Ella, yo y el otro (César y Rosalie)
Sinopsis de la película
Rosalie, una mujer divorciada con una hija pequeña, divide su tiempo entre su familia y César, el hombre del que cree estar enamorada. Cuando Rosalie conoce a David, su plácida vida se verá alterada por su incapacidad para elegir entre los dos hombres.
Detalles de la película
- Titulo Original: César et Rosalie aka
- Año: 1972
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6.9
50 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Bernard Le Coq
- Betty Beckers
- Carlo Nell
- Carole Lixon
- Colin Drake
- David Tonelli
- Ermanno Casanova
- Eva Maria Meineke
- Gisela Hahn
- Henri Coutet
- Henri-Jacques Huet
- Isabelle Huppert
- Jacques Dhéry
- Marcel Gassouk
- Martin Lartigue
- Michel Piccoli
- Pippo Merisi
- Robert Le Béal
- Romy Schneider
- Sami Frey
- Serge Nubret
- Umberto Orsini
- Yves Montand
Tercera entrega de la trilogía de historias de amor realizada por Claude Sautet (Un corazón en invierno, 1992) en los primeros años de los años 70 y protagonizada por Romy Schneider. Escriben el guión Jean-Loup Dabadie, Claude Neron y Claude Sautet. El film se rueda en escenarios naturales de Bretaña, Paris, Séte, Playa de Mardi-Gras y Vendé y en estudio. Obtiene un David di Donatello (Montand, mejor actor extranjero). Producido por Michelle De Broca (Que empiece la fiesta, Tavernier, 1974), se estrena en octubre de 1972 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en Paris y otras localidades de Francia, en 1971-72. Rosalie (Schneider) es una mujer divorciada de unos 30 años, madre de una niña, Catherine, de 3 años. Vive en situación de pareja de hecho con César (Montand), de mediana edad (algo más de 40 años) y de buena posición, del que cree estar enamorada. Cuando se reencuentra con David (Frey), un antiguo novio, artista de trato exquisito y de edad parecida a la suya, se ve enfrentada a la necesidad de elegir a uno de los dos. Ella es independiente, atractiva y sensual. Cree en el amor libre, en la lealtad de pareja y en el carácter no duradero del amor. César es chatarrero al por mayor (recuperador de metales), dispone de una posición desahogada, es bonachón, cariñoso, impulsivo, celoso y temperamental.
El film suma comedia, drama y romance. Como las otras dos películas de la trilogía de la que forma parte, se basa en un guión original, que trata temas ordinarios y cotidianos, y construye diálogos fluidos y abundantes. Explora la realidad del día a día desde el punto de vista de personajes sencillos, comunes y próximos, con los que el espectador se identifica fácilmente. El tema central del relato viene dado por el amor de pareja, sus manifestaciones, estímulos, motivaciones, factores de evolución y cambio, perdurabilidad, fragilidad y otros atributos.
Analiza el tema prescindiendo de juicios de valor, concepciones ideológicas y opiniones morales. Estudia el comportamiento humano con la objetividad propia de un entomólogo. Observa la realidad, desglosa sus partes, constata las relaciones que se observan, toma nota de las constantes que se ponen de manifiesto y expone los resultados tal como indican los hechos. La exploración que propone trata de dar respuesta a amplias preocupaciones vigentes en los primeros años 70 a causa de los cambios profundos experimentados en el comportamiento sexual de los jóvenes (especialmente de la mujer), la progresiva difusión de nuevas concepciones del amor de pareja, el amor libre, la desacralización del sexo, la liberación de su vinculación imperativa con la procreación y la afirmación de sus funciones al servicio del equilibrio personal y la plenitud emocional del ser humano. Sin establecer conclusiones terminantes, apesta por el valor de las experiencias plurales (sucesivas o simultáneas) de amor y sexo.
(Sigue en el spoiler sin revelar partes del argumento)
Con Ella, yo y el otro , Sautet nos habla directamente al corazón. Se trata de contarnos una variación nueva sobre el eterno triángulo amoroso y lo hace con tal frescura y espontaneidad, tal veracidad y delicadeza, que Sautet establece con el espectador una comunicación inmediata. Desde las primeras imágenes, nos parece que conocemos a los personajes desde siempre, y compartimos sus problemas, sus vacilaciones y sus angustias. Es su sinceridad, su juego limpio el que nos conmueve en esta historia que viene a ser un cuento para adultos, donde no hay odio, sino sólo amor y amistad. Ives Montand hace de su papel de hombre bueno, generoso e impulsivo, una interpretación genial, sin olvidar a Romy Schneider, quien aporta finura y delicadeza, ni a Sami Frey, quien no desmerece junto a los protagonistas. El lenguaje de Sautet es moderno, jugoso, expresivo, no fuerza las situaciones, no dramatiza y expone con claridad, con agilidad y con humor. Es un film encantador, humano y emocionante. Una obra de excepción.
La película se ve con mucho agrado porque posee un aire costumbrista maduro, desinhibido y sincero que atrae sin reservas.
El argumento cala en el espectador porque C. Sautet -guionista y director- parte de premisas válidas y las desarrolla con ingenio y originalidad.
El magnetismo de R. Schneider en la pantalla resulta absorbente pero la presencia de I. Montand, vitalista y arrollador, proporciona la réplica adecuada y entre ambos conforman una pareja de protagonistas de auténtico lujo.
Resulta admirable la exposición de los estados anímicos, su definición psicológica y hay que señalar la sencillez narrativa de un excelente trabajo cinematográfico que a un tiempo es concisa y esclarecedora.
Y, además, encuentra el punto perfecto de equilibrio entre la forma y el fondo.
Magnífico trabajo del director que ya nos había sorprendido con su inolvidable A todo riesgo (1960).