El diario del bloqueo
Sinopsis de la película
En otoño de 1941, las tropas alemanas rodearon una de las ciudades rusas más grandes: Leningrado (la actual San Petersburgo). 2,5 millones de civiles se quedaron atrapados en la ciudad. El comandante alemán decidió no bombardear para evitar pérdidas innecesarias. La película se centra en el invierno más duro del asedio, el invierno de 1941 a 1942.
Detalles de la película
- Titulo Original: Blokadnyy dnevnik aka
- Año: 2020
- Duración: 118
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Opinión de la crítica
Película
7.1
68 valoraciones en total
Interesante película que nos muestra este episodio sangriento de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista de la población civil aislada durante tres años en Leningrado y donde murieron un millón de civiles la mayoría por la hambruna.
Las escenas en blanco y negro de la desolación de los habitantes sitiados por la nieve y sin electricidad ni agua son impresionantes. El racionamiento de 125 gramos de pan al día como único alimento. La voz en off de la protagonista a través de un diario nos revela la praxis cotidiana en un infierno cada vez más atestado de cadáveres y de desesperación.
Podría calificarse la película de road movie donde la protagonista abandona su casa en el centro de la ciudad para tras múltiples incidentes acceder a la ciudad difusa para tener el reencuentro final con su padre médico alojado en una fábrica en el extrarradio.
El asedio a Leningrado comenzó en septiembre de 1941 y duró hasta el 27 enero de 1944. La friolera de 872 días.
La película se centra en el invierno de 1942, se recuerda como uno de los inviernos más fríos de los que hay memoria.
Si a eso añades:
Corte de luz, sin agua corriente, escasez absoluta de alimentos, incapacidad de encontrar leña, etc.
Unas condiciones tan inhumanas que había dos grupos de caníbales:
Los que mataban humanos y los devoraban y los que buscaban cuerpos muertos para comérselos, carroñeros.
La lista de atrocidades es dantesca e inimaginable e indecible.
La película nos muestra a traves de una chica el espanto que era sobrevivir, mucho más sencillo era morir.
Como apilaban los cuerpos congelados como si fuese madera.
La historia que nos narra es líneal y tiene el mérito de obviar las batallas bélicas.
El ritmo es completamente desasosegante y produce escozor. (Cuando la veáis sabréis a que me refiero).
Con unos pocos hechos nos amplifica a que imaginemos lo que debió ocurrir.
Es una película diferente en su planteamiento y desarrollo al horror de estos hechos.
Hoy día Leningrado vuelve a llamarse como la bautizó su fundador el zar Pedro el grande en 1703, San Petersburgo.
*El Libro
Pocas veces en las críticas que se escriben para medios digitales hay un componente personal, porque ciertamente lo importante es la obra y no el crítico en sí (aunque esto daría para un debate sobre el tema de la recepción).
Soy lector empedernido, pero ninguna obra me dejado tan destrozado como El libro del bloqueo. Puede que fueran las circunstancias, porque precisamente lo leí en Rusia hablando con muchos conocidos que, si bien no vivieron el bloqueo, si tuvieron familiares que lucharon en el conflicto. En todo caso, la expresión de que es un libro duro no es una exageración. Tuve que apartar el libro en muchas ocasiones porque el efecto llegaba a convertirse en un proceso físico. Es un libro que te habla de tú a tú de las miserias más grandes que no no puede ni imaginarse. No se centra en la guerra propiamente, sino en las experiencias de la población civil y en su día a día, algo que el lector puede que entienda mejor que si fueran experiencias bélicas.
El libro parte de la idea de dos escritores, Danila Granin y Alesei Adamovich, que realizaron la titánica empresa de recoger los testimonios escritos de todos aquellos que vivieron el bloqueo. En un primera momento llegaron a tener cuatro mil páginas, aunque por obvios temas editoriales tuvieron que reducir el número de hojas. El libro pues, es en realidad un caleidoscopio, que muestra las vivencias de diversos civiles que vivieron el asedio.
*Héroes
Shostakovich, uno de los genios musicales del siglo XX, compuso su conocida como séptima sinfonía en honor a los sitiados. Los Sitiados, a pesar de todo, son los héroes de esta historia. A Siege Diary es un homenaje precisamente a todos ellos, que a pesar de todo, siguieron su instinto de supervivencia, pero sin dejar de lado la dignidad humana. La música, retransmitida por la radio que paradójicamente seguía funcionando, fue uno de los pocos alimentos que tenían los supervivientes. El arte como última balsa de salvamento para el alma humana.
*El infierno blanco
Muchas veces se emplea el término de Infierno en la tierra para referirnos a una situación horrible. Si hubo un infierno en la tierra, este fue Leningrado en el 1942. Pero un infierno muy diferente al de otras situaciones bélicas que se hayan dado en la historia. Porque esta vez, no predominaban los gritos, ni los ejércitos, ni siquiera la artillería era tan habitual como en otros asedios. La singularidad del infierno de Leningrado fue la quietud. Una calma infernal, que era ni más ni menos que la de los hombres y mujeres de la ciudad, literalmente muriéndose a cada hora que pasaba. Ni siquiera las ratas habitaban ya en la ciudad, porque fue lo primero que los habitantes se comieron.
Esa muerte lenta, agónica, es la que retrata A Siege Diary a la perfección. Lo único que no puede hacer la película es transmitir quizá el mismo efecto que la obra escrita, porque en un caso sabemos que es ficción, por más que esté bien reflejada, mientras que el diario era una dosis de realidad total.
En todo caso, la fotografía en blanco y negro tiene conceptualmente una base importante para A Siege Diary, porque era imposible que el mundo que pretende retratar la película se hiciera en color. Y seguramente, los habitantes supervivientes de Leningrado también recordaron esos momentos en blanco y negro.
*Conclusión
A Siege Diary es una película imprescindible para entender cosas que nunca más se han de repetir en la historia. Es también el homenaje a unos héroes anónimos que merecen el más alto de los reconocimientos. Como película es un trago amargo al que uno debe asistir mentalmente preparado.
Escrito por Guillermo Sánchez Ferrer
A Siege Diary (2020) se trata de la película rusa ganadora del Festival de Moscú, que se basó en el Libro del Bloqueo, una crónica que recogía las penurias más brutales que vivieron los habitantes de Leningrado durante el asedio provocado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La película se centra en uno de estos testimonios, que tiene por protagonista a una joven, interpretada por Olga Ozzopallina, que quiere reunirse con su padre, a pesar de que no sabe si está vivo o muerto. La película puede verse en Filmin, en el festival ruso que se ha realizado este año online.
ocas veces en las críticas que se escriben para medios digitales hay un componente personal, porque ciertamente lo importante es la obra y no el crítico en sí (aunque esto daría para un debate sobre el tema de la recepción).
Soy lector empedernido pero ninguna obra me dejado tan destrozado como El libro del Bloqueo. Puede que fueran las circunstancias, porque precisamente lo leí en Rusia hablando con muchos conocidos que si bien no vivieron el bloqueo, si tuvieron familiares que lucharon en el conflicto. En todo caso, la expresión de que es un libro duro no es una exageración. Tuve que apartar el libro en muchas ocasiones porque el efecto llegaba a convertirse en un proceso físico. Es un libro que te habla de tú a tú de las miserias más grandes que no no puede ni imaginarse. No se centra en la guerra propiamente, sino en las experiencias de la población civil y en su día a día, algo que el lector puede que entienda mejor que si fueran experiencias bélicas.
El libro parte de la idea de dos escritores, Danila Granin y Alesei Adamovich, que realizaron la titánica empresa de recoger los testimonios escritos de todos aquellos que vivieron el bloqueo. En un primera momento llegaron a tener cuatro mil páginas, aunque por obvios temas editoriales tuvieron que reducir el número de hojas. El libro pues, es en realidad un caleidoscopio, que muestra las vivencias de diversos civiles que vivieron el asedio.
Shostakovich, uno de los genios musicales del siglo XX, compuso su conocida como séptima sinfonía en honor a los sitiados. Los Sitiados, a pesar de todo, son los héroes de esta historia. La película es un homenaje precisamente a todos ellos, que a pesar de todo, siguieron su instinto de supervivencia, pero sin dejar de lado la dignidad humana. La música, retransmitida por la radio que paradojicamente seguía funcionando, fue uno de los pocos alimentos que tenían los supervivientes. El arte como última balsa de salvamento para el alma humana.
Muchas veces se emplea el término de Infierno en la tierra para referirnos a una situación horrible. Si hubo un infierno en la tierra, este fue Leningrado en el 1942. Pero un infierno muy diferente al de otras situaciones bélicas que se hayan dado en la historia. Porque esta vez, no predominaban los gritos, ni los ejércitos, ni siquiera la artillería era tan habitual como en otros asedios. La singularidad del infierno de Leningrado fue la quietud. Una calma infernal, que era ni más ni menos que la de los hombres y mujeres de la ciudad, literalmente muriéndose a cada hora que pasaba. Ni siquiera las ratas habitaban ya en la ciudad, porque fue lo primero que los habitantes se comieron.
Esa muerte lenta, agónica, es la que retrata la película a la perfección. Lo único que no puede hacer la película es transmitir quizá el mismo efecto que la obra escrita, porque en un caso sabemos que es ficción, por más que esté bien reflejada, mientras que el diario era una dosis de realidad total.
En todo caso, la fotografía en blanco y negro tiene conceptualmente una base importante para la película, porque era imposible que el mundo que pretende retratar la película se hiciera en color. Y seguramente, los habitantes supervivientes de Leningrado también recordaron esos momentos en blanco y negro.
Conclusión
A Siege Diary (2020) es una película imprescindible para entender cosas que nunca más se han de repetir en la historia. Es también el homenaje a unos héroes anónimos que merecen el más alto de los reconocimientos. Como película es un trago amargo al que uno debe asistir mentalmente preparado.
Crítica escrita para Cinemagavia.es