El hombre del futuro
Sinopsis de la película
Michelsen es un camionero entrado en años cuya figura es casi mítica. Solitario y enfermo, viaja por la Patagonia hasta que encuentra a una autoestopista que le recuerda a su hija Elena, a la que no ha visto en años. No obstante, sus caminos se cruzarán más adelante, ya que Elena también va hacia el sur de la Patagonia para participar en un torneo de boxeo.
Detalles de la película
- Titulo Original: El hombre del futuro
- Año: 2019
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
6.1
48 valoraciones en total
Una película diferente a la mayoría a las que nos tiene acostumbrado el cine chileno, pues, no hallamos ni exonerados, ni torturados ni mujeres avinagradas hablando de dictadura, pero sin embargo, encontramos lo mismo que hay en prácticamente todas las cintas chilenas, actores acartonados que da la impresión que están recitando sobre un proscenio en el aniversario del colegio. Poca naturalidad, todo fingido y pre estudiado, acompañado de largas escenas que me imagino son un parche para llenar espacio, por ejemplo: largos minutos viendo llover tras los vidrios de una ventana. Se desaprovechó el bellísimo paisaje patagónico del cual podemos apreciar solo algunas humildes pinceladas, como la Isla de los muertos de Tortel, una treintena de cruces de ciprés bajo las cuales yacen los restos de los primeros colonizadores de la zona .
No soy patagón, como ninguno de los productores o actores en este drama chileno-argentino. Aún así, y como a ellos, viajar a la Patagonia y estar unos meses acá te permite armar un panorama muy claro de lo que es vivir en el extremo del mundo. Me sorprende que el despliegue de actrices y actores se vea tan natural, que la fuerza de sus miradas se note tanto a lo que uno ve acá en Coyhaique y más al sur, y que todo se envolvió tan cuidadosamente con una banda sonora a la altura de las carreteras legendarias del sur del mundo.
La película la sentí larga en un momento, debo admitir, pero a medida que se acercaba el final entendí porque debía desenvolverse así a su ritmo, y darme cuenta al final, en los últimos segundos de escena, el porqué (sigue abajo)
Una vez prometí mostrar este país desde mis ojos. Descubrir todo lo que descubrí durante mis años de viajes por el sur austral, para así lograr ver otro Chile, uno que no se odiase tanto, uno que, a pesar de la lluvia y el frío, hiciera sonreír. Eso me habría hecho feliz. Ese viaje ya no fue.
El hombre del futuro es uno de esos dramas que cuentan una historia sencilla, cargada de emotividad expresada a través de la sencillez de las miradas, los paisajes y los sonidos. Una historia velada que no es abrupta, ni dinámica, ni curiosa. Solo es la historia de alguien. Esas historias que yo llamaba vivenciales, una historia que puede ser y que realmente es, en los rincones mas recónditos de este país.
Jose Soza siempre es magnifico a la hora de transmitir esa congoja presente, esa que no se va, esa que te recuerda día a día, como un nudo en el pecho, que pudiste hacer todo mucho mejor, o que solo tratas de engañarte a ti mismo permitiéndote creer que el desenlace podría haber sido distinto.
Soza transmite la resignación culpable de quién aceptó el gran fracaso que se llama vida y carga ese peso de manera solemne, queriendo parecer digno, pero incapaz de ocultarlo ante la mirada de los demás. La historia esta curtida como el cuero al sol, pretende ser hosca y seca, pero se suaviza con el frio de la lluvia que golpea los empedrados caminos.
La trama, par mí ha sido superflua y solo permite que la edición de arte se sirva de ella para mostrar la crudeza del sur y de las vidas que en él se desarrollan. Esas vidas que no vuelven a las ciudades en un álbum de fotografías o en los relatos de pubs para gente snob, si no que permanecen y se hacen parte de ese paisaje que nadie nunca esta dispuesto a ver
Es una película que te atrapa por su sinceridad narrativa. Es difícil de escapar a la atracción que propone ese posible encuentro de una hija con su padre, al que ha perdido por desavenencias con su madre.
Película del camino, una road movie al mejor estilo americano pero con una fuerte impronta localista, la película de Ríos, se concentra en los sentimientos, en la necesidad del encuentro y del perdón. Pero el film pierde su equilibrio narrativo al desarrollar dos líneas diferentes con una misma temática. Es la historia de dos adolescentes ya casi mujeres cuyos padres son camioneros, hombres del camino que alguna vez han tenido un amorío con sus madres. Ríos trabaja la primera línea, con un cierto sentido del humor, que prevalece en la primera mitad de la película, y otra, la principal, plantea un caso de abandono que desarrolla con sentido dramático.
Consecuencia, de ello, la narración principal va y viene de una línea a otra, lo cual hace ágil el relato, pero pierde equilibrio en la intensidad de lo que narra, que solo recupera hacia el final no sin darnos algún golpe bajo.
El desbalance de las historias narradas son el principal problema del film que sale a flote por las notables actuaciones de un elenco homogéneo y un director de fotografía que aprovecha el paisaje montañoso y nevado que llena todo de blancos y grises dando a la historia una adecuada ambientación y sobretodo, una profundidad dramática muy interesante. No obstante ello, el film se rescata en virtud de su honestidad.
Recomendar profundamente esta película chilena. Donde una historia contada pocas veces en nuestro cine envuelve el corazón bien apretado. Los ojos de José Soza expresan a cada momento sin incluso hablar. Hermosa historia y cinematografía, actuaciones increíbles, en particular Antonia Giesen y Roberto Farías.