El estudiante
Sinopsis de la película
Chano es un hombre de 70 años de edad que acaba de matricularse en la universidad para estudiar Literatura. Entra así en contacto con el mundo de los jóvenes, cuyos hábitos y aficiones son muy diferentes a los suyos. A pesar de ello, gracias a su actitud abierta e incluso quijotesca, logra salvar el abismo generacional y hace nuevos amigos, a los que guía y ayuda a superar problemas. De la misma manera, cuando Chano sufra un duro golpe en su vida, sus jóvenes amigos le ayudarán a a afrontarlo.
Detalles de la película
- Titulo Original: El estudiante
- Año: 2009
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6.1
53 valoraciones en total
El estudiante, para empezar, no es referencia del cine mexicano y si lo es pues es referencia del mal cine mexicano.
La película tiene de principio a fin esa hiperglucemia que según el director (Girault) era su clave del éxito. Nada más lejos de la realidad, a menos claro, que tu público potencial fuesen amas de casa y jóvenes cristianos. De igual manera tiene ese punto moral por obligación, ese punto moral de hacer un mundo mejor o políticamente correcto, al que le guste eso pos adelante.
El protagonista es un abuelito (Lavat) o un súper abuelito que encuentra o se junta con la gente más guay de la universidad (que al final son los más memos, al creerse la quijotesca historia de los molinos de azúcar)
Lo que sí resulta rescatable de esta cinta es el paseo turístico por la ciudad de Guanajuato, su universidad y principales lugares, esto genera cierta atmosfera que nos lleva a no rechazar el filme por completo y, hasta quedarnos con buen sabor de boca al final de la cinta a pesar de que nos demos cuenta de que hemos sido timados.
Pd: Lo más ridículo del film es ese estudiante tocando la guitarra en pleno pasillo de la universidad, eso sí fue el no va más
Vayan a ver ustedes como ha empeorado la realización de películas en México, esta cinta demuestra eso y más. Es infumable e insoportable, no hay por donde tomar la historia, es más incluso parece que no hay historia, parece simplemente una anecdota alargada en el tiempo sobre el periodo de la vida de un anciano con ideales que van más allá de los límites establecidos por su edad, mientras convive con un grupo de adolescentes, los personajes están horriblemente mal dibujados por guión igualmente de desganado, flojo y simplón, para colmo la cantidad de estos es inmensa, nunca te sientes identificado con uno, nunca relacionas a nadie con ellos, nunca se logra entrar en la cabeza de los protagonistas y sentir lo que ellos sienten, son planos, muchos de ellos solo están como relleno para agregar grandes dosis de sentimentalismo barato a la historia en escenas tan ridículas como innecesarias (lo de los mimos, la fiesta, etc.) las actuaciones de los jóvenes son espantosas penosas, nunca te crees sus papeles y más de uno esta sobreactuado, el único que se esfuerza por ponerle algo de alma a su personaje es Jorge Lavat (que por cierto, es lo mejorcito que hay en este pedazo de basura). Vayamos ahora por los (inexistentes) aspectos técnicos de los cuales igual no vale la pena criticar pues son igual o incluso peor que los aspectos básicos, la fotografía (que no se porque todas las películas mexicanas tienen una fotografía tan horrenda) es horrible y sofocante, la iluminación también es horrorosa, incluso yo logro mejores trabajos de iluminación, el motanje, la banda sonora lo mismo que lo anterior, mediocres. Así que no trates de buscarle puntos fuertes a esta basura, por más que busques aspectos que la puedan salvar de la mediocridad absoluta, no encontraras nada más que la correcta actuación de Lavat, pero tampoco es nada del otro mundo. No merece la pena ni siquiera ser estrenada como telefilm, patética y mediocre.
Se suele decir que, a lo largo de la vida, el ser humano nunca deja de aprender. Por eso Chano, un hombre de 70 años, quiere aprovechar el tiempo libre del que ahora dispone para cumplir uno de sus sueños: estudiar Literatura en la universidad. La diferencia de edad con el resto de alumnos hará que sea señalado por todos con el dedo. Pero nada importa cuando el deseo de autoestima y superación está por encima de cualquier impedimento. O casi de cualquiera.
En El estudiante se produce un hermanamiento entre dos generaciones: la de los jóvenes que día a día construyen el futuro de México y la de aquellos que ya consiguieron levantar a este país norteamericano. Aunque las costumbres sean diferentes, Chano todavía reconoce muchas actitudes de su época en sus compañeros, signo de que no han cambiado tanto las cosas. Una curiosa secuencia en la discoteca evidencia todo esto, creando un paralelismo entre las voces que hablan del pasado y las imágenes que muestran el presente.
A pesar de que la vejez se presenta etiquetada con palabras como sabiduría, reflexión y madurez, se cae en el error de idealizar la etapa de la juventud. En muchos momentos parece que el protagonista simplemente quiere volver a ser joven, alimentando una quimera que actualmente tiene demasiada presencia social. Y ya puestos a idealizar, la literatura española no se salva. Pese a su indudable importancia, reducir toda la narrativa de la madre patria a Don Quijote de la Mancha y a La vida es sueño es extremadamente superficial, y más si se tiene en cuenta que se produce en el ámbito académico.
El arranque de El estudiante no puede ser más desastroso. Sin ningún tipo de transición, la información otorgada al comienzo es demasiado breve y repentina, por lo que no se consigue construir la psicología del personaje. Así, los motivos por los que se produce esta extraña conducta quedan sin una explicación suficiente. La presentación de sus compañeros en el interior del aula tampoco es muy afortunada, llegando a caer en el ridículo con la de dos de ellos. Una vez superada esta fase de la película, el ritmo es políticamente correcto hasta las últimas secuencias, en las que se intentan exaltar hechos de poca importancia con una música orquestada más propia del cine épico. Escuchen lo que escuchen los oídos, han de saber que no están ante ningún gigante, sino ante un simple molino.
Vaya que la crítica de cinéfilos inconformes ha expresado duramente su postura contra este proyecto, el cual irónicamente se convirtió en la película más taquillera de 2009 y que seguramente ha creado entre las masas cierta seguridad para una nueva entrega del director Roberto Girault.
Pero ¿a qué se debe dicha aceptación del público? Para nada porque sean nuevas ideas del cine mexicano, sino porque su estilo conciliador con la realidad no se apega a las tendencias que lo han regido en los últimos tiempos, ya que por momentos me pareciera percibir una forma de contar la historia como en décadas pasadas, en donde había mucho cuidado de no herir susceptibilidades y la línea podría auspiciarse en un género muy conservador.
Ocho semanas de cartelera para una película mexicana se convierte en suceso extraordinario, pero dista mucho de encontrarse entre las nominadas a reconocimientos precisamente por edulcorar al espectador con una trama desencajada en el tiempo e inverosímil. Es insuficiente para gente que tiene de alguna forma desarrollado el gusto por los buenos libretos, a quienes no se les puede engañar con algunas dosis de sentimentalismo.
En ningún momento se hace pesado el estilo narrativo, aun cuando el imaginable destino de sus personajes (drogas, sexo, embarazos, dibujados risiblemente) sucede al concluir la película, no obstante jamás la calificaría como la gran audiencia lo ha hecho: La mejor película del año. Lo popular no siempre empata con los términos de calidad, hoy este grupo de estudiantes me ha dejado totalmente indiferente, faltó trabajo y desapegarse de ligerezas. Cabe aclarar que el 6 asignado es por sus fallas, pero tampoco lo clasificaría de producto basura, ya que al hacer una comparación con los estrenos de 2009 hubo productos realmente vergonzosos.
Antes de concluir, tuve la oportunidad de sintonizar una entrevista con el actor principal de esta cinta, y quedo realmente sorprendido acerca del egocentrismo con que el actor asume sus aciertos, Jorge Lavat desconoce la prudencia y sencillez al asegurar que para el papel no había mejores actores, situación que podría ser no del todo falsa debido a una carrera nula de interpretaciones memorables y a la altura del príncipe azul de Yesenia.
Cine complaciente, rosa e indiferente.
Un pastel se puede indigestar. Esta película es un pastel de nata, caramelo, chocolate o lo que quieras. Te gustará más o menos, según lo que te siente bien o lo que te siente mal, pero es un pastel. Se ha estrenado en Europa esta noche, en la Mostra de cinema Llatinoamericà de Lleida, a la caza de distribuidores después de tener un éxito importante en México. Al salir del cine, media sala lloraba. La otra mitad se cagaba en todo.
Es una película con defectos y virtudes.
Defectos: al final el caramelo te supura por las orejas. Cinematográficamente, visualmente, no aporta nada. Verbaliza emociones que debería dejar para la imagen y para el espectador. El encuadre es demasiado cerrado, le falta aire. Ofrece una visión del mundo simplona, como si la vida no fuera compleja, y con la crisis ya no estamos para estas tonterías.
Virtudes: no es más que aquello que muestra, es tan sincera, que se hace empalagosa, pero por otro lado logra enternecer,y la honestidad siempre se agradece, aunque te la estampen en la cara. Tiene momentos de comedia sencillos pero eficaces. Se hace ligera y llevadera, tiene una estructura y un ritmo adecuados, salta de una cosa a otra con agilidad, lo cual resulta una de las propuestas más interesantes, aunque a veces se pasa un poco con el uso de la elipsis. En general resulta fresca y positiva.
En definitiva, es una película con la ingenuidad y la pureza de espíritu de un musical, pero sin canciones. Un híbrido que puede enamorar o invitar al suicidio. En mi caso ni una cosa ni otra. Se me ha escapado una lagrimita pero solo porque soy así de bobo. La apruebo por los pelos, solo por la lagrimita. Con canciones y claqué hubiera funcionado mejor. Se puede ver, pero el pastel se les va a indigestar a los estómagos sensibles a la sensibleria.