El despertar de las hormigas
Sinopsis de la película
Isa es modista y vive con su familia en un pequeño pueblo de Costa Rica. Su esposo Alcides desea que tengan un tercer hijo: un varón. Isa, sin embargo, no quiere otro embarazo. Quiere enfocarse en el trabajo y ya tiene más que suficiente en su vida con dos hijas. Hasta ahora, nunca ha cuestionado su papel dentro de la familia. Sin embargo, cuando se da cuenta de que Alcides no parece estar escuchando y persiste con su deseo de tener un tercer hijo, se da cuenta de que algo debe cambiar.
Detalles de la película
- Titulo Original: El despertar de las hormigas
- Año: 2019
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.5
57 valoraciones en total
22 Festival de cine de Málaga 2019. El despertar de las hormigas. De Costa Rica nos llega esta película dirigida por Antonella Sudasassi que desarrolla con sencillez y delicadeza el paso a la acción, para tomar sus propias decisiones y arriesgarse en proyectos personales, de una joven ama de casa. Tomar la palabra, imponerse sobre los discursos dominantes que definen los roles de género y las prerrogativas concedidas a cada sujeto, las realiza la protagonista no sin angustias, silencios, y momentos de aturdimiento hasta llegar a su posición firme y madura que puede ser compartida y argumentada. La película avanza siguiendo los pasos definidos por Prochaska y DiClementi en la resolución de la ambivalencia que acompaña a todo deseo de cambio. Desde un estadío contemplativo, se da paso a una preparación para la acción que afecta al control de su maternidad, el ejercicio de su sexualidad y sus proyectos para el progreso de su familia. La película huye de mostrar un varón opositor dejándonos un optimista encuentro de pareja que acepta un mejor futuro en la cooperación y respeto de cada persona.
De destacar son varios puntos de la cinta: la sutileza con la que crea esa ambientación agobiante para la protagonista, sin gritos ni tensiones verbales la angustia y desazón de su personaje principal es palpable en casa entrecortada respiración y gesto, la naturalidad y frescura de todo el elenco actoral, ya no digamos de Daniella Valenciano, si no de esas niñas tan descaradas, vivarachas y agudas, la franqueza con la que se toca un tema tan delicado como la igualdad y la independencia o liberación de la mujer en una sociedad extremadamente machista y clasista, se expresa contundentemente los vicios y carencias de unas mentalidades enfermas pero que con pequeños gestos se van conduciendo hacia caminos más igualitarios, y también la atrevida puesta en escena y diálogos, con sus planos cortos y primeros planos que cierran la capacidad de su protagonista de abrirse camino en un contorno opresor, complementado por ese calor que cierra la posibilidad de respirar libre y autónoma… Además el guion unifica imagen, palabra y trama para complementar todos los ingredientes sin que ningún cabo quede suelto. Cine con intención. Cine con mensaje y calado…
Película minimalista que muestra escenas cotidianas desde el punto de vista de la mujer-esclava para hacernos ver la realidad que hay detrás de las gafas sucias de normalización que llevamos puestas casi sin saberlo. La atmósfera opresiva es tal que es casi una película de terror. O sin el casi, porque miedo es lo que siente la protagonista ante la perspectiva de enfrentarse no ya a ningún monstruo concreto, identificado y localizado, sino a uno que impregna todos los rincones de la vida. Para muchas mujeres la vida es una película de terror constante.
Aunque por suerte o por desgracia, la película no va all-in con lo sombrío y ofrece momentos para tomar oxígeno, por ejemplo la absoluta desorientación del marido cuando le piden que ponga los platos no tiene precio. En general todo el elenco actúa con mucha naturalidad, quizás ayudados por haber vivido ya las mismas escenas en su propia casa.
Mención especial para el final, debatible, pero para mí pasa directo a la lista de mejores finales del año.
Gustará a: teatro del oprimido, insectos, Keylor Navas
No gustará a: cabelleras, bombillas, suegras
Lo bueno
Es un filme tan oportuno, en un momento tan oportuno, en una sociedad tan oportuna, en una cultura de cambio y empoderamiento femenino tan oportuno. El despertar de las hormigas va encaminada a romper paradigmas tan arraigados no solo en nuestra sociedad costarricense, si no en la latina en general, muestra de manera vivencial, tan natural en su trabajo actoral que casi parece un documental falso, pequeños detalles que naturalizamos en familia, lo que yo pondría en línea descriptiva como micromachismos, la forma en que son criados los hombres, la forma en que la mujer naturaliza su posición en una sociedad netamente machista en progreso de cambio lento, esos detalles permiten la confesión total de lo complacientes que somos con esos comportamientos.
Es un filme sencillo, no tenía que ser de otra manera, pero en su sencillez tiene poesía y tanta verdad que a veces nos avergüenza.
La fotografía sencilla en conceptos estéticos funciona de mil maravillas, es un trabajo documental pero tiene salidas surrealistas que solucionan mucho el sentir de su personaje central, el plano del bombillo y la polilla dice mucho más en imagen que cualquier otro plano sobre el sentir sexual de su protagonista, y así hay otras corazonadas muy bien ejecutadas visualmente hablando.
Es un filme que en general está bien actuado. Sudasassi logra encontrar con su crew el registro correcto para su filme, que hay unos que están más naturales que otros, sí, sin duda, por ahí se destaca Valenciano con una fuerza expresiva desde lo no dicho, desde el rincón ignorado de lo que siente. Las niñas, son la cereza en el pastel.
naturales, divertidas, no es casualidad como detalle que ellas como mujeres sean las principales testigos del empoderamiento de su madre.
Que bien trabajado el sonido en esta película.
Que no se pusiera al hombre como un antagonista violento, si no como un ser naturalizado que puede aportar al cambio de paradigmas.
Lo no tan bueno
El filme es repetitivo y lento en su desarrollo vivencial de la protagonista, es cierto que de fondo no esperábamos un punch dramático que cambiara todo el entorno, pero ese camino lento hace un poco aburrida la segunda parte de la película.
No estoy tan seguro que las canciones seleccionadas sean las más correctas, hay un rompimiento narrativo fuerte de venir sin música a esas secuencias.
El final es correcto, y cierra el círculo, pero de alguna manera algo me le falta en ejecución y tratamiento.
8/10
Opinión Final: Sin mucho ahondar, de lo mejor de nuestro cine a lo largo de la historia. Un filme sencillo, pero directo donde quiere llegar, no toma villanos, mira todo con criticidad y naturaliza lo que de por si tristemente pasa día a día en muchos hogares. En un filme para ver, debatir, compartir, las mujeres tienen voces, el aire de cambio hace rato llegó, que lo diga nuestra cinematografía benditamente liderada por mujeres talentosas que cuentan sus historias, y dejemos los discursos si son historias feministas, no, son historias con miradas de mujer, historias humanas.
El despertar de las hormigas (2019) se trata de una opera prima de nacionalidad costarricense y dirigida por Antonella Sudasassi Furniss. La película nos cuenta, casi de manera documental, la vida de una familia corriente de Costa Rica. La película participó en el Festival de Málaga del correspondiente año en la sección oficial, así como en varios concursos iberoamericanos.
La puesta en escena de la película evoca claramente la del cine documental. La cámara, como un voyeur, se adentra en las escenas familiares y retrata lo que sucede en cada una de las conversaciones. Cámara en mano, la directora se pone en cualquier ángulo posible (al lado, entre las caras de los personajes, cerca, lejos) para realizar este acercamiento. Especialmente durante la primera parte de la película no somos más que testigos de lo que son escenas totalmente cotidianas de una familia cualquiera en Costa Rica. La madre recogiendo a las niñas del colegio, el padre volviendo del trabajo, la madre cocinando…en esta pura descripción ya vemos que los roles de hombre y mujer siguen perfectamente estancados en el contexto tradicional de Nicaragua, sin necesidad de que la directora haga algo excesivamente poco sutil.
Esta descripción, que a priori podría sonar como algo francamente aburrido, es solventado con una fotografía más que decente y con algunas pocas señales que nos introduce el guión y que nos hacen presagiar que lo que estamos viendo no es tan idílico como aparenta. Especialmente con el papel que juegan los insectos, como moscas y hormigas, que aparecen cada vez con más frecuencia en la película y que le da un tono por momentos surreal, en la línea del propio Borges.
Lo cierto es que si todo el machismo que existiera en Costa Rica se redujera al que sucede en la película los costarricenses podrían estar de enhorabuena. No esperemos en la película las típicas escenas de violencia doméstica porque estas no se producen. No hay eso en el filme. Más bien, lo que describe la película es como en ocasiones la repetición de patrones puede desencadenar ciertos machismos menores que se perpetúan por tradición. En el caso que nos ocupa la propia protagonista no quiere tener un hijo, y se lo calla, como si su opinión no importara.
Pero no es que la película describa al marido del filme, Alcides, como un monstruo, sino todo lo contrario, es una persona que en general ama a su familia y podríamos decir que es un buen padre. De hecho uno de las cosas más interesante es la poca estridencia que hace gala la película y eso lo podemos ver en ese magnífico final: En otra película quizá la decisión de la mujer habría sido cuestionada a gritos, mientras que aquí se toma de manera consensuada (como debería haber sido desde un primer momento).
El personaje de Isabel, que es consciente de su feminismo, lucha contra estos pequeños problemas que en ocasiones no vienen solo de los propios hombres, sino de las mujeres que han sido educadas en este machismo convencional (por ejemplo, la hermana de Alcides). En este sentido el pensamiento del propio personaje no parece el de una mujer cualquiera de Costa Rica, sino más bien una traslación del propio pensamiento de la directora.
Sin embargo en ocasiones este viaje se hace demasiado pesado, y la película cae en una monotonía que no resulta demasiado satisfactoria, y que vanamente la película trata de sofocar con segmentos de transición que no aportan demasiado al mensaje de la panícula.
Viendo el filme uno se da cuenta de que carece de un potente atractivo en términos de marketing, por lo menos si la comparamos con las películas actuales que revientan la taquilla internacional. A eso se le añade el hecho de que parece evidente que la película está pensada más para un público de fuera que no de dentro, es decir, más pensada para ser exhibida en festivales internacionales. De todas maneras, es innegable la calidad pedagógica que tiene el filme, y la propia directora ha asegurado en entrevistas (http://www.revistaikaro.com/antonella-sudasassi-furniss-directora-de-la-pelicula-el-despertar-de-las-hormigas/) que la película será exhibida en diversas partes del país incluyendo diversos debates sobre los temas tratados en el filme. Quizá sea en estos debates donde la película gane más enteros, como una pieza educativa.
Conclusión
El despertar de las hormigas no es una película para tomarse como un snack . Es una película para reflexionar sobre ella y lo que la propia obra trae consigo como debate. Por eso, cumple perfectamente con el objetivo que se proponía. Podría haber sido peor, pero no menos clara.
Crítica escrita para https://cinemagavia.es/