El rey pescador
Sinopsis de la película
En la imponente Nueva York, Jack Lucas (Jeff Bridges), un famoso locutor de radio caído en desgracia, y Parry (Robin Williams), un enajenado profesor de historia, emprenden la búsqueda del Santo Grial.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Fisher King
- Año: 1991
- Duración: 137
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Opinión de la crítica
Película
7
21 valoraciones en total
Cuando tenía apenas 10 años, vi como el tapón de una botella de champan era transformado mágicamente en una pequeña sillita en las manos de Robin Williams. Aquel simple gesto bastó para hacer comprender a un chiquillo que algo tan abtracto como la imaginación, puede hacer que lo trivial sea bonito. Comprendí que en realidad la belleza nos rodea. Y que para descubrirla no hay que preguntarse dónde, sino cómo mirar.
Hoy con 20 años más, aún veo el rey pescador como lo vieron los ojos aquel niño.
Veo castillos en la ciudad. Veo príncipes en la radio y princesas en el videoclub, bufones en suburbios, damiselas de oficina. Veo malvados caballeros en los parques y en las calles. Y bailes en el metro. Y veo robar tesoros de la biblioteca. Y romper hechizos en un manicomio.
Y veo amor y amistad. Y desamor y sufrimiento. Y héroes. Y un final feliz.
Aquí sí que quiero un final feliz.
Gracias por este cuento maravilloso que resiste la tempestad de los años y que sigue conservando en el fondo, ese rebosante cáliz de dorada humanidad.
Las películas de Terry Gilliam son siempre delirantes, y ésta lo es, pero además narra un interesante y profundo drama, excelentemente interpretado y con diálogos brillantes. Es dura pero honesta, cruda pero romántica, y con excelentes dosis de humor fino, como nos tiene acostumbrados.
Excepcional trabajo del Monty Pyton con mejor sentido del ritmo cinematográfico. El norteamericano creador de Brazil y Miedo y asco en las Vegas, nos introduce en el maravilloso mundo de este dueto de protagonistas con una química sublime.
En un mundo paralelo Gilliam nos sumerge en una especie de obra a lo El Guardián entre el Centeno, lleno de metáforas, parábolas y simbolismos sobre el sentido de la vida.
Bridges y Williams están SOBERBIOS, y la historia se desarrolla en medio de un portentoso sentido del ritmo narrativo y belleza visual a la que Gilliam nos tiene más que acostumbrados.
Maravillosa cinta con trazos mejorar con cada nuevo visionado. Como los buenos vinos.
A GOZARLA.
En uno de sus escasos momentos de lucidez, Terry Gilliam apartó excesos barrocos e historias enrevesadas y canalizó todo su potencial narrativo en un tipo de película completamente distinto a lo que suele ofrecer. La historia de un hombre que lo tiene todo y lo echa a perder y que se reencuentra a sí mismo gracias a un mendigo chiflado empeñado en buscar el Grial es toda una lección sobre cómo realizar un drama creíble sin caer en tópicos ni en fácil lacrimogenia. El estupendo trabajo del trío protagonista (Robin Williams, dando rienda suelta a su -justificado en esta ocasión- histrionismo, Jeff Bridges, sobrio y superlativa Mercedes Ruehl en un personaje genial) dan vida a una película llena de magia de la que cuesta olvidarse. Deja huella.
Me he llevado una gran sorpresa al ver esta película.Me imaginaba que sería una locura visual y narrativa al puro estilo Terry Gilliam y que no podría soportarlo, pero me equivoqué. Primero por la gran historia de amor que transmite en todos los sentidos,segundo, por los papelones de los protagonistas, destacando los masculinos y en especial la de Mercedes Ruehl, por lo que no consigo entender porque esta mujer no ha hecho más películas y no le han dado más Oscar, ya que éste está justificadísimo, y tercero por unas declaraciones de amor que más de uno debería aprender para decir a su novia como el que dice Robin Williams a Amanda Plummer.
Una película que te gustará más cada vez que la veas y que espero que en un futuro vuelva a ver para que me haga mejor persona. Gracias Terry Gilliam por ese Cáliz que nos has regalado