El planeta de los tiburones (TV)
Sinopsis de la película
En un futuro próximo, el derretimiento de los glaciares ha cubierto el 98% de la superficie terrestre de la Tierra. Los tiburones han florecido y ahora dominan el planeta, operando como un sólido banco dirigido por un tiburón alfa mutado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Planet of the Sharks (TV)
- Año: 2016
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
1.7
76 valoraciones en total
Debido al calentamiento global los casquetes polares se han derretido, el tremendo aumento del nivel del mar obliga a los hombres a sobrevivir en plataformas flotantes y a desplazarse en barcas, bienvenidos a Waterworld, digo… al Planeta de los tiburones. El método para crear estas películas sigue siendo el mismo, en dos bombos se meten papelitos con palabras y se sacan para obtener el conepto, en el primero sólo está la palabra tiburón, en el segundo cualquier cosa que se les ocurra: hielo, planeta, dunas o gazpacho andaluz, todo vale.
El esquema es similar al de bodrios de la familia, muerte al principio para que nos sobrecojamos (o riamos), presentación de personajes que se dan cuenta del problema y ya está, a trazar el plan más absurdo que se les ocurra para vencer a los tiburones, por qué están ahí no es importante. Los CGIs de planos aéreos siguen siendo dignos del Age of Empires I, pero cuidado con el de los tibus porque, siendo cutres, hay cierta mejora con respecto a producciones anteriores. Además los actores, siendo de liga de patio de colegio, no lo hacen tan mal, en alguno se intuye hasta cierto esfuerzo, y no las caras de besugo y tonos planos habituales.
La trama avanza entre conceptos científicos cogidísimos por los pelos, explosiones de chichinabo, cromas poco disimulados y música garbancera de tensión continua, además, a pesar de querer transmitir la idea de un planeta cubierto por cientos de metros de agua, muchas veces se nota que están a diez pasos de la playa. Por supuesto, los tiburones vuelven a rugir, algo que se está convirtiendo en un cliché en este bello subgénero.
En fin, otra producción salchichera para amantes de lo cutre muy disfrutable en compañía, y que no necesita precisamente del intelecto del espectador. ¡Algún día detendrán a los guionistas por esclavizar niños para que les escriban semejantes pastiches!
Es que son siempre tiburones. ¿Por qué? ¿Qué fobia o filia hay detrás de tantas películas sobre tiburones asesinos? Ahora hasta dominan el mundo porque el calentamiento global ha provocado que el nivel del agua inunde la tierra. Bueno, es una idea. A ver qué más nos ofrece «El planeta de los tiburones».
Pues, hombre, qué va a ofrecer: mucho cachondeo. Toda ella es de risa, claro, en el peor sentido del término, porque además aburre con tanto dato científico que no nos importa. Obsérvese que en todas estas producciones la gran mayoría de diálogos están relacionados con algo técnico con el que pretenden (pero ¿de verdad se lo creen?) explicarnos lo que los protagonistas tienen que hacer para salvar el mundo. Es que no hablan de otra cosa: más y más números y mecanismos extravagantes. Quizá hablar de otros asuntos daría dimensión a los personajes, a la historia, algún relieve, alguna personalidad, y esto es difícil de conseguir y de escribir, y tampoco creo que sea lo que se busque.
Así que por millonésima vez los tiburones se comerán o matarán a un montón de gente. También es curioso que, no importa lo que pase, siempre acaban explotando las instalaciones en las que están. Todo por los aires. Porque sí. Qué más da. Mete una explosión ahí y una tipa dura por allá que caza escualos con una lanza y los levanta con una mano, pon alguna historia de amorcillo y que muera mucha gente, eso que no falte, ¿eh?
Qué te voy a decir, tú veras si te interesa.
Vista en una casa rural en la que estuve este fin de semana: un sitio expléndido para pasar unos días con amigos/as, emplazado en un lugar muy cercano a la capital gallega, Santiago de Compostela.
Le doy especial incapié al lugar y contexto en el que se proyectó, ya que el éxito de la obra radica en estos dos factores: se puso en un ambiente claramente festivo en el que se buscó una frikada así, sin pretensión alguna.
La película es mala de solemnidad, un producto de la conocida compañía The Asylum , la cual se dedica a hacer versiones de bajo presupuesto de obras más ambiciosas. En ese caso la película original en la que se basaron es El Planeta de los Simios de Tim Burton.
La compañía de Z Nation o Sharknado esta vez nos muestra un futuro postapocalíptico: los polos se han derretido, planteándonos un escenario global inundado, ya visto en la conocida Waterworld .
Las interpretaciones son, como no podía ser de otra forma, catastróficas. Los personajes planos. El guión -repleto de clichés- nos muestra una historia poco original. Y la dirección, de la mano de Mark Atkins, no está hecha para tomarse en serio.
La banda sonora, la fotografía, el montaje en su conjunto, o la dirección artística -entre otros aspectos restantes a valorar- irán muy al compás de la dirección técnica, guión o interpretaciones/personajes, ya descritos arriba.
Poco más quiero decir, en breve publico la crítica de la otra película que vi en la casa rural.
Gracias por leer.
Al menos a los de la productora de The Asylum , que vuelve a la carga con una de escualos en un ambiente directamente copiado de Waterworld (1995). A lo largo de su escaso metraje nos explican cada dos por tres lo que está sucediendo, los rocambolescos planes para acabar con estas bestias marinas o los inventos que están desarrollando, todo con un lenguaje lleno de términos científicos pero yo no me entero de nada. Lo único claro es que el mundo se ha convertido en un gigantesco océano plagado por tiburones y que por medio de un cohete quieren volver a restablecer la normalidad. Ahora bien, no será fácil lograrlo.
Película como todas las de este tipo mal hecha pero de un modo que no resulta gracioso, que es lo que aquí importa, por lo que se hace algo pesada. Por supuesto, tiene su buena ración de situaciones risibles y su variopinta colección de personajes. En este sentido, voy a citaros a la niña negrita, la actriz Lauren Joseph, que es que no tiene ni texto, se pasa toda la película de figurante, a Christia Visser, que es monilla, y que pese a estar en un situación para pocos lujos, su doctora Munro se hecho con un bonito lazo para el pelo, y a la amazona Angie Teodora Dick, que aunque lleva botas, son feísimas, así que como si nada.
No es de las peores producciones de The Asylum . Las hay mucho peores. Es obvio que es la imitación barata de Waterworld , de la que toma el escenario – el mundo inundado, los pueblos flotantes – pero la sociedad no es salvaje, tiene sus normas y hasta tiene una ligazón con la sociedad anterior, en forma de investigadores que buscan revertir el cambio climático. Lo que toma, y estaban de moda en esos años, como referencia, son las ingentes películas cutres sobre tiburones a cual el más raro – sharknado, megalodon, lo que haga falta – para construir una amenaza contra los restos de la humanidad. Incluso hay un homenaje al original Tiburón de Spielberg, cuando una de las protagonistas, con dos arpones-electrodo, se enfrenta al gran tiburón y también una pizca de Mad Max II por eso del aparato volador.
El guión es básico, muy básico, pero efectivo. Los tiburones persiguen a los protagonistas y se meriendan a todo humano que aparece. Pero el filme es dinámico, las protagonistas llevan camisetas tres tallas inferiores, no hay alopécicos y el único obeso ya sabemos como acabará, o más bien, donde acabará. Y, sorpresa, no un hay un macho-alfa al uso, sino un protagonismo femenino que la acerca más a Alien y su heroína que al Tiburón de corte clásico, con el policía o el aventurero arrojado. Aquí las mujeres salvarán a la humanidad y, de paso, al mundo.
La película no es excelente, es ciertamente mediocre, pero para venir de donde viene, es bastante digna, dentro de los parámetros de un filme de bajo presupuesto.