Elsa & Fred
Sinopsis de la película
Elsa (China Zorrilla), que tiene 82 años, es una mujer llena de vitalidad y con una imaginación desbordante. Alfredo (Manuel Alexandre), algo más joven que ella, ha sido siempre un hombre convencional, serio y responsable. Al quedar viudo, desconcertado y angustiado por la ausencia de su mujer, su hija lo anima a mudarse a un apartamento más pequeño. Es entonces cuando conoce a Elsa, que es vecina suya. A partir de ese momento, ella irrumpe en su vida como un torbellino dispuesta a demostrarle que el tiempo que le queda es precioso y debe disfrutarlo como le plazca.
Detalles de la película
- Titulo Original: Elsa & Fred aka
- Año: 2005
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
7.1
96 valoraciones en total
Después del estreno de la película, una radio entrevistaba a Elsa y por detrás se escuchó un grito de una admiradora que decía: Me hiciste llorar hija de puta . A mi, no tan solo me ha hecho llorar sino que he reído y he disfrutado de esta excelente interpretación. Un peliculón magistral.
Elsa y Fred fue un trabajo elegido para conformar la XLVI Muestra Internacional de Cine en México, la cual amenizó de manera cómica la proyección de 15 películas en su mayoría de género dramático. Los protagonistas en plena senectud son escasos debido a la desafortunada visión que se tiene de la vida. Después de los 40, la mayoría de la gente tiene en mente el comienzo del declive ya no hay sueños o proyectos a realizar, la apatía suele aparecer acompañada con problemas de diferente índole.
A los 80 años pocas personas se sorprenden a si mismas con el encuentro del amor y la chispa de la vida, en otros casos los que tienen la fortuna de tener a alguien, de haber compartido muchas vivencias, son ciegos y se niegan a reconocer la felicidad. Elsa de 77 años de ímpetu vigoroso y un sentido del humor genial, sacarán a Fred de una depresión prolongada, con experiencias erróneamente concebidas como exclusivas de la juventud. Mientras que Fred apegado más a la conducta estándar de la edad, se contagiará de la energía de su novia.
Es un trabajo que no atrapa desde el principio e incluso de dinámica variable. Su tratamiento humorístico y sus dramas, conjugado con un poco de paciencia por parte del espectador, permitirán la máxima apreciación.
Vivir intensamente es uno de los pensamientos que nos lega Elsa y mientras que Fred nos enseña la posibilidad de tomar las segundas oportunidades. La vejez va más allá de imágenes deprimentes, vivencias de soledad o de enfermedad, todos la viviremos de mil maneras.
Definitivamente muy buena, y se demuestra una vez más que los protagonistas no tienen edad, tan recomendable como otras con personajes de la misma edad y un gran talento (El Club de la Eutanasia, Agustín Tapia, México 2005).
Esta es una película sobre todo de actores. El guión no deja de ser una historia pasable, salpicada de algunos momentos emotivos y simpáticos, pero bastante previsible. Lo mejor de la película, los actores, sobre todo Manuel Alexandre, un actor siempre secundario y que nunca ha defraudado a los que lo buscábamos en una de esas innumerables películas en las que ha trabajado. En el papel más protagonista de su vida, que le llega ya bastante mayorcito, demuestra que es un actor tanto cuando cuando habla como cuando escucha y que le viene que ni pintado su personaje a medio camino entre un gruñón y un conquistador. Igual se puede decir de China Zorrilla, impresionante en su papel de una mujer, anciana, pero capaz de hacer las mayores locuras en la vida y arrastrar a ellas a su pareja. Lo mejor de ella, su expresión. Si acaso, decir que el director no saca de los personajes secundarios todo lo que de ellos se puede esperar, sobre todo de una Blanca Portillo que se encuentra atrapada tanto en su papel de interesada como cuando se vuelve de forma simplista demasiado humanitaria. Lo dicho, una pelicula que obtiene un 7, según mi opinión, por la actuación de sus dos protagonistas que llenan la pantalla, a pesar de tener que representar un guión y una dirección manifiestamente mejorables.
Como decía Coleccionista Visual, parece que llegados a una edad ya no queda esperanza, ni sueños, ni deseos por cumplir, sólo esperas que los días pasen y la muerte llegue lo antes posible, y más cuando la que pensabas que era la mujer de tu vida muere dejándote viudo, como en el caso de Fred.
Pero en ese momento aparece un vendaval con forma de mujer deslenguada y tienes (y quieres) hacerle un hueco en tu vida, ella te enseña lo precioso de cada momento vivido, de cada recuerdo, pero sobre todo, te contagia esa alegría y esa pasión por la vida que te desborda.
No hay palabras para describir a estas dos instituciones del cine, que hacen uno de los mejores papeles de sus vidas y que nos demuestran que no hace falta tener 20 años para poder seguir dedicándose al cine. Siento debilidad por China Zorrilla, y cada vez que aparece en pantalla la ilumina, la llena, te produce esa sensación entre risa, ternura y llanto que sólo ella puede hacerte sentir.
Simplemente deliciosa
En el mundo del cine, siempre hubieron -y habrán- actores secundarios realmente temibles, que hacían sacar a los protagonistas lo mejor de sí mismos, por no verse eclipsados ante el talento que éstos demostraban. Gracias a ellos, muchos directores consiguieron filmes con toneladas de quilates, y sería una verguenza no nombrar a alguno como Walter Brennan, Steve Buscemi, John Goodman, Basil Rathbone, Manolo Zarzo, Luis Ciges… o el que nos ocupa, que es el grandioso Manuel Alexandre.
Éste señor, además de estar presente en muchas de las páginas más gloriosas de nuestro cine patrio, demuestra aquí andar tan sobrado de profesionalidad como para poder enseñar a algún chiquilicuatre endiosado por los medios (que, tristemente, cada día abundan más), lo que es en esencia la profesión de actor.
Y, para acabar de liarla, se le une la tal China Zorrilla de la que yo no tenía noticia, pero que aún siendo cuando poco septuagenaria, tiene unas tablas (como se decía en viejos tiempos) del todo impresionantes, y cuya clase magistral a la hora de darle gracia, importancia, y vida a un texto, debería constar en algún libro de enseñanza para primerizos actores que crean que tienen algo nuevo que demostrar, en un mundo en el que todo está ya más que demostrado.
Los secundarios apestan, el argumento es más que manido y previsible, y no hay ningún derroche en escenarios, efectos, ni memeces de las que tanto se llevan: pero solo por ver en acción a un actor y una actríz de tan enorme calidad, que saben recrear sus personajes hasta conseguir que el espectador crea -o desee- que puedan ser reales, eso ni tiene precio ni se ha de dejar pasar así como así.
En sus fondos la peli es una birria, de tan previsible que llega a ser: pero recomiendo con vehemencia su visión a todo aquel que valore una interpretación convincente. Porque los protagonistas son, sencillamente, todo un portento.