El fraude
Sinopsis de la película
El magnate Robert Miller (Richard Gere), retrato perfecto del éxito tanto profesional como familiar, aparece siempre acompañado por su fiel esposa (Susan Sarandon) y por su hija y heredera (Brit Marling). Pero, en realidad, Miller está con el agua al cuello: necesita urgentemente vender todo su imperio a un gran banco antes de que se descubra que ha cometido un fraude. Además, a espaldas de su mujer y de su hija, tiene un romance con una marchante de arte francesa (Laetitia Casta). Cuando está a punto de deshacerse de su problemático imperio, un inesperado error lo obliga a enfrentarse con su pasado y con su doble moral.
Detalles de la película
- Titulo Original: Arbitrage
- Año: 2012
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
5.8
78 valoraciones en total
Notable cinta que recuerda un poco esos thriller de los 90, mas artesanales, sin artificios, con una buena narración y la pizca necesaria de tensión e intriga para enganchar y entretener con solvencia. Quizás el guion peca de utilizar el deux ex machina tanto para iniciar la historia como para moverse en algunos de sus giros, aunque el resto tiene la calidad y la inteligencia suficiente como para no pensar mucho en ello, aunque es obvio que a veces no cabe mas remedio que utilizar este recurso para conseguir el grado de interés y comercialidad adecuado.
Es destacable también ese renacer de Richard Gere que llevaba ya unos años bastante fuera de juego, una notable actuación por su parte que eleva un poco la calidad de la película, unos secundarios de lujo como Sarandon, Roth y la joven Brit Marling también ayudan.
Un correcto, bueno y entretenido thriller que no pasará a la historia pero si que será bastante beneficioso tanto para la futura carrera de Nicholas Jarecki como para los próximos trabajos de Richard Gere.
Hace algún tiempo un honorable miembro de esta página que responde al ficticio pseudónimo de Gilbert, se sorprendía ante un comentario mío sobre Richard Gere. Defendía yo en aquellos días las virtudes de la cinta Bailamos de la que él era protagonista y sostenía que uno de los méritos de aquella película es que Richard Gere salía muy guapo. Lo verdaderamente increíble es que 7 años después, el tío se ha superado.
Si con cincuenta y pico tacos ya lo partía en Bailamos, lo cierto es que con 63 castañas recien cumplidas Don Richard está impresionante. Y lo digo sin ningún ánimo homosexual. Me limito a constatar un hecho. Un tipo con ese peinado de 200 dólares, ese cutis y esos trajes de 3.000, no puede ser una mala persona. En realidad la película es lo de menos, no hace falta subir al Everest o pisar la Luna para darse cuenta de nuestra insignificancia en relación al Cosmos. Con mirar a un tipo de 60 y pico que está más que estupendo, tu propio cerebro se replantea tu papel en este mundo, es decir, hay que cambiar de hábitos, de pareja, de coche o de condado, que lo demás es perder el tiempo. El fin es llegar a esa edad con ciertas garantías de plenitud, lo demás es irrelevante.
¿Y el personaje? Bueno, lo cierto es que lo hace magistralmente. Interpreta a uno de esos tíos que en un día tonto con un par de llamadas de móvil, tres o cuatro toques con el ratón y 9 hoyos de golf después, consigue que dentro de un año estés a 6.000 kms. de distancia durmiendo debajo de un puente porque te han echado del curro y no has podido con la hipoteca de la casa. Pues te jodes. Por anormal. Al menos te quedará el consuelo de haber sido desahuciado de por vida por un tipo como Richard, que tiene glamour, y no como, por ejemplo, el Botín del Santander, que al lado del neoyorquino fascina tanto como una canica al lado de la pirámide de Kefren.
Mención especial para el papel de Tim Roth. En realidad sólo iba a aparecer originalmente durante diez minutos en pantalla al comienzo de la peli, tomando unas cuantas notas y diciendo alguna frase palera de poli mentecato entre plano y plano, para luego no volver a salir y dedicarse a poner multas a alguna negra gorda en el East Village. Entonces la pregunta sería… ¿por qué coño insiste en perseguir a Richard si el tío no ha hecho nada? Pues por envidia señores. Pura y simple envidia. Nuestro ex reservoir dog también lleva traje y corbata, también intenta peinarse, y también lleva cutis, aunque inteligentemente lo cubre con una barba de color melaza. Pero seamos serios, no le queda igual. Y Tim lo sabe. Por tanto, el equipo de producción de la película tuvo que soportar una notable presión por parte del actor para aparecer más minutos en pantalla y dotar de más relevancia a un personaje tan segundón como insípido. Al final lo consiguió y ahí están los resultados, que cuando comparten secuencia Tim Roth está todo el rato tirándose pedos y eructando delante de Richard Gere. Ya sé que igual no se aprecia bien, pero es que hay que fijarse un poco, kontxo!!
Y así, cuando de repente te encuentres en un bar hablando sobre la peli y algún fontanero o estibador o entrenador de paddle te responda que a él también le queda igual de bien un traje de 3.000 dólares, si portas algún tipo de botellín en la mano derecha durante esos instantes, te sugiero que se lo partas en la cabeza y salgas después del garito con tranquilidad, recordando que tú no discutes con lunáticos.
En definitiva, película que destapa el culmen de la belleza masculina y que dejará un buen sabor de boca en tus retinas. O no. Y además es un padre estupendo. No se le puede pedir más.
El final de la película es lo que me ha hecho rebajarle al menos dos puntos en la valoración, pero el comentario sobre eso lo dejo para el spoiler.
La película gira en torno a un Gere que interpreta a un rico empresario. Gere hace muy bien su personaje, dotándole de interés y credibilidad. Su esposa, Sarandon, está algo desaprovechada en la película, de hecho no hace nada interesante hasta la parte final, y no obstante tampoco es mucho. Cabe destacar el personaje de Nate, bien construído e interesante.
La trama es buena, el guión también. La dirección fluída y agradable. La mayor parte de la película se desarrolla en torno a un desafortunado suceso, que combinado con los tejemanejes del personaje de Gere, crean una historia interesante. El fraude pasa de ser el punto central a ser un punto un tanto más secundario dentro de una trama más relevante y donde se plantea un dilema sobre una dualidad moral sobre el suceso.
La película resulta entretenida, no aburre y merece la pena verla. Pero como dije al principio de la crítica el final hace que le rebaje puntos. Paso a continuación al spoiler.
Se demuestra que, en esta vida, toda justicia que se intentara aplicar objetivamente, resulta ser un fraude. Me explico: puedes pasarte la vida pasándote por el forro cualquier principio o valor porque si, has conseguido amasar una considerable fortuna, te puedes librar de las consecuencias sin demasiada complicación. Se planteá una situación insostenible, una ruina económica, moral y familiar sin atisbo de solución para, finalmente, mostrar como se puede uno escapar tocando los resortes adecuados en la sociedad tal y cómo ésta se ha montado. Un juego de poder del que Gere sale algo tocado pero, no hundido.
Las interpretaciones son muy solventes y, la cinta se ve fácilmente pese a que, no llega a transmitir realmente toda la angustia y la ansiedad por la que se supone que pasa en los momentos más peligrosos para el protagonista. Más bien parece estar resolviendo pequeños marrones del día a día, en lugar de estar en juego todo. Ese es el fallo más garrafal. Su nivel de desesperación no se asemeja al que podamos imaginar que tendría. Demasiado facilón. El esfuerzo lo hace el espectador que, como ha sido mi caso, se imagina pero no siente por lo que ve, el agujero en el que se ha caído el prota…
Nicholas Jarecki firma la dirección de este efectivo thriller presentado en la inauguración de la 60 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
En él se nos narra la historia de Robert Miller, un ejecutivo que es la encarnación del éxito, tanto en los negocios como en lo personal. Mas el engaño subyace bajo la apariencia de perfección, y las mentiras en ambos campos se tornarán amenazas a la sombra de la posibilidad de salir a la luz y derrumbar toda su idílica existencia como si de un castillo de naipes se tratara.
La temática del fraude financiero es muy efectiva para los tiempos que corren, así como eterna la del engaño en el matrimonio, con lo que con ello la película apunta a entretener a un espectro amplio de público, factor que representa una gran virtud, sabiendo el director repartir entre ambos bloques temáticos el peso de la historia y contarla de una manera fluida.
Sin duda el pilar básico sobre el que se asienta la película es la interpretación de un Richard Gere que factura un papel con una solvencia e intensidad inusitada y con el que parece recuperar toda su forma un tanto apagada en los últimos tiempos. Junto a él, Susan Sarandon, como la gran mujer tras el gran hombre, brilla mucho menos de lo que debería dado el escaso metraje que le es reservado, factor que me parece una gran pena y que bien aprovechado podría haber dotado de más intensidad al film.
Comercial y llena de recursos, Arbitrage , no pierde por ello su inteligencia y elegancia, pero adolece de un cierto vacío, entretiene al máximo pero deja un poso, al analizarla tras su visionado, de que ha prometido más de lo que realmente ha entregado al espectador.
Entretenida, interesante pero no inolvidable.
-Enoch-