El masajista
Sinopsis de la película
Ilíaco es un chico de 20 años que trabaja como masajista en una sauna con clientela gay. Al morir su padre, Ilíaco emprende un viaje a su lugar de origen, enfrentándose al dolor pero sobre todo a las preguntas sobre el amor, la vida y la supervivencia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Masahista (The Masseur)
- Año: 2005
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
4.8
27 valoraciones en total
Pobreza, relaciones afectivas y prostitución, esta vez ejercida por el lado masculino, son los protagonistas de esta película que promete mucho pero se queda en las buenas intenciones.
El trabajo de cámara en mi opinión es notable y los propósitos, buenos, pero aunque el filme expone la pobreza, asoma conflictos emocionales y retrata de cerca la prostitución, carece en realidad de argumento.
Las actuaciones, convincentes. Pero luego de ver otra película flipina de temática gay muy superior, The Blossoming Of Maximo Oliveros , ésta se queda en una colección de imágenes visualmente agradables, pero no mucho más. Calificación 4 -regular- es suficiente.
Por casualidad me he topado con esta película que me ha gustado más de lo que cabía suponer en una película filipina tratando la prostitución homosexual y las condiciones vitales de la sociedad de la que provienen los muchachos que se dedican a dar masajes y otros servicios a sus clientes. El guión es muy sencillo pero bien estructurado en un relato paralelo entre el salón de masajes y la muerte del padre. Esta situación en la que se encuentra el protagonista da para mucho morbo, en uno y en otro lugar de la historia, pero el director lo esquiva y más bien se dedica a darle un tono poético en las escenas, que por ser claves, son más fuertes. No elude tampoco, el director, la relación sexual explícita ni la presencia del cadáver y es allí donde Iliac, el joven masajista, muestra su aceptación de la vida que le ha tocado vivir en una interpretación correctísima del que después será codiciado como actor profesional en el cine filipino. Sabiendo que el cine de este país vive básicamente del consumo interno de sus películas y sin ningún rigor cinematográfico, es de agradecer trabajo tan cuidado.
Vale que lo filo-gay, el cine filipino y sobre todo Brillante Mendoza estén de moda. Pero esta historia huele…a aburrimiento, claro.
En The Masseur la historia ese centro de masajes-burdel con su protagonista, padre muerto y bastantes masajes y rozamientos masculinos conducen a poco o nada.
Hay evidencia de intenciones pero Brillante Mendoza hace poco honor a su nombre para mostrarnos una realidad desoladora: es mejor que te hagan un masaje a verlo en pantalla.
Una tomadura de pelo, eso es lo que fue esta película.
Descubrí a este director en la lista de las películas del festival de Cannes de este año, director que ha sido premiado por mejor director por su película Kinatay, la cual no he visto y la verdad que se me han quitado las ganas de seguir descubriéndolo después de ver El masajista, una película entre los límites del cine amateur y el aburrimiento extremo.
Ciertamente película como estas y directores como Brillante, que ha conseguido colar dos películas en el famoso festival, desprestigian al festival totalmente,cuando algo así se ha metido en tal festival uno se plantea que algo raro se ha cocido aquí.
Siempre pensé que solamente los Oscars eran unos premios absurdos e idiotas, predecibles desde dos años antes, el festival de Cannes siempre ha sido para mí un punto de referencia del buen cine y por eso descubrí esta cosa.
Cine gay y para gays orgullosos de su sexualidad que les gustan las películas de temática homosexual y el morbo que contienen.
Un chico que se prostituye, un retrato de la prostitución masculina y del abuso de estos, es así como podría definir esta película en pocas palabras y para eso cuenta la historia de la muerte del padre de un chico de ellos y toda la parafernalia del funeral, dos historias paralelas.
La única historia que tiene interés es el momento del masaje al cliente, interés producido sobre todo por el morbo del sexo que esta tiene y por una buena fotografía, algo bueno tiene, cuando esta historia pasa a la del funeral nos encontramos ante un cine amateur e imposible de ver, una historia tan mal grabada y actuada que no se puede ni ver, creedme, no sabía ni de que trataba.
Una película sin guión ni dirección, las actuaciones dejan muchísimo que desear por no hablar de la idea general de la película, la cual no tiene y se puede ver que ni el director ha sabido lo que quería, me sorprende que en Cannes se haya dado un premio a este director.
Por la portada y temática está claro que la película pretende atraer a un público especialmente gay y quizás lo consiga pero hasta estos se aburrirán.
Imposible de ver.
No vi esta película porque tuviera mucho interés en ella. Es más, nunca había oído hablar de ella. Pero resulta que tiene un director con un nombre tan exótico como llamativo, Brillante Mendoza. Y no solo eso. Es que este hombre ha conseguido colar por segundo año consecutivo una película suya en la sección oficial del Festival de Cannes. Así que hurgando en la red para conocer algo sobre los méritos de este director uno se encuentra con esta película, anterior, eso si, a su paso por el festival francés. Dicho lo cual, y después de haber visto la película, voy a suponer que la calidad de su cine ha dado un salto abismal con respecto a esta película, o bien, que en Cannes seleccionan cualquier cosa. Y es que El masajista es una película hecha bajo mínimos, de medios, pero también de talento.
La película cuenta la historia de un chaval que, aunque tiene novia, trabaja como masajista (y algo más) en un local de ambiente gay en Manila. Un día recibe la noticia de la muerte de su padre con lo que tiene que acudir a su pueblo para asistir a todos los actos del funeral. La película se mueve en dos tiempos, intercalando escenas del día a día en el salón de masajes, con el encuentro del protagonista con su familia para preparar el funeral de un padre con el que mantenía una relación distante.
Brillante Mendoza tiene pretensiones de autor, y pese a la pobreza de medios se pone en plan pseudo lírico. Y si visualmente la cosa no le sale mal del todo (aunque esté lejos de un buen resultado), narrativamente la película es de muy limitado alcance. En ningún momento consigue que las dos partes de la película interactúen entre ellas, y solo al final el protagonista reacciona ante lo que le esta pasando, mostrando algún tipo de sentimiento. Hasta entonces se enfrenta a sus clientes con la misma indiferencia con que lo hace a la muerte de su padre, contagiando esa indiferencia al espectador, al que al final le interesa más bien poco lo que le están contando, por más que el director intente ponerse poético en alguna escena o con algunos determinados movimientos de cámara.
La próxima vez que me de un ataque de curiosidad por un director exótico, me lo pensaré dos veces, no vaya a ser que me encuentre con una cosa tan inane como esta.