El poder de un dios
Sinopsis de la película
En un futuro la avanzada civilización terrestre descubre un lejano planeta habitado por unos seres completamente humanos pero tremendamente atrasados respecto a la Tierra. La humanidad envía a un equipo científico para investigar el descubrimiento. Una nave es situada en orbita para monitorizar la historia del mundo, y un infiltrado Rumata, es enviado para mezclarse con la cultura nativa, siempre guiado por una fuerte regla de no intervención.
Detalles de la película
- Titulo Original: Es ist nicht leicht ein Gott zu sein (Hard to Be a God)
- Año: 1989
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
Película
5.6
74 valoraciones en total
Co-producción germano rusa rodada y estrenada en pleno cambio del mapa europeo iniciado con la caída del muro de Berlín y el Régimen Soviético situando la acción en un remoto mundo y en una era indeterminada regido por desérticos parajes y fortalezas abruptas. Allí es donde irrumpe un misterioso caballero llamado Rumata de Astoria (Edward Zentaura) con una misión que cumplir: controlar el comportamiento de unos posibles antepasados, salvajes, despiadados, crueles y aguerridos servidores de un extraño reino en que las conspiraciones están a la orden del día.
Co-escrita con el prestigioso Jean-Claude Carrière (Ese Oscuro Objeto del Deseo, el Tambor de Hojalata, Cyrano de Bergerac), la película de Peter Fleischmann (Escenas de Caza en la Baja Baviera) se basa en una novela de los hermanos rusos Arkadi y Boris Stugarsky, célebres autores enmarcados dentro de la Ciencia-Ficción literaria europea, autores de Stalker (adaptada al cine por Andrezj Tarkovsky en 1979) , y que ocupan su puesto de honor en las letras fantásticas del este al lado de Stanislav Lem.
Mística, mitología, enfrentamientos a capa y espada, brujería y naves espaciales orbitan en el sí de éste interesado producto concebido con el fin de pasar por en los circuitos comerciales, umbral que cruzó con una más que fría acogida. El también realizador alemán Werner Herzog tiene una pequeña aparición secundaria.
Interesante película de ciencia ficción, cuyo argumento y desarrollo es lo que te mantiene enganchado hasta el final, haciéndote pensar y cuestionarte muchas preguntas, valorándose, por otra parte, la seriedad con lo que se toma dichas premisas argumentales.
Pero lo malo está en unas interpretaciones malas, muchos personajes esperpénticos y fuera de lugar, y de unos efectos especiales, visuales y fotografía muy pobres. Además adolece también de una pobre puesta en escena, viéndose sobre todo en las escenas de batallas .
Aunque, hay que decir, rompiendo una lanza a favor por la puesta en escena, que es muy interesante la forma de mostrar la dualidad de observadores y observados .
Lo bueno:
– Lo original del argumento.
– El desarrollo es coherente
– Edward Zentara, realmente convincente en su papel
– Las cuestiones que hace que te plantees, sobre Dios y la humanidad….
Lo malo:
– Los efectos especiales
– La BSO, realmente fuera de lugar en muchas ocasiones, aunque he de reconocer, que es del tipo que se usaba mucho en aquella época.
– Algunos personajes cómicos , y también fuera de lugar.
– Las actuaciones en general, salvo Edward Zentara.
– Lo pobre de la puesta en escena, en especial las batallas y las escenas de lucha de espada .
Un claro ejemplo que demuestra que lo importante en una película es sobre todo el guión. Pese a contar con pésima fotografía, efectos especiales de baratillo y unos actores dignos del peor telefilme hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una película.
Ya desde el inicio comienza con una propuesta que, por lo menos, yo no había visto antes, en un futuro lejano donde no existe la violencia se descubre un planeta con unos seres humanos que todavía estan anclados en una más que violenta edad media. Se decide entonces enviar una expedición cientifica con el fin de infiltrarse entre los habitantes del medievo para poder estudiar que es lo que hace violentos a los hombres. Cuando uno de estos cientificos infiltrados desaparece comienza la verdadera película en la que uno de los tripulantes debe buscar a su compañero en un mundo que no entiende y en el que por supuesto debe intervenir lo mínimo posible con el fin de no alterar el objeto del estudio.
El desarollo de toda la película se hace de forma solvente, y la violencia sin sentido poco a poco va cobrándolo hasta llegar a estar más que justificada, en ningún momento la película se hace pesada ni sobra ninguna escena, algo que no se puede decir sobre la mayoría de las peliculas de ciencia-ficción (sobre todo las europeas) y si hay algo que defina a esta pelicula es sobre todo la capacidad de su guión para sorprender.
Nunca ganará un Oscar a los mejores efectos, ni a la mejor dirección, ni a la mejor fotografía pero desde luego es una película que se disfruta, sobre todo si lo que te gusta es la ciencia-ficción consistente y con guión sólido.
Película de ciencia ficción futurista: La raza humana descubre un planeta habitado por también humanos que viven su Edad Media. Lo estudian y observan de cerca para ver si evolucionan igual que nosotros los terrícolas. Envían a algunos historiadores que se infiltran entre ellos con la orden de no causar entre ellos ningún cambio significativo y sobre todo, dado que es una sociedad muy violenta, si son atacados pueden defenderse pero en modo alguno matar a ninguno de los nativos.
La fotografía es pésima, pero el guión todo lo contrario: bastante bueno.
No es una excelente película, pero se ve con interés. Probablemente la explicación de que ganase el Festival de cine de Sitges (España) de cine fantástico y terror en su edición de 1990, es porque era la película menos mala de todas las que se presentaban.
Estamos ante un ejemplo básico de ciencia ficción resuelta con eficacia en ausencia total de efectos especiales. Repasarla es encontrar muchas similitudes en posteriores cintas como la canadiense Cube por su originalidad en el argumento y su filmación claustrofóbica.
El poder de un dios es un ejemplo de una idea original llevada a cabo con eficacia. En un futuro en el que la exploración espacial es el presente, un equipo de historiadores estudia a humanos primitivos en una civilización medieval de un lejano planeta, buscando perfeccionar sus conocimientos acerca de sus propios orígenes. Rumata (Edward Zentara) es enviado a sustituir un compañero caido en la ciudad de Arkanar, donde permanecerá como residente e informará al centro de operaciones, situado en la órbita exterior del planeta.
El trabajo de técnicos y actores resulta correcto y cabe destacar la banda sonora, que se llevó el premio de Sitges en el 90. Para mi ha sido una grata sopresa esta banda sonora, ya que dentro de la sencillez a veces rudimentaria de sus sintetizadores, Jurgen Fritz consige resaltar la estética de la película.
A pesar de sus más y sus menos, considero que debe verse una cinta como hay pocas en Europa. Para curiosos de la ciencia ficción, siempre.