El gran Buster
Sinopsis de la película
The Great Buster celebra la vida y la carrera de uno de los cineastas más prolíficos e influyentes de Hollywood, Buster Keaton. La restauración magistral de las obras de archivo dan vida a la magia de Keaton en la pantalla grande, mientras las entrevistas con amigos, familiares, colaboradores y un grupo de artistas profundamente influenciados por la singularidad de su visión retratan profundamente una vida y un personaje cuya complejidad, audacia y gracia fueron igualadas por la grandeza de las obras que él creó.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Great Buster
- Año: 2018
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
6.9
73 valoraciones en total
Este documental está bien porque contiene muchos gags de Buster Keaton, que podríamos estar viéndolos todo el día y no cansarnos. Lo malo es que va intercalando demasiadas entrevistas, algunas de nulo interés, no sabemos si añadidas porque son amiguetes de Bogdanovich o qué. Es verdaderamente enternecedor ver a Johnny Knoxville comparándose con Buster Keaton.
Recomendable para conocer un poco más (o empezar a hacerlo) a uno de los grandes maestros originales del cine, aunque más recomendable es ver directamente sus películas.
Gustará a: alcohólicos anónimos, publicistas, cinéfilos en general
No gustará a: Metro, Goldwyn, Mayer
No es que sea éste un documental creativo ni original, apenas hay diferencia con el típico relleno de canal cinéfilo televisivo, donde las imágenes de películas y de la vida social del protagonista se alternan con mínimos extractos de las entrevistas habidas con diversos profesionales y teóricos del cine, único material rodado al efecto, mientras campea la voz en off trazando la correspondiente historia. Pero resulta agradable como puntual alabanza de una forma de hacer comedia altamente lírica, y al mismo tiempo divertida y encantadora, que primó en la época en que el cine era joven e imperfecto (mudo) y que sería tan imposible y absurdo intentar repetir como que una pandilla de cincuentones intentara volver a divertirse jugando a las chapas o las canicas. Queda clara, sin duda, la trayectoria de Keaton: la genialidad deslumbrante de sus películas cortas y largas de los años veinte, su espectacular hundimiento con la llegada del sonoro (que se sumó al error de haberse entregado al enjambre MGM, a sus problemas conyugales y a su creciente alcoholismo), la recuperación de una buena parte de su ingenio y capacidad profesional en los cuarenta y cincuenta (pero no de su estatus, pues ya no pudo lucirse más que en producciones perdidas, programas televisivos y anuncios comerciales) y el reconocimiento de las nuevas generaciones, en los años sesenta, a su crucial importancia en la historia del cine. Evidentemente, si te queda por ver alguna de las viejas películas de Keaton, no pierdas el tiempo con esto hasta que no te hayas empapado bien de ella.
Si tienes la inmensa suerte de no conocer la obra de Buster Keaton, deja de leer este comentario y corre a verla. Te envidio. Si ya le conoces haz lo mismo, siempre merece la pena revisitarlo cada cierto tiempo para recordar por qué amamos el cine.
Ya dejó dicho Trueba que para él Billy Wilder era Dios, pero sin que se ofendan los católicos que no es mi intención. Keaton, Chaplin y Lloyd son la Santísima Trinidad del celuloide. Bogdanovich a sus 80 años sigue en su faceta destacada de historiador y cronista del séptimo arte. Ford, Lang, Welles…, entre muchos otros han pasado por su mirada y por su pluma. Sus libros, ya clásicos, El director es la estrella y Las estrellas de Hollywood dan fe de ello.
En la etapa final de su vida Bogdanovich no puede menos como probablemente haremos todos, que volver a los orígenes y admirar a este cara de palo que desde muy pequeño recibió entre otros dones el de salir indemne de todo tipo de tropelías físicas con las que se jugaba la vida para hacernos reir. Su talento como director no le iba a la zaga y nos dejó un buen puñado de cortos y diez películas en la década de los veinte para enmarcar, antes que MGM le triturara su independencia y su carrera. Al final y tras un calvario personal Buster tuvo el reconocimiento mundial que se merecía. Todo lo cuenta Bogdanovich de manera ordenadita y didáctica pero es imposible no echarse a un lado y dejar que la obra de Buster hable por sí sola para nuestro gozo y disfrute. Sic semper.
cineziete.wordpress.com
Peter Bogdanovich dirige este documental sobre uno de los cómicos del cine mudo a los que mejor respeta el tiempo, cuya vigencia es incuestionable: Buster Keaton. Traza un recorrido por toda su trayectoria, desde los números circenses en los que empezó a participar a la edad de cuatro años, sus inicios en el cinematógrafo de la mano de Fatty Arbuckle, sus obras maestras de la década de los 20, su decadencia, el largo olvido y posterior recuperación en la última etapa de su vida.
Las intervenciones de respetadas figuras -Tarantino, Mel Brooks, Carl Reiner- están bien, pero sin duda lo más interesante consiste en revisar de nuevo las imágenes de Buster en acción, raras apariciones, curiosidades de su filmografía, anécdotas, conocer a fondo la personalidad del genio, un tipo discreto y humilde (todo el ego que le sobraba a otras estrellas a él le faltaba), capaz de arriesgarlo todo por una toma, quien sufrió mucho y no guardó rencor a nadie, que se mostró siempre sorprendido de su éxito y supo resurgir de sus cenizas, recuperarse de una terrible crisis personal y profesional, superar el alcoholismo, trabajar de guionista para los Hermanos Marx, compartir escenario con Chaplin en Candilejas , reinventarse ya muy mayor colaborando en anuncios, programas de televisión, actuando de secundario en películas ilustres ( El crepúsculo de los dioses , La vuelta al mundo en ochenta días ), sin negarse a nada que le ofrecieran, recibiendo por fin el reconocimiento que merecía.
Buster Keaton es uno de los mayores regalos que me ha dado el cine, sus películas conservan la misma fuerza y el mismo poder misterioso que cuando se estrenaron. En mis peores momentos acudo a él para animarme, y siempre me arranca una sonrisa. El documental revela algunos datos de los que no tenía idea, como el de que perdió la audición de un oído en la Primera Guerra Mundial. Discrepo, eso sí, de la valoración que se hace de algunos de sus filmes -calificar a Siete ocasiones de obra menor, o afirmar que El cameraman es claramente inferior a las cintas anteriores-. En cualquier caso, agradezco la existencia de El gran Buster , ojalá ayude a descubrir el talento de Keaton a jóvenes cinéfilos.
Un viaje agridulce
Peter Bogdanovich (La última película, Luna de papel) lleva mucho tiempo trabajando en el mundo del cine. Su experiencia como guionista, director y productor le capacita para tratar un tema tan serio como el humor de Buster Keaton. De hecho, como narrador que es de El gran Buster, no tiene ningún reparo en alabar o criticar abiertamente el trabajo de Keaton cuando lo considera necesario.
Es de agradecer que Bogdanovich no haga de este documental un recorrido por los dramas personales y familiares de Keaton. Los menciona sin hurgar en la herida y evita también que el final de El gran Buster coincida con el ocaso de su carrera. De forma muy inteligente, Bogdanovich cierra ese triste capítulo en la segunda mitad de la cinta para luego volver a los años 20, década en la que Keaton rodó películas como Siete ocasiones, El moderno Sherlock Holmes o El maquinista de La General, una de las mejores películas de la historia.
Material de archivo
Repleto de escenas de películas restauradas, El gran Buster sirve tanto de introducción para aquellos espectadores menos familiarizados con la obra de Keaton, como de álbum de recuerdos para aquellos que admiramos al cineasta. Además, el ritmo al que las diferentes escenas se entrelazan y la gran música que las acompaña capturan la esencia del cine mudo y animan a redescubrir un cine que se aleja mucho del que estamos acostumbrados a ver hoy en día.
El legado de un genio
Aparte de un viaje a lo largo de la trayectoria cinematográfica de Keaton, El gran Buster cuenta con la intervención de una larga lista de actores, directores y escritores que comparten con el espectador su admiración por él. Quentin Tarantino, Frank Capra, Jon Watts, Mel Brooks o Dick van Dyke son solo algunos de ellos.
Resultan curiosos sus testimonios cargados de honestidad y, como cabía esperar, de humor. Las anécdotas que nos cuentan acerca de Keaton o de la influencia que este ha tenido en sus carreras se entremezclan con escenas de las míticas películas de «cara de palo». Es en este ir y venir entre presente y pasado que Bogdanovich deja patente la genialidad de Buster Keaton y su legado como cineasta.
Sin embargo, se echa en falta el testimonio del protagonista. A medida que vamos conociéndole un poco mejor, son muchas las preguntas que surgen acerca de su carrera cinematográfica. Si el mismo Keaton hubiera podido responderlas, este documental habría rozado la perfección.
Conclusión
Amena, divertida, nostálgica, ilustrativa… El gran Buster no solo es una celebración del genio que fue Buster Keaton, sino también del séptimo arte. Por esa razón, es un documental que los amantes del cine no pueden perderse.
Escrito por Esther Alvarado