El regreso de la pantera rosa
Sinopsis de la película
Un valioso diamante conocido como la Pantera Rosa ha sido robado, y sólo hay una pista: un guante blanco, la inconfundible firma del mundialmente famoso ladrón apodado El Fantasma (Christopher Plummer). Aunque se creía que se había retirado, para el inspector Clouseau (Peter Sellers) es el primer sospechoso. Decidido a limpiar su nombre, El Fantasma se lanza a la búsqueda del verdadero ladrón y engaña a Clouseau con una serie de pistas falsas.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Return of the Pink Panther
- Año: 1975
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
6.3
84 valoraciones en total
El regreso de la Pantera Rosa, The Return of the Pink Panther es la tercera película cronológicamente hablando de la archifamosa saga de la Pantera Rosa. Película británica de 1975 de nuevo con Blake Edwards comandando el timón y Henry Mancini a la batuta de la mítica música que todos conocemos.
Esta saga, mitificada por muchos (ego me acuso), ha pasado a la Historia del Cine como una de las más divertidas e ingeniosas dentro del género de la comedia y mucho tiene que ver la presencia del genial Peter Sellers, la gallina de los huevos de oro, el actor que automáticamente hace subir el nivel de calidad de cualquier película en la que actuaba, capaz de hacer comedias disparatadas, descacharrantes y papeles serios, dramáticos, humor ácido (Teléfono Rojo, volamos hacia Moscu, Stanley Kubrick), humor naif (El guateque, también de Blake Edwards), de todo. Actor con mayúsculas.
Su personaje del inspector Clouseau, auténtico hombre-catástrofe que todo lo destroza, timbres, teléfonos, mesas, camas, cristalerías, espejos, todo por su torpeza innata, que amarga la existencia a sus jefes y crea conflictos involuntarios allá donde pone los pies, es todo un icono de la cultura contemporánea. Un personaje genial para un actor genial pero es el personaje quien depende del actor, no al revés.
El Regreso de la Pantera Rosa, paradójicamente, ha envejecido mal, a pesar del talento, de algunos gags hilarantes, de la magia de todos sus componentes. Si no estuviera Peter Sellers, da que pensar en qué se quedaría vista hoy en día.
Lo cierto es que ver a Catherine Shell riéndose, literalmente, del Inspector Clouseau, el encorsetamiento de Christopher Plummer y demás, hieráticos y poco convincentes, sin vis cómica, deslucen una comedia que no puede verse sino como humor absurdo, con gags de dibujos animados (Herbert Lom, que interpreta al sufrido jefe de Clouseau se dispara en la cara y queda chamuscado y dolorido como en algún episodio de dibujos animados de El Coyote y El Correcaminos). De hecho, el personaje de Cato (Burt Kwouk), el ayudante de Clouseau que le está permanentemente tendiendo emboscadas a traición que siembran el caos tras violentas peleas de artes marciales (es un decir) es quizá, junto al de Lom, el único personaje en sintonía con el estilo de humor absurdo de la película. Podríamos también incluir en mucha menor medida al botones del hotel y algún otro personaje secundario.
El Regreso de la Pantera Rosa fue durante años un exitazo, una película entrañable para el gran público, idolatrada. Hoy en día, resulta quizá demasiado setentera en imagen y estilo, un poco forzada, no del todo bien hilvanada la historia, hay más de complicidad con el espectador, que conoce muy bien la historia central y los personajes, que desarrollo coherente del argumento (para los jóvenes de hoy en día quizá les resulte incluso difícil de entender algunas situaciones).
Aún así, es una película entrañable, que hay que ver de vez en cuando para disfrutar de ese aspirador que se traga un loro, de ese baño inundado tras bañarse Clouseau, esa pistola encendedor que siempre es confundida con la de verdad…
Genial continuación de el nuevo caso del inspector Clouseau . La animación en los títulos de crédito es amena y divertida, y la música principal de Mancini es también de lo mejorcito en jazz.
La película tiene dos personajes principales: el inspector Clouseau, y el inspector jefe Dreyfus inmediato superior en la jerarquía de la policía sobre Clouseau. El primer personaje está bien definido: arrogante, estúpido, se las da de sagaz y de genial y en realidad es un total incompetente que lo descubre todo por equivocación. Aparte le añadimos una torpeza innata para meterse en líos y liarlos aún más… y nos recuerda a otro personaje de dibujos animados. Si, señores, el inspector Gadget (en español lo conocíamos como Gachet). Fijense si no en su gabardina, su sombrero hongo, guantes… y su bigote. En el primer capítulo del inspector Gadget también usaba bigote para ir de incógnito. Y los dos provienen de Francia: Clouseau y su largo brazo de la Loi y Gadget (su serie se hizo en Francia aunque desconozco si es francés). Es obvio que ambos personajes se parecen y lo raro es que B. Edwards no demandara a la serie de dibujos por plagio. Por otros motivos menores y menos descarados se han entrado en disputas millonarias (como el capitán Marvel el niño que decía Shazam decían que se parecía a Superman (aparte de que usaba el nombre de Marvel, y al inventar el personaje no estaba registrado y luego la editora de comics se apropió de él y le pidió que dejara de llamar Marvel al personaje, también decían que el gran heroe américano era calcado a Superman),
Los dos inspectores son más simples que el mecanismo de un abanico y son el típico anti-héroe que cuando le disparan con una pistola esquivan el disparo porque se agachan a coger una moneda y que descubran los malvados complots por pura chiripa o por arte de birlibirloque. Precisamente esto les hace entrañables.
Su jefe por contrapartida es un tío inteligente y eficaz, lo malo es que es algo nervioso e irascible y sufre los tropiezos de su subordinado una y otra vez. Ya venía medio zumbado de la anterior película donde ya decía que quería matarlo y muchas veces cuando lo ve le da un tick en el ojo, como queriendose alejar de él.
Lo que separa a Clouseau de Gadget es que tiene un criado chino (mi fiel amigo amarillo lo llamaba él) denominado Kei-to (que como ya vimos en el otro caso del inspector Clouseau ) tiene la orden de, para mantenerlo en forma y siempre alerta, atacarlo en todo momento y no dejarle un momento de respiro. Son divertidisimos sus duelos y ese entrar en casa y no saber donde encontrarás a tu criado con ganas de cortarte el pescuezo de una tajada karateka.
En alguna ocasión la película puede ser algo confusa o perder un poco de fuelle, pero en general es una buena película de humor y destaco también el excelente doblaje al español que ha tenido.
Tercer título de la serie de la Pantera Rosa, realizado por Blake Edwards. Se rodó en exteriores de Valencia, Mallorca, Gstaad (Suiza), Marruecos, Niza (Francia) y en los Shepperton Studios (Inglaterra), con un presupuesto estimado de 5 M dólares. Fue nominado a 3 Globos de oro y 1 WGA (guión). Producido por Blake Edwards, se estrenó el 25-V-1975 (EEUU).
La acción tiene lugar en Lugash (país imaginario), Gstaad, París y Niza, en 1973/74. El mayor diamante del mundo, La pantera rosa , es robado del museo de Lugash por un enmascarado que deja en el lugar un guante blanco con una P. Las autoridades deciden encargar el caso al inspector Clousseau (Peter Sellers).
La película recupera y da continuidad a los dos films del inspector Clousseau (Peter Sellers), producidos en los primeros 60: La pantera rosa (1963) y El nuevo caso del inspector Clousseau (1964). Siguen otros 6 títulos oficiales, que completan una serie de 9, sin contar las versiones no oficiales. El relato combina una historia criminal, sobre la que se apoya una comedia de humor disparatado, a cargo de un personaje singular (Clousseau), que conserva las características de las obras anteriores: es distraído, torpe, ingenuo y no entiende nada de lo que ocurre a su alrededor.
El humor se basa en enredos, engaños, resbalones, caídas, despropósitos, suplantaciones de personalidad (empleado de telefónica, Emil Fournoir, Dr. Tany, etc.), autolesiones involuntarias (saludo levantando la porra hasta golpearse en el ojo), lesiones intencionadas de los dedos de Papai, confusiones inverosímiles (taxista), la irritabilidad incontrolada de Dreyfus, sus tics nerviosos, manías persecutorias (de los bajos fondos), palabras equivocadas (habitáculo por habitación). Se añaden algunos gags propios del personaje (recibo de una bomba) y otros de humor inglés (el hombre que a la entrada del hotel pide al inspector la gabardina, los guantes y el sombrero). Se incluyen comparaciones hilarantes ( Atila era un voluntario de la Cruz Roja comparado con él ) y citas descontextualizadas ( Algo huele a podrido en Dinamarca , de Hamlet). Aparece por primera vez Cato (Kurt Kwouk), fuente de incidencias cómicas. Más que un relato estructurado, la obra es una suma de episodios.
La música, de Mancini, aporta una partitura adecuada, muy del gusto de la época y burlona. Destacan los temas Summer In Gstaad , So Smooth y The Greatest Gift (en versiones instrumental, solo de piano y coro). Se añade un fragmento de Las Valkirias (Wagner). La fotografía, de Geoffrey Unsworth ( Tess ), usa planos medios muy estáticos que realzan la gestualidad de Sellers, planos-secuencia bien elaborados, luces de interior suaves, planos picados y semipicados y escenas fuera de campo, en un contexto de notable calidad visual. Los créditos se adornan con una ingeniosa animación. La interpretación de Sellers es convincente.
Película intrascendente, entretenida y divertida, de buena fotografía y acertada de Sellers.
Hace mucho tiempo que vi La pantera rosa pero tengo una vago recuerdo de que esta no me gustó. Pero leí en un foto que esta era la más divertida de la saga, no sé si es la más divertida, pero puedo afirmar que es muy entretenida y te puedes echar unas buenas risas.
Momentos de humor delirante y situaciones muy cómicas hacen de esta secuela una gran comedia.
Os la recomiendo si queréis pasar un buen rato, aunque os aviso que la película tarda en coger un poco el ritmo. Esperaos 15 minutos porque después empieza lo bueno.
Comparándola con El nuevo caso del Inspector Clouseau, que es una película de humor excelente sin lugar a dudas por su gran categoría, ésta sigue sus pasos sin más y sin querer superarla. Christopher Plummer es un buen relevo para David Niven, el anterior Fantasma, ya que ambos son actores de gran clase y suaves maneras.
Los gags son buenos y funcionan gracias a la experiencia de Blake Edwards tras las cámaras y a las dotes humorísticas del gran Peter Sellers, que creo que incluso Catherine Schell se ríe de verdad a su lado en alguna secuencia. La trama está bien escalonada para este tipo de humor, que en parte se basa en las parodias a costa de los hombres de la Sureté francesa.
Peter Sellers creó un personaje inolvidable que elevó el gag a la mayor categoría.