El monstruo del terror
Sinopsis de la película
Un joven científico americano, Stephen Reinhart, llega a una vieja casona de Inglaterra para conocer a los padres de su prometida Susan. El desolado estado en el que se encuentra la propiedad no desmerece en absoluto con el de sus moradores, mientras el padre, Nahum Witley, es un viejo amargado que vaga de aquí para allá en su silla de ruedas, su esposa Letitia permanece postrada en cama oculta tras un grueso velo negro. Stephen no tardará en descubrir la razón.
Detalles de la película
- Titulo Original: Die, Monster, Die!
- Año: 1965
- Duración: 75
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Opinión de la crítica
Película
5
41 valoraciones en total
Aburridamente pasable, la película empieza fuerte pero a medida que avanza pierden fuelle sus desencadenantes los cuales aveces son absurdos y acaban por desprestigiar a este humilde film, es de esas películas sin chicha que se vuelven pesadas y insustanciales que hacen que acabes luchando contra Morfeo.
Película puramente anecdótica, poco y únicamente recomendable solamente para los seguidores de Boris Karloff. Si la apruebo, es por su presencia.
La temible pareja formada por James N. Nicholson y Samuel Z. Arkoff dio a luz un engendro llamado American International Pictures (AIP), que durante tres décadas distribuyó basura a manos llenas entre los aficionados al cine de terror y al fantástico en general. En la sombra acechaba Roger Corman, que con dicha compañía dirigió y produjo montones de película de consumo veloz y buenos dividendos. Como hasta en la basura se encuentran perlas, la AIP también se encargó del ciclo Corman-Poe-Price, dio la alternativa a Michael Reeves, Martin Scorsese, John Milius, James Ivory y otros, pescó en el mercado italiano y financió a Mario Bava varios títulos. Una de cal y muchas de arena. La que nos ocupa es particularmente horrenda. No sólo es un insulto al aficionado por su fealdad, estulticia, endeblez de guión, fotografía chillona y música atroz, Es un insulto para los amantes de Karloff, postrado en su silla de ruedas (hay que ganarse las lentejas como sea posible), y sobre todo un insulto a los amantes de Lovecraft, pobre hombre, que nunca ha tenido suerte en el cine. Jerry Sohl, mediocre autor de sf que trabajó a destajo para la televisión, como negro de Charles Beaumont en Twilight Zone entre otras, se inspiró (?) en el magistral relato de HPL El color que cayó del cielo . En el trasvase se pierde toda la magia de la narración, toda la ponzoñosa inquietud que transpiran las palabras, y ni siquiera su autor la habría reconocido. Los actores, por su parte, ponen todo su empeño en hundir el film. Nick Adams, un chico que nunca tuvo suerte, pese a estar nominado a un Oscar, deambula con su gabardina sin saber muy bien qué hacer. Freda Jackson se pasa la película tapada, y la sosa Suzan Farmer no anda muy espabilada. En fin, allá cada cual.
Otras de las tantas películas de terror británicas de la década del 60, la mayoría se dividían en 2 vertientes, las de época, y las del presente, pero góticas, esta corresponde a la 2.
Un hombre llega un pueblo, y pide la dirección de una mansión, nadie se la quiere dar, y le hablan con aversión de ese lugar, cuando llega al mismo, se da cuenta que está rodeado de misterios inexplicables.
La historia tiene muchos baches, los personajes son más plano de lo que de por sí eran los de este tipo de películas, se ve a un Boris Karloff, cansado de hacer casi siempre lo mismo, a un mediocre Nick Adams, y una Suzan Farmer, que lo único que hace es gritar cada 2 palabra Steve, eso sumado a la música estridente, al uso y abuso de los colores chirriantes, aunque por lo menos en este caso si tiene cierto sentido usen el color fosforescente.
En el resto es exagerada, ridícula hasta llegar al humor involuntario, acartonada, en fin, nada que destacar en ella, y bastante por debajo de la media de películas con características similares.
Película que ni con Boris Karloff se salva de la quema.
El argumento es del todo infantil, un joven que va a visitar a una compañera de estudios en una típica mansión terrorífica, con papá siniestro que se mueve en silla de ruedas a velocidad del viento, mamá postrada en una cama moribunda, la hija que no se entera de nada y vive tan tranquila, en fin, un despropósito tras otro, con piedras de uranio venidas de otro mundo.
No da ningún miedo y acaba por resultar ridícula en su afán de mezclar todos los elementos de terror habidos y por haber sin orden ni concierto.
Un Boris Karloff, en el final de su carrera protagoniza esta mediana cinta de terror con ribetes de ciencia-ficción, en torno a una extraña familia que vive apartada y oculta del resto de los habitantes de la zona, por orden del patriarca de la familia, el mencionado Karloff, que trata por todos los medios que su hija no se vea con un joven que la viene cortejando, para evitar que este, pueda desvelar el secreto oculto de la familia.
Film con aires góticos y que nos muestra por enésima vez la facilidad de Karloff para dar vida a este tipo siniestro de personajes. Un Karloff, que antes de morir en 1969, nos dejaría otro gran papel en Un héroe anda suelto de Peter Bodganovich, (1968).
La replica la ponen Nick Adams, (Los monstruos invaden la tierra, 1965), Freda Jackson, (El valle de Gwangi, 1969) y Suzan Farmer, (Rasputín, 1966).
Daniel Haller, (Terror en Dunwich, 1970), director con muy breve carrera en la gran pantalla dirige la película, que se sostiene en un guión Jerry Sohl, basado en un relato corto de H.P.Lovecraft.
Tal vez un poco lenta, y falta de tensión, pero aun así una cinta a mi juicio recuperable por todos los aficionados al género.