El motoarrebatador
Sinopsis de la película
Narra la historia de un ladrón, quien tras golpear brutalmente a una señora mayor para arrebatarle la cartera, intenta redimir el daño que hizo. Pero su pasado de motoarrebatador lo persigue, impidiéndole comenzar una nueva vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: El motoarrebatador
- Año: 2018
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6
65 valoraciones en total
Buen filme de Agustín Toscano, con actuaciones muy acertadas y un guión atrapante, no es una obra maestra, pero deja una buena sensación de esas películas muy humanas y bien realizada. Lo mejor de la pelicula son a mi parecer las actuaciones de los dos personajes principales y el guion en general es sólido.
Un motochorro le arrebata la cartera a una señora. La víctima cae y se golpea la cabeza. Aquel decide contactarla, y se entabla una relación de interés mutuo. Un pasaje sutil, de ladrón a protector, y de protector a protegido, y finalmente, de protegido a víctima. Un esquema puntiagudo, en el que el cocodrilo no puede evitar dormirse, y las carteras muerden.
La película me dejó la sensación de un cuento algo raro o enrarecido. Zigzaguea entre comedia negra y suspenso, y nos trae un imaginario alucinado del universo del robo: la moto del protagonista, filmada con erotismo, como si fueran las piernas de una criatura fantástica, la escena de un saqueo a un supermercado, como si fueran sueños delirantes, bajopuentes desolados, donde el destino dispone opciones escasas y difíciles. Y una banda sonora que le mete encanto blusero a los sinsabores que le tocan al solitario protagonista.
De entrada, la película te pega un cachetazo, y te de deja grogui delirando una fábula suburbana. Es una de esas películas en las que un protagonista se comporta de manera inesperada, realizando un corte oblicuo en la realidad, para que la observemos desde múltiples ángulos. En este caso, los ángulos de un robo: el ladron, la víctima, el secuaz, el padre del ladrón, etc, en una geometría en la que cada ángulo comparte lados con algún otro. El ladrón tiene un padre preocupado, y es, a su vez, un padre preocupado. Laberinto de espejos, en el que se vuelve posible un peligroso cambio de roles.