El fin de la infancia (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2015). 3 episodios. Unos alienígenas pacíficos conocidos como Overlords invaden la Tierra e imponen un nuevo orden mundial que acaba con todas las guerras. Llevan al planeta hacia la utopía y durante décadas los humanos conviven en paz bajo la influencia indirecta de los aliens a cambio de perder su cultura e identidad hasta que los visitantes descubren sus auténticas intenciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Childhoods End
- Año: 2015
- Duración: 250
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Opinión de la crítica
Película
5.3
61 valoraciones en total
La verdad es que no conocía la novela en la que está basada, me pareció una buena idea, era algo distinto a lo que me esperaba, me intrigaba saber qué pasaba y el primer episodio me gustó bastante. Pero después se hace tediosa en muchos momentos y después de verla te queda una sensación de vacío, es altamente olvidable y siempre esperas que sucedan más cosas. Es de las series que esperas más y te defrauda conforme pasa su metraje. Un placer.
Tuve la osadía de acabarla
La novela de ciencia ficción requiere un cierto respeto cuando alguien la plasma en imágenes.
Parece ser que todo vale y la industria del cine esta trasladando la basura que antes hacia y exportaba a otros países, ahora lo hace con las series
A mi, particularmente, me resultan indiferente el 85% de las series de la actualidad, y para una vez que le hago caso a un amigo, resulta que me encuentro con algo como esto: tedioso, actores de tercera, y un script lamentable, digno de alguien que corta y pega en un ratito, el trabajo que lleva al menos un par de semanas.
Las adaptaciones las hace cualquiera. Tener dinero y comprar derechos. Precio y valor nunca serán lo mismo.
El propio Kubrick descartó adaptar esta profunda y compleja novela por lo difícil que era captar toda su esencia y su contenido filosófico. Y van los de SyFy y osan hacerlo. Para empezar con escasos medios, que dan a la producción un tono a cutre que no puedes quitarte de encima desde el primer fotograma.
Además cambian cosas del libro de forma innecesaria, que banalizan el argumento. Por así decirlo, esquematizan demasiado.
Unos invasores llegan a la tierra con pacíficas pretensiones y prometen arreglar los problemas del mundo. Eso sí, sin dar la cara. Prometen que enseñarán su aspecto en 50 años (15 en la serie). En el libro tratan con el secretario de la ONU, y éste negocia con los líderes mundiales. En la serie, el representante de los extraterrestes, llamado Karellen trata con un granjero paleto americano, así porque sí, por capricho. El granjero está pésimamente interpretado por Mike Vogel la cúpula y nos meten un rollo de tres pares de cojones, porque al pobre granjero se le aparece continuamente su primera esposa muerta para celos de la esposa actual. Algo que ocupa minutos y minutos de metraje, mientras en el libro no aparecía.
Si te parece poco creíble imaginarte a Obama o a Putin siguiendo los consejos que un extraterrestre da a un paleto texano. Menos creíble te da las soluciones que los invasores dan a los problemas del mundo, como llevar agua desalinizada por los oleoductos para hacer cultivable el Sáhara, o que los barcos de guerra trasporten comida a África. Cualquiera sabe que los problemas de nuestro planeta es la superpoblación y la falta de recursos para todos. Por cierto, ver que a la llegada de las naves a surcoreanos y norcoreanos, palestinos e israelíes abrazándose porque sí, tampoco tiene precio.
Otro gazapo que chirría es la especie de resistencia, llamada, la liga de la libertad, dirigida por un periodista interpretado por Colm Meaney, Durant en infierno sobre ruedas (lo poco salvable entre las interpretaciones de la serie) que huele y apesta a plagio barato de la aclamada serie ochentera V
Ignoro como salvarán el aspecto filosófico de la novela en la segunda parte de la miniserie, cuando los niños toman el protagonismo, y creo que me quedaré sin saberlo. Prefiero leer la novela.
Desde el comienzo de los tiempos, el ser humano se ha hecho preguntas trascendentales sobre sí mismo y el mundo en el que vive. Cuando uno encuentra respuestas, aunque sea desde la ficción y sentado en su sofá, se siente más en paz. Siente que ha encontrado su lugar en el universo.
Estamos ante una miniserie de tres capítulos que adapta un relato de Arthur C.Clarke, uno de los autores clásicos de la ciencia ficción del siglo XX. Con esta base de indudable calidad, el éxito es más probable. Pero no deja de tener su mérito, al margen de si es una adaptación fiel o no. Una genial vuelta de tuerca a la realidad de lo que somos como especie. Un buen instrumento para reflexionar sobre nosotros mismos. Y con cierta dosis de sarcasmo, muy necesario para sobrellevar la actualidad tan extraña que vivimos.
Recomiendo para verla tener la mente abierta, y dejarse llevar. Si has leído la novela, olvídala por unas horas. No dudes que será mejor que esta adaptación. Como ocurre casi siempre.
Lo primero que tendría que advertir es que si usted no se ha leído el libro, pero sí ha visto la serie, ha de saber que una cosa apenas tiene relación con la otra. La novela es infinitamente mejor.
Pero literatura aparte, ciñámonos a la serie. Se compone de tres episodios que sigue el clásico esquema de 1) introducción, 2) desarrollo, 3) desenlace. Hasta aquí, bien.
La introducción es ligeramente parca aunque, por lo menos, intrigante. Se centra en la aparición de una raza superior en La Tierra (los superseñores) y en el personaje de Rick Stormgren, un granjero de Texas elegido por los superseñores como portavoz e intermediario entre ambas razas. El resultado de este acuerdo diplomático acaba en un estado de bienestar absoluto. Durante este primer episodio, la acción tiene un ritmo atropellado, ya que se ve interrumpido constantemente por la historia amorosa secundaria del protagonista, irrelevante y confusa para la trama. No obstante, este capítulo se deja ver y, aunque resulta un poco incómodo para aquellos que leímos la novela con anterioridad, podemos pasar por alto algunas interpretaciones y seguir adelante.
El segundo episodio… Guau, en el segundo episodio todo se ha complicado. De repente, se masca la tragedia, y personajes que apenas se habían perfilado en el primer episodio, surgen con historias que, mal desarrolladas, parecen ridículas. Sobre todo se centra en la degeneración de un núcleo familiar, los Greggson. O eso parece, en realidad este segundo episodio no es más que el dichoso, rancio y manido tema de ciencia versus religión. Pero no es sólo la lucha ente una y otra, no, van más allá, es la unión de ambas, resulta que la religión es la ciencia que aún no se ha explicado, con lo cual, debemos entender que para comprender los procesos místicos que conforman el universo debemos transcender psíquicamente, abandonar el cuerpo físico y ser sólo mente… O algo así vendría a contarnos este segundo episodio, es decir, si se hubiera planteado mejor, porque en realidad lo único claro aquí es que hay fanáticos católicos, crucifijos por todas partes y una ciencia alienígena de la que nadie sabe nada. Un caos que, me atrevería a decir, no se entiende sin la lectura previa del libro y mucho esfuerzo.
El tercer episodio es, sencillamente, un despropósito que no me siento con ganas de comentar. Sólo diré que hace que la serie se acerque mucho más al género del terror, que a la ciencia ficción.
En definitiva, una idea mal planteada, aburrida hasta la saciedad, a ratos con pretensiones, a ratos cutre, y demasiado larga.