El monstruo alado
Sinopsis de la película
Una erupción volcánica en el hemisferio Sur provoca una reacción en el Polo Norte cuya consecuencia es que un gigantesco iceberg queda libre en la superficie y al descongelarse, liberará a un ser que había atrapado desde tiempos prehistóricos, una mantis religiosa gigante. El insecto comienza sembrando el caos por donde pasa, volando hacia el sur (Canadá y EE.UU.) aniquilando todo lo que se cruza en su camino, ante el desconcierto del ejército y científicos, hasta que al fin dan con el origen de todo. Ahora la misión será destruirla.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Deadly Mantis
- Año: 1957
- Duración: 79
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Opinión de la crítica
5.5
94 valoraciones en total
Era la década de los 50, y este film es otra muestra más de ese género que tanto brilló con luz propia en estos años. La sci-fi de serie B, que dio cantidad de films en esa época, con tan desiguales resultados. En este caso concreto…por encima de la media. Debido en gran parte a su director Nathan Juran (La gran sorpresa,1964), autentico especialista en este tipo de producciones. Ese año filmo, otro trabajo de este estilo, ligeramente superior, 20 millions to Earth.
Esta vez no hay nada nuclear de por medio, para que el bichejo en cuestión crezca, simplemente un erupción volcánica, hace que el hielo en el que se encuentra atrapado desde la prehistoria, se derrita y le libere. Todo lo demás es fácil de imaginar. Lo curioso en este film, es que tardan en darse cuenta de quien o que, causa los destrozos, lo que hace que el monstruo, se vea menos que en otras producciones, por lo menos al principio.
Más que aceptables efectos, un guión más sólido de lo habitual para estas películas, también a cargo de un especialista en el momento, Martin Berkeley, que entre otros trabajos, firmó, Tarantula y Revenge of the creature ambas de 1955 y de Jack Arnold las dos. Esto y el pulso narrativo de Nathan Juran, es sin duda el causante de que el film brille más que otros de similar factura.
Desconocido casting, en su mayoría de origen televisivo, a excepción de William Hooper , que sería el protagonista, de la antes mencionada 20 millions to Earth y de La conquista del espacio de Byron Haskin,(1955).
De revisión obligada para todos los aficionados a este género.
Nuestro protagonista alado no es otro que un insecto gigante atrapado en el hielo que en esta ocasión no lo han despertado las típicas y nefastas pruebas atómicas, llevaba ahí dormido unos cuantos milenios y las fuerzas de la naturaleza se han aliado para que dé muestras a la humanidad de su poder destructivo. No es una idea brillante, está el campo algo trillado ya, y es que este tipo de películas de bajo coste, en aquella época, todas se copiaban unas de otras. En esta ocasión la productora tiró de catálogo y como para esa fecha las películas de monstruos habían obviado a las mantis, pues decidieron enterrar a este insecto de sonido zumbón, alado por supuesto, y de dimensiones, qué sé yo, enormes, un gigante inverosímil, tan grande que casi no nos cabe en la pantalla.
Siempre que tengo la oportunidad de ver una película de serie B de esta época no me lo pienso, aunque no todas sean buenas siempre hay alguna que destaca y si no, como es el caso de El monstruo alado , ofrece una horita de buen entretenimiento. Ciertamente aquí hay más de lo mismo, por momentos se recrean demasiado en tecnicismos inventados durante la búsqueda del bicho en la parte central de la aventura, pero confieso que el final me ha parecido más correcto de lo que esperaba. En ese túnel urbano el pobre animal debía pensar que estaba mejor enterrado en el hielo, qué le vamos a hacer, durante sus correrías tuvo tiempo de divertirse con aviones, trenes y camiones de miniatura. Seguro que el espectador de los años 50 quedaría más satisfecho que nosotros pero opino que vale la pena darle una oportunidad, aunque sea sólo por su brevedad.
En esta ocasión el monstruo en cuestión es una mantis religiosa de los tiempos prehistoricos que por lo visto eran más grandes que un Tiranosaurus Rex, esta inexactidud se puede pasar por alto en este tipo de películas cuando su propósito no es hacer una divulgación científica de los animales que han habitado nuestro planeta.
Lo que no es concebible es que aporte menos tensión, suspense y entretenimiento que muchos dramas familiares o documentales de animales con los que convivimos el día a día.
Los personajes son sosos, intérpretes demasiado limitados con los cuales la empatía con ellos es bastante inexistente.
Ya el inicio no presagia nada interesante con un aluvión ralentizado de información que resulta tedioso y aburrido, como si tuvieran pereza para contar la historia.
La progresión es en todo momento a trompicones y carente de cierta agilidad que uno espera en este tipo de películas, que tenga algo de aventuras ni hablemos.
Todo es un ¿qué o quién está causando estos destrozos y muertes?, y ahora que lo sabemos ¿hacia donde va?.
En las antípodas de la excelente La humanidad en peligro (Gordon Douglas).
Ni un atisbo de entretenimiento que ofreció Nathan Juran por ejemplo en La gran sorpresa .