El rey del juego
Sinopsis de la película
Finales de los años treinta. Los mejores jugadores de póker compiten por el triunfo en Nueva Orleáns. Un joven jugador (McQueen) se incorpora al selecto grupo de tahúres que se proponen derrotar al rey Robinson . Popular película con partidas llenas de suspense.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Cincinnati Kid
- Año: 1965
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
7.2
32 valoraciones en total
Piensa en la carta que tú quieres que salga, no en la más probable, no pienses que la que debería salir es una y no otra, deja de lado las leyes del caos, que hagan su trabajo como sea, puede que con un poco de ayuda de la física cuántica, y concéntrate en tu voluntad, como si la última carta que reparte Lady Manitas fuera a depender de ti. Steve McQueen y Edward G. Robinson esperan, cada uno con su correspondiente gota de sudor frío en la cara, la mente en el as de picas, la dama de corazones o lo que sea. La multitud espera esa última carta que por fin se descubre en el tapete. Llegar aquí, a esta tensión, no es fácil cuando la trama es realmente sencilla, atrapar al espectador tejiendo la atmósfera ideal para acabar descubriendo el desenlace supone un trabajo muy meritorio. A mí me ha atrapado, desde luego.
No sé quién está mejor, si McQueen o Robinson, tal vez el siempre excelente Karl Malden, el caso es que en El rey del juego se nos ofrece una oda el azar, más incluso que al dinero que se juegan, la reflexión se centra en lo inevitable, los designios ineludibles. Una vez no hay marcha atrás ya puedes pensar en la carta que quieres que salga, no hay nada que hacer, no depende del observador, de su libertad, el drama está ya escrito. El principio y el final, con el muchacho negro, tienen mucho que ver con todo esto.
Podría haber sido, a mi entender, una pelicula de culto , junto con El golpe , a la hora de hablar de películas de juego… Pero desluce la historia que transcurre en el plano secundario: el chantaje, la clásica mujer fatal de los 60 (prefería las de los 40, francamente) que es más fulana que otra cosa, toda esa disquisición sobre el honor y la vida, la repetición hasta el cansancio de la misma canción (no muy buena)… Bajo mi punto de vista, todo eso se ha quedado viejo , y permanecen, sin embargo, la intepretación del trío de protagonistas y la tensión de la partida como los grandes valores de esta película. Una lástima, repito, que no haya resultado bien aderezada.
Al ver esta película tenía la impresión de estar contemplando una historia insípida, vulgar, aburrida. En definitiva, una obra mediocre.
Pero mis sensaciones cambiaron por completo después de ver la partida final (que, por cierto, ocupa una gran parte del metraje). Esta parte de la película está perfectamente filmada y por fin logra transmitirnos toda esa tensión latente entre el gran y veterano jugador de póker y el joven y talentoso aspirante.
El resultado final: una buena y seria película sobre el mundo del juego,apuestas, sobornos, amores, ambición, victoria y derrota.
Si la primera parte del film y la presentación de los personajes fueran tan sólidas como el final estaríamos hablando de una obra maestra.
Lo que se queda grabado en la memoria es la partida del final, que ocupa casi la mitad de la película y que es donde despliegan todo su talento Robinson, Malden y, en menor medida, McQueen. El principio no es demasiado brillante, aunque la presentación de los personajes contiene elementos suficientemente interesantes como para que su balance sea positivo. Se habla mucho de Joan Blondell, que está realmente entrañable como Lady Manitas, la ametralladora de puyas indirectas contra Lancey Howard, pero creo que algunos la están confundiendo con Tuesday Weld, que es quien interpreta a la cándida novia de Kid. También se merece elogios la mujer fatal irresistible de Ann-Margret.
Me hubiera gustado ver el resultado si la hubiera dirigido finalmente Peckimpah. A buen seguro habría sabido exprimir un poquito más los rasgos oscuros de Kid y de las mujeres, pero me permito a mí mismo dudar sobre los resultados de la partida, pues es difícilmente superable tal y como está.
Lo mejor: el tenso final, aunque nunca lo es tanto como las partidas al mus en el hogar del jubilado, donde te juegas la vida a manos de tu compañero como metas la pata, o como él piense que la has metido, cosa que ocurre casi siempre cuando pierdes.
Norman Jewison sustituyó a Peckimpah en la dirección a causa de diferencias con el productor Martin Ransohoft. Basada en la novela Cincinatti Kid , de Richard Jessup, presenta semejanzas con El buscavidas (1961), de Rossen.
La acción se localiza en Nueva Orleans (Louisiana) en los últimos años 30. Narra la historia de un joven (Kid), de unos 30 años, aficionado a las cartas y las mujeres, que se enfrenta en una mesa de póquer al mejor jugador del momento, L. Howard (Edward G. Robinson), para arrebatarle el prestigio de ser El rey . Dos mujeres, Melba Nail (Ann Margret) y Christian (Tuesday Weld) luchan por conquistar su corazón. La película está dividida en dos partes. La primera presenta los personajes principales en el marco de una historia más melodramática que romántica. La segunda se centra en la descripción de los múltiples factores que se implican en una lucha de muchos por intereses muy diversos, en escenas de gran fuerza dramática y excelentes climas de tensión. La película plantea diversas cuestiones de interés: la fuerza de la venganza, las raíces de la ambición, el rostro innoble de la coacción, la defensa del honor y la preeminencia de la dignidad sobre la utilidad. Esta última reflexión se hace a propósito de la película francesa La kermese heroica (1931), de Jacques Feyder. Son escenas memorables la riña de gallos, el desfile por la ciudad de una comitiva que baila y canta y la secuencia final.
La música, original de Lalo Schifrin ( Bullit ), integra 14 composiciones, que suman 60 minutos. La voz de las canciones es de Ray Charles. El tema principal ( The Cincinatti kid ) se ofrece en dos versiones: cantada (inicio y final) e instrumental (escenas intermedias). El sentido descriptivo de algunos fragmentos no desluce, sino que refuerza la calidad cromática y el vigor de la banda. La fotografía utiliza contrastes de fondos oscuros, claros, o desdibujados por el enfoque, que marcan escalas de color. La filmación de estudio se beneficia de una iluminación variada y versátil. Capta con acierto la tensión de los rostros, el clima de expectación que rodea a los jugadores, la lucha mental y emocional entre ellos y el aire circunspecto y preocupado del protagonista. La interpretación de McQueen está hecha con el corazón y con talento. Edward G. Robinson, sustituto de Spencer Tracy, demuestra su calidad interpretativa en el papel de hombre orgulloso, sibarita y presumido. Margrett y Weld (sustituta de Sharon Stone) cumplen funciones decorativas. La presencia de Jean Blondell es el gran regalo de la obra al espectador. Muy bien Rip Torn, como malvado, y Karl Malden, como débil. La dirección, una de las mejores de Jewison, se basa en un guión bien construído y un montaje notable a cargo de Hal Ashby.
Película de referencia sobre la lucha por la superioridad de dos titanes. En este caso la lucha es un juego de póquer descubierto.