Electra
Sinopsis de la película
Adaptación de la tragedia griega Electra de Eurípides. Tras una victoriosa campaña en la guerra de Troya regresa a Argos el rey Agamenón. Durante su ausencia su esposa Clitemnestra, madre de Electra y Orestes, se ha enamorado del cruel Egisto, conviertiéndole en su amante, y entre ambos preparan el asesinato del noble monarca…
Detalles de la película
- Titulo Original: Ilektra
- Año: 1962
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
6.6
33 valoraciones en total
Necio es el hombre que un hogar invade y con mujer ajena se entrelaza, si está pensando que a él le será fiel. Esto escribió el gran Eurípides en su magnífica obra Electra, y a esto yo añado: Torpe e ingenua es la pareja que cree que, asesinando al cónyuge de alguno de ellos, podrá atraer así la felicidad… ¡sólo tormentos y frustraciones surgirán en su camino!
¡Cuánta sabiduría se haya en las tragedias de los grandes dramaturgos griegos! Electra, es una más de estas resplandecientes obras y su brillo se encuentra, de principio a fin, en cada frase, en cada personaje y en cada situación que, partiendo de un acto impío, va llevando a la cima una tragedia de hondo significado que marcará para siempre la conciencia de quien la conoce. La dramaturgia es un ejercicio de causa y efecto, de delito por afanes de poder y de venganza por sed de justicia, pero, sobre todo, es un tratado filosófico donde los grandes valores y los principios morales se afanan por imponerse y salir triunfantes ante los hechos más atroces de los hombres.
Eurípides, como Sófocles -también, éste, autor de otra versión del mito de Electra (Ἠλέκτρα) bastante interesante- y como el gran Esquilo, se propone desnudar el alma de los seres humanos, y su punto de partida, vuelve a ser ese sentimiento de aniquilación que surge en algunos para saciar la ambición (que nunca se sacia), el cual despertará el ímpetu y la resistencia de aquellos que sobreviven a la víctima… y ¡mucho hay que temer a la venganza de aquellos que creen haberlo perdido todo, porque el universo se pondrá de su lado, y quizás encuentren una salida perfecta para alcanzar lo que parece imposible!
En una versión con pocas, pero, sustanciales modificaciones – ¡es la primera vez que me siento más impactado con la obra cinematográfica que con la literaria! -, Mihalis Kakogiannis consigue una creación pletórica de poesía, con una composición visual que extrae del drama una belleza indescriptible y con unas actuaciones que se sumen tan adentro de sus personajes que pareciéramos estar presenciando directamente la más pasmosa realidad.
Habiendo visto ya casi todo lo esencial de su filmografía (Antígona, Zorba el Griego, Las Troyanas …), puedo decir que, Irene Papas, tiene aquí la gran actuación de su vida regalándonos un personaje de singular belleza, con una fortaleza y unos ímpetus tan marcadamente femeninos, y tan especialmente griegos, que la tragedia queda servida con una potencia que cala bien, pero bien hondo.
Y como siempre, las sentencias morales de Eurípides es bueno recordarlas:
Nada hay tan bello como un hogar modesto que atesora una esposa leal.
No tienen nobleza los que al pueblo engañan con argucias y falacias. Debéis juzgar a los hombres por la noble rectitud de sus costumbres.
Haber nacido con un corazón generoso es la verdadera nobleza.
¡Qué raro es hallar a quien comparta con nosotros lo mismo la dicha que el infortunio!
Me imagino que debe haber muchas maneras de plantearse la realización de una película basada en cualquier personaje de la mitología griega, de la cantidad enorme de mitos, historias y personajes que la literatura clásica nos ha dejado el cine se ha nutrido bien (y bien que ha hecho): Electra , de 1962, hecha en Grecia por griegos, es especial por muchos motivos.
Lo que más me sorprende es que es una película que, dentro de la dificultad máxima que ello supone, en mi opinión intenta ser fiel a la palabra escrita. No hace falta haber leído o tener presente a Sófocles o a Homero, esto es cine, sin embargo es fácil adivinar que los diálogos procuran respetar al máximo a la palabra escrita. De esta manera es complicado escapar de un aspecto teatral que puede no gustar a cualquiera. Yo lo que he encontrado, lo que he podido percibir, es que Electra mantiene un equilibrio que no creo que sea sencillo conseguir.
Evidentemente, se nota que no es una película que haya inyectado dinero en cada escena. Ignoro la realidad de su modestia presupuestaria, aunque es algo que se percibe en vestuarios y decorados y que en mi opinión la hace más destacable. Tanto quien se pone delante de la pantalla como quienes están detrás hacen su trabajo seguramente con más dignidad que aquellos que se llenan los bolsillos con películas mediocres. Por cierto, la interpretación de la protagonista desdichada es ejemplar: Irene Papas, espectáculo puro.
Así que enhorabuena quien haya llegado aquí, cine de minorías, cine griego basado en la propia mitología nacida en su tierra, cine realizado con mimo y con una historia que no por conocida deja de ser interesante. Del uso de los aspectos técnicos como la fotografía o la selección de los exteriores da como resultado algo realmente precioso.