El escándalo Ted Kennedy
Sinopsis de la película
La vida de Ted Kennedy y su carrera política se descarrilaron después de un fatal accidente automovilístico en 1969, en el que el coche que él conducía se precipitó desde un puente a un lago y en el que perdió la vida su joven secretaria de campaña, Mary Jo Kopechne.
Detalles de la película
- Titulo Original: Chappaquiddick
- Año: 2017
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
5.7
64 valoraciones en total
El irregular director John Curran, presenta el incidente que finalmente truncó las posibilidades presidenciales de Ted Kennedy, hermano de John y Robert Kennedy.
Viajando en coche junto a una de las secretarias de su fallecido hermano Robert (Mary Jo Kopechne), al que él intentaba contratar para lanzar su propia carrera presidencial, el coche en el que viajaban, saliéndose de un puente, se precipitó en un lago en el que la joven perdió la vida. La posterior reacción de Ted, abandonando la escena del accidente sin dar cumplido aviso a las autoridades, es el elemento central de una película que bien se podría resumir en dos frases que Ted y su principal asesor se intercambiaron nada más ocurrir los hechos:
– ¿Qué ha pasado Ted?
– No seré presidente Joey
En efecto, la tragedia de esta familia no debía cebarse de nuevo con uno de los suyos. Asesinados John y Robert, un leve incidente de tráfico, con sus efectos colaterales, no tenían por qué truncar las aspiraciones del, en ese momento, jefe del clan Kennedy. Además en el país de las demandas, de los pleitos, juicios, el país de los abogados por excelencia, esta vez los padres de la víctima asisten con resignación al triste destino de su hija, sin pretender sacar partido del ilustre ciudadano que le acompañaba en el accidente.
Los asesores pasan frente a la pantalla intentando minimizar los daños. América tenía una deuda con los Kennedy y las consideraciones éticas y morales podían quedar en claro segundo plano.
Curran mantiene el interés en todo el metraje, no me aburren las situaciones y no se muestra maniqueo a la hora de narrar las relaciones de poder, intereses, prebendas y connivencias varias entre personajes de tan altas responsabilidades.
Ted Kennedy, con el caso ya imparable y rodando cuesta abajo como una bola de nieve, impulsado ante una prensa libre que vio rápido el tirón del suceso, llega a plantearse su futuro en la política. Esas dudas son resueltas en el film con pragmatismo, ya saben que los ricos, y en el caso de la familia Kennedy más, también lloran. Pero menos
Vuelve el día a día en Madrid, vuelve la actividad laboral y, afortunadamente, vuelven las críticas en este medio. Y con él, nuestros queridos pases de prensa, y las reseñas tempranas de próximos estrenos. Una de las primeras distribuidoras en darnos su confianza, y una de las más fieles desde entonces, es A contracorriente films, tenía preparada para deleitarnos un pase temprano de uno de sus próximos estrenos, una de tantas producciones norteamericanas pendientes de estreno que debutaron en Toronto el año pasado. Hablamos del biopic sobre el caso Chappaquidick El escándalo Ted Kennedy, dirigida por John Curran. Filme de atractivo tema, dirigida por un realizador competente que me convenció con El velo pintado. Nada se sabía del filme durante estos últimos meses, pero en este medio recibimos lo incierto con optimismo. Las pocas críticas no eran malas, y el reparto atractivo. Por ello nos dirigimos a los Cines Verdi a sumergirnos en esta diégesis con la mejor de las actitudes. Y colocando los ingredientes en la balance, podemos afirmar que nuestras impresiones finales superaron levemente nuestras expectativas. Es la presente un filme preciso, detallado, filmado con elegancia y brío, que relata sus hechos juzgando con dureza. También, sin embargo, una película perezosa y típica, que apenas araña la superficie de los hechos y de sus personajes. Película que se conforma con ser relevante por la trascendencia de los acontecimientos recreados, que dejan más indiferente fuera de América, y que carece de argumentos para convencernos de rescatarla del océano de biopics. Jason Clarke como buen argumento, pero insuficiente.
Me ha resultado reiterativa en exceso, los personajes son planos, toda la película gira en torno a la estrella (que terminas odiando) y se desperdician buenos secundarios, como el genial Bruce Dern. Encima, tuve la mala suerte de verla doblada, lo que amplifica la sensación de artificialidad y banalidad.
Su gran mérito es que muestra lo que hay realmente detrás de esa gran ficción que es la política y la democracia made in USA, que consigue que millones de personas transfieran orgullosos parte de sus rentas a una élite manipuladora y sin escrúpulos y que, incluso, unos cuantos miles den sus vidas por una quimera inventada para beneficio de unos pocos.
La grandiosidad y los sueños por tocar lo inalcanzable siempre rodearon a Joseph Patrick Kennedy y a sus hijos: Jhon Fitzgerald, Robert Francis Bobby, Joseph Patrick Joe JR, Rosemary, Kathleen Cavendish y por supuesto, Edward Moore Kennedy alias Ted Kennedy. Y también, un cordón de oro fino compuesto por tragedia, misterio y siempre un nombre propio, esta vez el de Mary Jo Kopechne, la exsecretaria personal de Robert F. Kennedy, Bobby.
Ted Kennedy se presentó a la candidatura de la presidencia de los EEUU por el partido Demócrata en 1980.
11 años antes, Chappaquiddick y el misterioso accidente que aquí tuvo con su coche, marcó la diferencia entre su hermano Jhon F. y él.
No viajaba solo.
Es aquí cuando la grandeza enigmática de esta familia empieza a difuminar los límites de la verdad, dejándonos como resultado a un hombre infeliz que no sabe quién es, y que por cuenta propia prefiere llevar esta máscara a la de un empático soñador que pone la mirada en el infinito.
Todo esto encauza a un nuevo misterio del que querremos saber la verdad.
Ted Kennedy (Jason Clarke): Lo primero que impacta de Clarke son sus brillantes ojos azules que, haciendo uso de ellos desde el personaje de Ted, en ocasiones paralizan al público y lo hace pensar. Esta mirada poco a poco nos irá hipnotizando hasta sucumbirnos en la reflexión dada por el personaje. Destacar una actuación por parte de Clarke de peso y con mucha más presencia que en El Amanecer del Planeta de los Simios.
Para gustos los colores y para colores el mío, en ocasiones interpretativamente por parte del actor, se quiere vender demasiado la inconsciencia del personaje.
Joe Gargan (Ed Helms): Estamos acostumbrados a su cara en papeles de comedia como Resacón en Las Vegas. Pronto dejaremos de ver esa vic cómica en Ed Helms, a medida que profundiza de forma natural en su personaje. Interpretación que con introvertida implicación emocional, nos hace empatizar rápidamente con su causa.
Por todo esto, Ed Helms consigue llevarse gran parte de los focos de la película.
Mary Jo Kopechne (Kate Mara): Reconocida, pero no tanto, la actriz Kate Mara controla las cuerdas de su marioneta, Mary Jo Kopechne. El personaje de Mary Jo lo vemos caracterizado como alguien sentimental pero de armas tomar y fiel como nadie por una objetivo. Esta caracterización es llevada a cabo con un gran compromiso por parte de Kate Mara. Con destreza, Mara nos deja caer el sentimiento que podía llegar a sentir Mary Jo Kopchne por la familia Kennedy, en concreto por Ted.
Joseph Patrick Kennedy (Bruce Dern): Durante el transcurso de la película estaremos espectantes por descubrir cómo es físicamente el personaje de Josep Patrick. Una vez que lo veamos no nos olvidaremos de su apariencia ni de su aspecto, interpretado por Bruce Dern. Sorprende y recordaremos durante un tiempo la emoción que expresa con su mirada de piedra en una de las escenas más íntimas que tiene con Ted.
Recalco la interpretación de Jason Clerk y Ed Helms, y con gran sorpresa también la de Bruce Dern. Los tiempos están medidos para que esta película te mantenga a partir del minuto 20 en suspense, por lo que se agradece al tratarse de una película basada en hechos reales cuya trama supuestamente conocemos antes de entrar al cine.
Por parte del director John Curran, resaltar la maravillosa visión que le da al hecho real. Consigue con esto, de manera sutil a medida que va avanzando la película, poner en duda tu propio juicio en relación a lo ocurrido esa fatídica noche del 18 de Julio del 68.
Si no conoces la historia real te gustará porque te sumergirá en un mundo conspiranóico lleno de confusiones y errores que podría cometer un niño de 19 años.
En cambio si la conoces, posiblemente no te resuelva las dudas que dejó el verdadero hecho… De algún modo, si habéis visto la serie de El Asesinato de Gianni Versace (si no, recomiendo verla) las dudas que despeja son similares.
Escrito por Cristian Blay
https://cinemagavia.es/el-escandalo-de-ted-kennedy-pelicula-critica/
Su huida hacia adelante y el intento por tapar el desastre centran la mayor parte de la película de Curran. El escándalo Ted Kennedy es un correcto thriller político donde se nos muestra al personaje principal tremendamente condicionado por el peso de su apellido. Ansioso por estar a la altura de los que le precedieron y agradar a un padre autoritario -al que da vida Bruce Dern-, estos sentimientos van condicionar todas sus decisiones tras el accidente. Y con la forma de narrarlo y ejecutarlo, e director se acerca más a que lo entendamos y no le juzguemos. Si bien es cierto que eso depende de cómo encare cada uno su visionado de la película.
En el capítulo interpretativo, Jason Clarke está a la altura del papel que se le pide. Taciturno por momentos, torpe y cautivo de un apellido maldito, encarna bien su rol tratando de tapar el escándalo a la opinión pública junto al resto de peces gordos de Washington. Los gabinetes de crisis formados en casa de los Kennedy son uno de los puntos más interesantes de la película a nivel de entretenimiento.
Pero siguiendo con el componente psicológico de la cinta, el contrapunto a las decisiones del senador lo ejerce uno de sus asesores bajo el rostro de Ed Helms, que brilla alejado de las comedias a las que nos tiene acostumbrados. Como por ejemplo: Resacón en las Vegas. Aquí Helms demuestra que en el drama puede llegar a tener un recorrido similar al del humor.
Con todo este desarrollo, podría parecer que El escándalo Ted Kennedy es una obra maestra. Pero no. La película mantiene un nivel aceptable y no va más allá. Hay momentos en los que falta emoción y tensión. Seguramente en la realidad, el Incidente Chappaquiddick tuvo que ser algo vertiginoso a nivel informativo y político, y en cambio eso en la cinta de John Curran pasa inadvertido, salvo contadas excepciones. Y aún así, merece la pena ponerse delante de la pantalla y aproximarse a la caída del pequeño de los Kennedy. El penúltimo eslabón de una familia marcada por la maldición.
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