El juego misterioso (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (1995-1996). 52 episodios. La joven Miaka y su amiga Yugi viajan al mundo mágico a causa de la lectura de un misterioso libro. Allí, un apuesto joven llamado Tamahome las salva de unos delincuentes. Sin embargo, Yugi desaparece mientras Miaka descubre que es la sacerdotisa de Suzaku, la única persona capaz de traer la paz al reino de Kohnan gracias a la ayuda de siete compañeros con poderes mágicos. Lo que no sabe nuestra protagonista es que para conseguir su propósito deberá enfrentarse a su amiga de la infancia: Yui, quien ha sido coronada como la sacerdotisa de Seiryu, clan rival de Suzaku. Empieza una aventura mágica inolvidable…
Detalles de la película
- Titulo Original: Fushigi Yûgi (TV Series)
- Año: 1995
- Duración: 30
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Opinión de la crítica
6.6
48 valoraciones en total
Cuidado con este anime, en apariencia ligero y graciosete, porque sin que uno se lo espere van y meten un dramón de los grandes. La recta final es una cosa mala detrás de otra, hasta un desenlace que nos mantendrá en vilo sobre si es feliz o amargo. No desvelo nada si digo, como opinión personal, que hay algo triste en todo lo que pasa.
La autora Yuu Watasabe, que se ha metido ya sin cortapisas en el género yaoi (relaciones chico-chico), lo que se veía venir, es la responsable de «Fushigi Yuugi», anime para chicas que, por supuesto, lo pueden disfrutar todos los sexos. Un libro mágico, una historia en un universo remoto, dos amigas, cuatro dioses, sacrificio, valor, travestis, ambigüedad sexual, hombres que parecen mujeres… en fin, de todo un poco, y por supuesto, un villano de categoría que aseguro que terminará por hacer que se os encoja el corazón cuando sepáis el pasado de ese extranjero de ojos azules y cabello rubio. Este chico, Nakago, general del país de Kuto y la primera estrella del dios Seyriu, frío y pausado, de mirada penetrante y más de un metro noventa de cuerpo y armadura, al principio sólo parece un malote guapo y sexy, pero a medida que la trama avance se irá descubriendo que su corazón no está hecho todo de piedra y que incluso es capaz de tener acciones nobles, como salvar a una desconocida de la agresión de unos indeseables, o despertar sentimientos de amor verdadero en una mujer. Yo admito que me enamoró en un determinado capítulo donde deja claro lo que significa para él eso de «quitarse la armadura». Debería haber tenido otro recorrido, creo que lo merece. ¿Quizás en los OVAs? Veremos.
La protagonista es Miaka Yuuki, una chica de instituto y una boba completa que sufrirá una evidente evolución psicológica cuando sea absorbida por un libro misterioso y llevada a un mundo feudal de estética china. Allí será llamada a ser la sacerdotisa de un dios, vivirá peligros y aventuras, hará muchísimos amigos y se enamorará, claro. El romance, así como todo el contenido de la serie, se mueve entre el humor, la acción, la fantasía y un erotismo explícito que corta la tensión sexual y el in crescendo sentimental y que, para mi gusto, es demasiado basto por momentos, ya que se tocan temas tan peliagudos como las violaciones como si fuesen un elemento más del juego erótico.
Se pasa un rato entretenido en general, pese al disgusto de algunos sucesos, ciertos baches en el guión durante los cincuenta y dos capítulos, y un grupo de personajes protagonistas donde ninguno fascina, y eso es un inconveniente. La animación está bastante bien, aunque personalmente prefiero rostros y narices no tan afilados. Sea como sea, el diseño de personajes es variado y atractivo.
No creo que la volviera a ver entera, pero es una aceptable opción dentro de su estilo.
Con un inicio de historia que promete más de lo que luego nos ofrece este anime se queda flojo. El personaje protagonista es simplón y parece que la historia se centra en que todos lo personajes masculinos acaban enamorados de ella. La historia de amor se vuelve cansina… Es más que nada un producto para preadolescentes, abstenerse adultos. Vale más la pena la presecuela que tiene como protagonista a Takiko, aunque solo esté en manga.
Las ovas son más de lo mismo.
La recordaba de pequeño como una serie que me fascinó -me compré los vídeos y todo-, así que decidí echarle el ojo por segunda vez (O tercera, porque creo que de pequeño ya la había visto dos veces) sabiendo que seguramente no me encantaría tanto como antaño, pues los tiempos y las gentes cambian, así que la vi sin mucho afán, no solo por recordarla, también para disfrutar, pero intentaba no hacerme ilusiones. Pero tengo que decir que cumplió con lo que esperé, no fue tanto como hacía unos años, pero me gustó mucho. Es una serie con muuuchas irregularidades, tanto podría haberle puesto un señor 9 a un capítulo como un 4 a otro. La historia es la de la sinopsis misma, misteriosamente una chica es absorbida por un libro que la lleva a la china medieval, un lugar dónde esperar una chica de otro mundo para que sea la sacerdotisa del dios Suzaku. Como Suzaku, hay otros 3 dioses alguno/s por convocar aún. Miaka deberá reunir las siete estrellas de Suzaku (Siete personas con un símbolo en el cuerpo y una habilidad especial), pero claro, no todo será tan fácil.
En el aspecto técnico, los dibujos son los normales en un manga: ojazos y caras bastante parecidas. La Banda Sonora creo que es bastante buena, tiene un largo repertorio para cada situación y para algunos personajes en especial (Aunque a veces puede resultar repetitiva), ojo al opening y sobre todo al genial ending, éste último me encanta (En VO, esto sí). El guión es una locura de fantasía de las que se esperan en los animes de este estilo, y los diálogos son muy variados, caracterizan bastante a cada personaje, y los mejores son los que mejores los tienen. Así que nos encontramos con que Miaka no para de repetir nombres [ ¡Tamahome! ¡Hotohori!] o lamentarse, cosa que la vuelve un pelo más repelente o cansina más bien, de lo que se espera. Tamahome varia mucho en cuanto a diálogos, a veces muy simplones, a veces merecedores de aplauso.
El clímax sin duda son los últimos capítulos, que no quiero desvelar, pero suben la nota seguro. Si le pusiera alguna pega a cómo es llevada la historia diría que a veces, tampoco muchas, hay un exceso de comedia que no viene a cuento en escenas puramente dramáticas.
52 capítulos de unos 20-25 minutos, como ya digo, unos muy buenos, otros flojitos.
Las OVAs no son para nada imprescindibles, pero si se ha visto la serie es un buen complemento para seguir las aventuras, a mí la que más me gustó fue la 2ª (Hay 3 -que se pueden dividir en capítulos-, de 1, 3 y 2 horas aprox. respectiamente)
Y luego también existe, esto ya para los más fanáticos, únicamente en manga, unos tomos de la historia sobre la primera sacerdotisa, la de Genbu.
El doblaje es bastante aceptable, en catalán creo que recordar que un tanto mejor si cabe.
Por cierto, no sé por qué carajo se llama Fushigi Yugi, el juego misterioso.
Nuriko, Chichiri y Tasuki sin duda los mejores personajes.
Uno comienza a ver los primeros capítulos de los 52 de los que se compone la serie y saca la conclusión de que, aunque divertida, es infantil y simplona, especialmente por la presencia de posiblemente la protagonista femenina más lela de la animación japonesa y de la que no lo es. Hay que ver la de veces que le dicen, incluso ella misma, que es tonta. Ahora bien, Fushigi Yugi va evolucionando y aunque nunca pierde ese humor descacharrante del inicio, se vuelve infinitamente más seria. De hecho, es uno de los dibujos más adultos que recuerdo, tanto en el grado de violencia que muestra, hay muertes incluso de niños, como sobre todo, por la sexualidad desatada con la que juega, nada escandaloso, claro, pero sí palpable.
En este sentido, el objeto de deseo de buena parte del elenco masculino y me temo que del espectador medio es la protagonista, la propia Miaka Yuki, una adolescente que sin ser una belleza desorbitada, es bastante mona, dulce, buena y simpática como ganarse el cariño del personal. Además, nos gusta su glotonería, sus idas de olla y sus bobadas, cosa que de todos modos se va reduciendo a medida que pasan los capítulos, incluso los OVAs, sin desaparecer del todo. Encima, vaya modelitos de colegiala, con esos lazos en el pelo, que nos lleva. El caso es que Miaka se pasa casi toda la serie desnuda, en ropa interior, herida, malita, sufriendo o en peligro. La quieren matar, pegar, retener, acariciar, besar y hasta violar repetidas veces. Sí, es fuerte.
Miaka, que es la sacerdotisa de Suzaku, tiene que ser salvada permanentemente, casi cada capítulo, por sus siete protectores o estrellas de Suzaku. Y claro está, entre peligro y peligro, surgirá el amor, hasta ser prácticamente el argumento principal de El juego misterioso . Adelanto que si bien no me disgusta la pareja, yo hubiera escogida a alguna otra estrella, con alguna historia más bonita. A todo esto, los dibujos manejan el argumento de un poderoso libro tipo La historia interminable que absorbe a Miaka y a su amiga Yui para vivir una prodigiosa lucha en un imaginario mundo medieval. Aventura, romance, mucho humor, drama y erotismo suave conforman una atractiva serie. Y no me olvido de las Nyan-Nyan, que son requetemonísimas.