollywood Reporter sobre si la gente llegaría a conectar con la película, ya que el mundo de Hong Sang-soo es muy poético y bastante esotérico, pero también ligero y burlesco, un enfoque que quizás no estemos muy acostumbrados los occidentales tovadía.
Y es que entre esas situaciones livianas se atisba que hay unas segundas intenciones del director, algo que intenta contar de más peso, pero eso ya queda en la cabeza de cada uno para darle vueltas en el post-visionado.
Fríamente las historias son simpáticas y poco más, y la historia de la joven que escribe todo, al final parece ser un mero McGuffin, pues ni siquiera se vuelve a ella al acabar las tres… como si toda la película quedara en un limbo sin justificación alguna. Eso deja la sensación de una película poco cohesionada internamente, como si asistiésemos a una película por episodios, conectada por los detalles repetidos, pero no en cuanto a unidad temática.
La fotografía de look ligeramente amateur (buscando expresamente) le otorga ese aire de transitoriedad al relato, como las conversaciones improvisadas o los amores de verano, pero particularmente el uso del zoom no me agrada salvo en muy contadas ocasiones, y no es en esta una de esas, pues me da la sensación de artificiosidad, sabiendo en todo momento que hay un cámara operando.
Las sensaciones finales son que, después de los sueños efímeros, el Soju y faros perdidos, sin ser ni mucho menos una mala película, tampoco trascenderá en nuestra memoria, se deja ver amablemente pero ni compartimos el humor ni la visión poética tan propia del cine oriental. Supongo que estas son las desventajas de vivir en otro país.
Hemos tenido que esperar un año para que En otro país, la película del director Hong Sang-soo se estrenase en España tras su paso por el festival de Cannes de 2012. De hecho se trata de la primera película del director coreano que llega a las carteleras españolas -sin duda uno de los grandes olvidados del panorama actual-, que viene avalada por la presencia de la actriz francesa Isabelle Huppert.
Hong Sang-soo propone un divertido juego de repeticiones e interacciones al espectador con esta película. A través de los guiones que escribe una chica en una habitación de un hotel, el director nos propone tres historias con varios elementos comunes entre ellas: objetos materiales (botella de soju, paraguas), personajes (socorrista, la chica del hotel), diálogos y planos. En todas ellas la historia se inicia con la llegada a un pequeño pueblo pesquero coreano de una mujer francesa llamada Anne (magistralmente interpretada por Isabelle Huppert).
Las historias fluyen al ritmo al que escribe la joven guionista, incluso rectificando ideas sobre el papel (como la escena de la segunda historia que transcurre a la orilla del puerto mientras Anne espera a su amante) y utilizando elementos de su entorno, como el hotel o su propia madre.
Al director coreano le hacen falta pocos recursos, pero muy bien escogidos, para definir a sus personajes (especialmente Anne). El uso de la climatología, la vestimenta o la interacción con los elementos comunes (interrelacionados en todas las historias), bastarán como elementos narrativos y definitorios de la personalidad de los personajes en cada historia.
Anne pasa de ser una directora bohemia e independiente (con una ropa elegante y sofisticada) en la primera historia, a una vivaz, ingenua e infiel esposa en la segunda (con un sensual vestido rojo), para acabar siendo una mujer despechada, en crisis y consentida (con un vestido de color triste).
Resulta magistral el uso del personaje del entrañable socorrista (siempre con la misma indumentaria, potenciando la idea de personaje invariable en las tres historias), cuyo encuentro con Anne (siempre de la misma manera) servirá al director (en la piel de la joven guionista) para experimentar con el personaje de Anne, poniéndola a prueba, observándola cuidadosamente y provocándole diferentes reacciones, en una especie de catarsis emocional.
Junto a todo este puzzle atemporal, construido meticulosamente, el director saca tiempo para hacer una profunda reflexión sobre la fragilidad de las relaciones personales, condimentada por la dificultad de entablar una relación amorosa (aquí el idioma), los celos o la búsqueda de la espiritualidad.
En definitiva, una película divertida, bien construida y estructurada, en apariencia simple pero de enorme complejidad, que supone un reto al espectador (preocupado por encontrar los elementos comunes en cada historia) y que refuerza la idea de necesidad de búsqueda constante del placer (aquí un pequeño faro). Maravillosa.
http://momentovosp.blogspot.com.es
Nota VOSP: 8,5
Hong Sang-soo no falla y vuelve a entregarnos una ración de genialidad de apariencia simple pero enorme inteligencia. Desde Okis Movie el relizador parece estar interesado en romper la estructura narrativa de sus películas y dividir éstas en varios episodios en los que seguimos a uno o varios personajes que se repiten pero que interactúan entre sí de forma diferente. Si en aquella película abodaba una historia de amor intercambiando los roles de sus personajes, y en The Day He Arrives filmaba las borracheras y situaciones sociales de un director, aqui tenemos a una resplandeciente Isabelle Huppert recién llegada a Corea del Sur en busca de un faro… cuatro personajes, tres formas de contar una historia representando las posibilidades con la icónica imagen de una carretera con dos caminos como alternativa.
Los cambios de la narración responden a la figura de un creador que cuenta la historia. Huppert se cambia de vestido, adoptando cada una de las posibilidades su tono de color (azul, rojo, verde, descubrimiento, pasión, esperanza) pero manteniendo los rasgos habituales del director: cargas exual, personajes que tienen mucho que ver con el cine (un director, la guionista omnipresente) y un hilarante vigilante de la playa que da pie a numerosos jugueteos con el lenguaje. Ligera y amena, es una comedia muy amable con tintes de drama donde el amor (o desamor) sirve como motor a una serie de situaciones representadas con la naturalidad del cine de Rohmer, sin atisbo de ambición intelectual(oide). Otra pequeña joyita de su director, que sigue entregando el mejor cine posible sin aparente esfuerzo.