El placer de los extraños
Sinopsis de la película
Colin y Mary, una pareja inglesa con dudas acerca del futuro de su relación, van de vacaciones a Venecia, donde conocen a Robert, el dueño de un bar que les cuenta historias acerca de su abusivo padre y la humillante venganza que sufrió por parte de sus cuatro hermanas. Aunque Colin y Mary sienten que Robert y su esposa, la elegante y recatada, son una compañía poco agradable, están inexplicablemente, casi hipnóticamente, atraídos hacia la pareja, quienes terminan siendo aún más peligrosos de lo que parecen, y todo termina en un clímax violento.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Comfort of Strangers
- Año: 1990
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
6.3
25 valoraciones en total
No sé si la película es fiel a la novela o no, pero desde luego, lo que sí parece es teatro filmado, a pesar de los exteriores. Una pareja joven, de la que no conocemos nada, pasea por Venecia su aburrimiento y su falta de amor, ¿por qué el desamor? Lo sabrán el director y el guionista, pero no tienen a bien contárnoslo (o será que todos somos muy cool y no hace falta descender a detalles mundanos). No hay tensión, no hay intriga, no hay nada. Un día se encuentran con un tipo (Walken), y su señora (Mirren), de los cuales tampoco se nos cuenta nada, a pesar del título del film y de algunos desnudos de estudio, hay menos tensión sexual entre los cuatro y entre los respectivos miembros de las parejas que entre los Teletubbies. La típica película de pareja de ingleses que no se soporta y se va al extranjero a aburrirse y se encuentra, como no, con otra pareja idéntica, y son todos muy callados y educados hasta que, de repente y sin venir a cuento empiezan a tirarse los trastos a la cabeza.
El aclamado guionista Paul Schrader, responsable de films como Taxi Driver (1976) o Toro Salvaje (1980), dirige una historia regida por el afán melancólico del sentimiento amoroso, la influencia del tedio como elemento distorsionador en las relaciones de pareja define el itinerario narrativo de la película, cuyo guión, firmado por el Nobel de Literatura de 2005, Harold Pinter, aborda, de manera indefectible, el proceso de destrucción de los lazos emocionales, de las conexiones afectivas.
La ambigua pugna entre Christopher Walken y Rupert Everett, con la complicidad de sus respectivos cónyuges, deriva en una interdependencia que alcanza límites enfermizos, una atmósfera asfixiante, descrita por la Venecia decadente ya esbozada por la pluma Thomas Mann y la cámara de Luchino Visconti, influye en el proceder vital de sus componentes, inmersos en una porfía inútil en pos de la felicidad.
La soledad individual y el distanciamiento al que se ven abocados cada uno de los personajes definen la idiosincrasia del género humano: la percepción pesimista, taciturno, del entorno como pauta común de comportamiento, eclipsa todo atisbo de esperanza.
Lo primero que llama la atención en El placer de los extraños es que Paul Shrader no firme el guión, su aportación al film es como director, tarea que el mismo ha definido siempre como secundaria en el proceso creativo, su grán pasión ha sido siempre el texto escrito, ya sea adaptado u original.
No me cabe duda que el culpable de todo esto sea el premio nobel de literatura Harold Pinter
– galardón que consiguió en 2005 -, encargado de adaptar la novela de Ian MacEwan, es un caramelo envenenado perfecto para la retorcida mente de Schrader, le permite dar rienda suelta a todas sus obsesiones y los personajes estan perfectamente delimitados en su típico universo contemplativo, donde una acción, por terrible que resulte, es mejor que el tedio que provoca lo convencional, lo rutinario.
En esencia esto la acerca a títulos como Taxi Driver , Mishima o Aflicción , pero Shrader va más allá de darle coherencia a su propia obra y aprovecha para hacer un magnífico homenaje a Muerte en Venecia de Visconti, el alma de esa película esta presente en mucho planos del este film.
Interpretativamente impecable, sin duda que los que hacen grande esta arriesgada apuesta son Christopher Walken y Helen Mirren, actores en estado de gracia para mostrarnos el más inquietante lado oscuro del alma humana sin por ello dejar de atraernos, como bien le pasa a los personajes de Everett y Richardson, sabemos que algo perverso se esconde tras ellos, pero ni con eso podemos dejar de sentir deseo por ese inminente peligro.
Acerquense a ella con la mente abierta y procuren dejarla en blanco ya de paso, no conviene que veamos más alla de lo que se nos muestra ni que el tedio se apodere de nosotros antes de su magnífica conclusión, la excelente BSO de Angelo Badalamenti nos ayudará a hacerla soportable.
Imagínate en Venecia disfrutando con tu amor, uno como nunca creíste alcanzar. Imagínate el relajante disfrute de estar en cuerpo y alma con una pareja con la que te entiendes deliciosamente y con quien aprendes a querer y a ser querido en una nube de placeres continuos. Pues bien, después de gozar de las bondades de este cuento de hadas deberás enfrentarte a uno de los más terribles acosos por tu propia causa, porque no soportas el éxito de tu amoroso enlace, de la belleza de tu pareja y el confort en que descansas, y del tedio pasas a una morbosa ambición y de allí… a la caza y captura de unos simpáticos desconocidos que te sorprenderán por su concepto de placer, su terrorífica manera de complacerse.
El director Paul Schrader esta vez se deja llevar constantemente por el guionista, apenas interviene con sus manías moralistas con las que se ha cargado más de una película. El maestro Pinter esgrime su talento como autor de teatro bien aunado con el de guionista: ricos personajes, diálogos breves, precisos, situaciones en creciente suspense, repetición precisa de determinadas frases… en una ciudad hermosa y terrible como las propias emociones que dominan a los gentiles y monstruosos señores…
Una de las mejores películas de Walken formando pareja con la siempre extraordinaria Helen Mirren. Natasha Richardson, sublime, tan confortable en su embriagadora sensualidad. Rupert Everett defiende bien el papel de ingenuo ambicioso que se mete en la boca del lobo.
Este es el cine de terror que de verdad te corta la respiración. No porque temas que se cruce en tu camino un psicótico empuñando un puñal, sino porque un tipo simpático y aparentemente generoso es portador de tormentos que arruinarán tu vida.
The Comfort of strangers traducida en Editorial Anagrama como El placer del viajero es el libro de Ian McEwan, publicado en 1981, que fue tomado como base para que sobre ella Pinter y Schrader construyan este interesante film… hay que decir, que sigue con fidelidad la obra original!!!
La novela transcurre en Venecia, aunque su autor jamas comete la inelegancia de describir la ciudad… Y, es interesante lo que Schrader y Pinter construyen con esa ciudad que sin duda , aparte del clima de romanticismo que se le ha dado es evidentemente siniestra.
En esa ciudad laberíntica los visitantes se pierden…en sus calles y también en sus relaciones
eróticas y constatamos que, en última instancia, la violencia sadomasoquista es el nexo del deseo sexual.
Dos parejas, la de los mayores superan la posibilidad del tedio una vez terminada la pasion de los comienzos, a partir de una especie de vampirización sublimada…
Un relato realmente turbador y bien manejado.