El rey cruel (Herodes, el rey cruel)
Sinopsis de la película
Biografía más o menos rigurosa de Herodes, el famoso y controvertido rey judío, planteada dentro de los parámetros espectacularistas de cierto cine italiano de la época. Su aparente acabado no impide que se ponga al descubierto demasiado a menudo su verdadero carácter de cartón-piedra ligeramente entonado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Erode il grande aka
- Año: 1959
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
4.9
20 valoraciones en total
Pesada ¿biografía? del Rey Herodes, que ya cuando se estrenó nació vieja y que viéndola en el año 2018 no se puede tener lo más minimamente en pie.
Y es que es muy poca cosa a nivel argumental, está llena de tópicos y el final es de chiste.
Sólo se salva la buena dirección artística, con vestuario y peluquería elegantes, no sé si muy de acuerdo en verdad con la época en la que se desarrollan sus trillados acontecimientos.
Es tediosa en gran parte y los intérpretes es cierto que se esfuerzan pero no pueden con personajes de cartón piedra, súperexagerados.
La verdad es que aunque normal en metraje se hace muy, muy, larga y aburre bastante.
Parece que hubo pasta para su rodaje, pero en ideas se gastaron lo mínimo, a pesar de que entre sus guionistas está nada menos que el luego excelente Damiano Damiani.
Eso sí, bellísimas y voluptuosas tanto la malograda Sylvia López como Sandra Milo.
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Pocos actores han sabido plasmar personajes tan dispares basados en la Antigüedad, ya sea en el Antiguo Egipto faraónico o en el Israel del S. I sacudidos por el tormento y las grandes pasiones devoradoras como son Edmund Purdom.
Este actor cuyo paso por la meca del cine fue en los 50 y 60 más bien discreto, hasta el punto que muchos ni se acordarán por momentos que una vez existió, incluso los cinéfilos gafapastas más minuciosos, fue sin embargo brillante, de notable en la mayoría de sus trabajos.
Sí, hablo de esos dos, de El rey cruel y de Sinuéh el Egipcio , aunque tiene otros rozando el peplum como son Nefertiti de producciones italianas menores que también son destacables, aunque no imprescindibles.
El rey cruel, Herodes, y su amor insaciable por su segunda esposa, la hermosa Mariam, tanto en la película como históricamente, que le conducirá a la locura y a ver traición donde no la hay, hasta el punto en que nazca Cristo y el círculo se cierre.
La película comienza con la derrota sufrida en la batalla de Actium de Antonio y Cleopatra, de los que Herodes era fiel aliado.
Para congraciarse con Roma deberá hacer una serie de concesiones, pero ¿acaso el estado mental del rey es estable como para eso?
Las luchas del poder, a la mejor manera de Game of Thrones me consumieron durante dos horas que dura esta película, con la química electrizantemente erótica de Edmund Purdom y Sylvia López (Miriam).
La reina Miriam implorará, será odiada, amada, acusada, pero el ritmo vibrante, vertiginoso de una narración en apariencia lenta de ritmo tranquilo tirando al bíblico queda contenida por la pasión humana por la vida, deslumbrante, aterradora, destructiva, culminando con el Herodes bíblico, que ya todos conocemos.
¿Se puede destruir lo que se ama de tanto amarlo?
Herodes es quien mejor lo sabe. Película brillante donde las haya, no dejes de verla solo porque creas que es un peplum aburrido más del montón o Purdom tenga cara de coñazo.
La película es de todo menos aburrida, de todos menos cutre. Es cine clásico, es cine de verdad.
Un flojo y fallido peplum italiano de los cincuenta.
La película se inspira en el tristemente célebre rey de Judea Herodes el Grande, considerado un villano en los evangelios por ser responsable de la masacre de los santos inocentes, aunque algunos historiadores ponen en duda la veracidad de estos hechos.
En lo referente al film la figura de Herodes, aquí está encarnado por el inglés Edmund Purdom, quien otorga presencia al personaje pero que nunca logra dar verdadera intensidad a su interpretación. Lo mismo ocurre con el resto del elenco quienes no logran despuntar en sus personajes ofreciendo unas actuaciones desangeladas y sin pasión.
Pese a que lo pueda parecer. esta no es una biografía del mítico rey, pues no se presta atención a su labor como constructor y la prosperidad que trajo al pueblo judío sino que la película se centra solamente en sus dramas familiares, no hay apenas nada de acción sus siempre complicadas relaciones con Octavio se tocan de manera superficial y llega ha hacerse tediosa y poco interesante para una figura histórica que daba mas de si.
Se salvan sus vestuario fotografía y decorados recreados con cierto lujo.
Por lo demás un film olvidable.
Gracias.,
Algo que parece común en el mercado patrio es que se editen películas falseando su banda sonora. Es incomprensible que pase inadvertida esta estafa, ya que las personas interesadas en adquirirlos presumiblemente serán cinéfilos o frikis, da igual, pero es un público especializado que lo va a pillar, frenando el interés en adquirir más títulos que pueden incluir chapuzas de este tipo. Y la pena, en este caso, es que en la versión en español editada por Impulso de Herodes, el rey cruel se sustituye en algunos momentos la música original por la banda sonora del Drácula versión de Fisher. A su favor decir que al menos han respetado tanto su formato Totalscope y su precioso Eastmancolor, como además el cartel español, que en su día lo realizó el célebre Soligó. Y ya centrándonos en lo que es Herodes, el rey cruel (la censura española prefirió ese título al original, Herodes, el rey grande) nos resulta uno de los mejores peplums a la par de ser uno de los más entretenido de ver.
Su diseño de peluquería es asombroso porque, aparte de tintes, postizos y extensiones reseñables, los moños que aparecen son un muestrario profético de la moda que reinaría poco después en los años sesenta, quedando casi como un catálogo época. Esto es sin duda más evidente y entrañable que las películas donde los personajes lucen la perillita o el tatoo de moda. El gran Vittorio Nino Novarese crea un buen vestuario, eligiendo coloridos y telas (algunas con llamativos brilli- brilli) que pudieran embriagar al público con total acierto, y haciéndole aprender para futuros y muy reconocidos trabajos lo que era el comedimiento. Dallamano a la fotografía, y que luego se hizo director de cine, le da una vistosidad no muy común en el cine de cartón- piedra, así como Savina en la música. Uno de sus mayores logros es su guión, con personajes bien estructurados y con un final, que si bien parece un poco precipitado dando la impresión que se quedaban sin película virgen o sin presupuesto, puede presumir con que tiene una resolución con paradoja shakespeariana, con bastante retranca y cinismo. Su director, que consta a veces como W. Tourjansky y en otras como Viktor Tourjansky, hace un trabajo eficaz. Debo mencionar a su reparto: Edmund Purdom, que ya rodó El hijo pródigo, uno de los títulos más barrocos y kitsch de la filmografía de Lana Turner y del cine bíblico de Hollywood, protagoniza este también notable título del peplum europeo, rodado en pleno triunfo del género, el año de Ben- Hur. Le acompañan la malograda actriz francesa Sylvia López, de enorme parecido a Sophia Loren, con enormes cejas pintadas y labios libidinosos, y que junto a la guapa Sandra Milo muestran generosos escotes y mucho rimel. El resto bien, en la misma línea: como Alberto Lupo, Corrado Pani, en el papel de hijo de Herodes, con gran parecido a Mark Hamill y como la madre atormentada Elena Zareschi, que nos evoca a una reina sacada de una tragedia griega. No sé qué opinión le merecería al gran Terenci Moix esta película, pero en el caso de que no la hubiera visto (cosa que dudo, era uno de los más formados, un máquina) creo que se la hubiera recomendado sin ninguna duda.