El patrón. Radiografía de un crimen
Sinopsis de la película
El patrón, radiografia de un crimen, se enfoca en un hecho criminal real sobre un hombre rural que llega a Buenos Aires en busca de trabajo y termina explotado por un siniestro patrón que le obliga a vender carne podrida y le somete a una verdadera esclavitud, en el corazón de la ciudad de Buenos Aires y en el siglo XXI.
Detalles de la película
- Titulo Original: El patrón, radiografía de un crimen
- Año: 2014
- Duración: 99
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargarte una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te mostramos un listado de opciones de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.8
93 valoraciones en total
Esta primera incursión del joven realizador Sebastián Schindel en el largometraje de ficción, luego de una amplia y sólida trayectoria como documentalista (Mundo alas, Rerum Novarum, entre otras, son muestras de su vocación por sensibilizar acerca de la dignidad de los más débiles) es un implacable retrato sobre las prácticas poco menos que esclavistas, aún presentes en ciertas relaciones laborales.
En El Patrón…, su primer largometraje de ficción, se basa en la historia real de un hachero santiagueño analfabeto, que aspira a mejorar sus condiciones de vida, emigrando con su esposa a Buenos Aires, donde encuentra trabajo esclavo en una carnicería. Con el cine de Pablo Trapero y el de los hermanos Dardenne como ineludibles referentes, Schindel practica un saludable clasicismo narrativo, para un relato que, para no caer en el exceso, aprovecha con austera profundidad las ilimitadas posibilidades visuales y sensoriales en el marco de una carnicería. Así, recorre sobriamente un escenario de cuchillos y ganchos de todos los tamaños, reses sangrantes envueltas en el penetrante vapor del agua lavandina para atenuar el hedor de un ambiente cada vez más opresivo.
El responsable de cargar sobre sus espaldas un protagónico en las antípodas del rol de galán es Joaquín Furriel, quien construye un personaje con acento santiagueño y una interpretación en la que no se percibe ningún vicio de la televisión o del teatro. Su actuación es puramente cinematográfica, como la de Mónica Lairana, que pasó de ser una mujer fatal en las telenovelas a encarnar la sumisa y conmovedora esposa del protagonista.
La mirada del filme está puesta en la injusticia del contexto y las circunstancias que nadie evalúa, salvo cuando por casualidad, la secretaria del juez pide ayuda a un amigo abogado (Pfening), al compadecerse por la lectura del expediente y lo invita a compenetrarse del caso. Una historia impactante en la que los roles de victimario y víctima se invierten, al comprender el oscuro negocio del patrón (Luis Ziembrowski), dueño también de varias carnicerías del barrio, un monstruoso estafador que obliga a su empleado a vender carne podrida camuflada.
El patrón: radiografía de un crimen no es un policial más. Basado en el libro del criminólogo Elías Neuman que da cuenta de un crimen y una injusticia real, la película funciona a veces más como un documental que como un policial, aplicando una dosis concentrada de crítica social. Schindel recorre el submundo clandestino detrás del mostrador, con la certera formación de un documentalista. De los exteriores incorpora algunas calles del porteño barrio obrero de Villa Lugano, que aporta su propia verdad estética, su acorde atmósfera de suburbanidad deshumanizante. El director demuestra una llamativa solidez para combinar el costado humano, la mirada social y la trama policial de la historia. La fotografía (a veces demasiado oscura) de Marcelo Iaccarino contribuye a crear los climas para una película tan implacable como necesaria.
Bendito el día que mi amigo Sebastián, argentino de nacimiento, me inculcó el amor por el cine de su país.
Descubrí ésta historia de pura casualidad y me enganchó desde sus primeros minutos. La imagen de la marginación que muestra el protagonista desde el primer plano te hace sentir empatía por él, a sabiendas que su vida no debe ser nada envidiable. Cosa que iremos viendo a medida que avanzan los minutos, pero que toman un cariz cada vez más pésimo y triste para este chaval y su joven esposa.
La falta de respeto, la estafa y unas malas condiciones laborales será su pan de cada día. No se pierdan todos los trucos que le enseña el carnicero y el patrón a nuestro protagonista, para sacar dinero de productos de muy mala calidad para el consumo humano. La escena de los gusanos es para vomitar.
Muy bien rodada desde el punto de vista de dos historias paralelas, el momento actual que lleva la defensa con su nuevo abogado, y los acontecimientos que llevaron al este pobre a terminar con sus huesos en la cárcel. Unas interpretaciones muy creíbles y maduras.
Lo dicho, si quieren ver lo que es capaz de hacer el ser humano con tal de enriquecerse, ésta es su película.
El patrón se queda en tu mente, como un chicle que mantienes en tu boca, cuando ya ha perdido su sabor a fresa. Proposición estimulante y bien resuelta, al conseguir entablar una relación tortuosa con el espectador.
Independiente a que la película te interese o no, hace tiempo descubrí que los actores argentinos, son absolutamente brillantes. Hacen creíbles sus historias, y los guiones están cuidados con esmero.
Un caso de la historia jurídica argentina. Una historia de abuso degradante.
Un guión simple, una estética que ronda entre lo humilde y lo miserable,con atmósferas por momentos bastante asfixiantes.
Y dos actuaciones para mencionar, una la de Luis Ziembrowski, que hace un papel absolutamente creíble. Y la otra una composición realmente notable, de Joaquin Furriel. Por muchas razones es una película recomendable, para ir al cine, mejor que verla en casa.
Furriel, mis más sinceras felicitaciones.
Buena película de mi país con una actuación sencilla pero contundente de Joaquín Furriel, quien da vida a un santiagueño que llega a Buenos Aires para intentar trabajar y ganarse la vida, cae de este modo en manos de un patrón muy jodido, quien lucra con la carne y hace un comercio de ella. La trama no es trepidante, pero conmueve el personaje de Hermógenes (Furriel), también subraya la relación de inferioridad con la que los bonaerenses tratan a la gente del interior y como se aprovechan de ella. Recomendable.