El Cuentacuentos (Serie de TV)

5 comentarios en «El Cuentacuentos (Serie de TV)»

1. Decía Stravinsky en su Poética Musical que el verdadero genio es el que componía a pesar de las limitaciones técnicas y de las duras restricciones a las que estaba sometida la música. Lo mismo podríamos decir, seguramente, del resto de artes. En aquella época en la que los avances informáticos se estaban gestando, en aquellos tiempos en los que una idea era más importante que 200 agentes Smith juntos, en aquellos años en los que se era más consciente que la infancia era un periodo crítico en la vida de cualquier niño, Jim Henson consagró su vida a insuflar vida a esos entrañables muñecos, a hacer realidad esos mundos encantados que se encontraban en las cabezas de cualquier niño o niña, a dar vida, en definitiva, a esa materia inerte que para muchos directores ha sido, es y seguirá siendo una dificultad infranqueable.
   
   Y es que Henson demuestra ser consumado experto en integrar imagen, contenido y sonido. No tiene desperdicio ni un minuto de cualquiera de sus 9 cuentos. Sabe darle el formato adecuado a tal fin. Los tiempos cambian, sí… pero no la desbordante imaginación de un genio.
   
   Mis 3 cuentos preferidos son (en este orden):
   
   – El gigante sin corazón.
   
   – La cenicienta.
   
   -Los tres cuervos.
   
   Saludos a todos.

2. Fantástica y magnética serie de TV. La cual a través de sus episodios nos transporta a mundos de ensueño, con una atmósfera atrapante. Impecable en todos los detalles. Para que el cuento, como esa antigua y formidable expresión cultural no muera.
   
   Maravillosa serie.

3. El cuentacuentos es , con toda probabilidad, una de las más altas cimas jamás alcanzadas por la ficción televisiva dirigida a niños. Y el responsable es ese genio llamado Jim Henson, un tipo capaz de pasar de Los Fraggle a Cristal oscuro en un abrir y cerra de ojos.
   
   No solamente se cuentan cuentos a los niños con una ambientación perfecta, sino que además la protagoniza ese maestro de la actuación que es John Hurt.
   
   A destacar también la banda sonora, imposible de olvidar.
   
   Serie irrepetible, magnífica, memorable y que marca (para bien) infancias.
   
   Gracias, Sr. Henson.
   
   NOTA: EXIJO QUE SALGA A LA VENTA LA SERIE EN DVD YA EN ESPAÑA.

4. Yo crecí viendo esta serie, y tan buen recuerdo guardo de ella que no he cejado en mi empeño hasta encontararla,
   
   quiza para los niños de ahora se verá acartonada y antigua, no entenderán la belleza de sus simples historias, pero quiza si alguien les introduce en ese hermoso mundo de fantasia, donde también se encuentran Dentro del laberinto, Cristal Oscuro, puedan apreciar una belleza ya desaparecida.
   
   Por siempre en mi mente quedará el capítulo de la verdadera esposa, que desgasta varios pares de zapatos de metal buscando a su amor.

5. Ójala se hicieran en la actualidad series tan agradables como la que nos ocupa. Es desolador observar el panorama en lo que a series dirigidas al público infantil se refiere. Los pixeles, la mierda yanqui-cool y las paranoias japos alienan a los chavales, que cada vez tienen un mayor cacao mental. No les vendría mal, ahora que el invierno se cierne sobre nosotros, sentarse al lado de la chimenea a escuchar a sus mayores contar historias y batallitas, en un ambiente hogareño que podrían rematar con la proyección de esta fabulosa serie. Que dejen que el entrañable narrador les guíe con su cálida voz (gran doblaje, sí señor) a lo largo de historias sencillas y hermosas, antiguas como la propia tierra. Que las marionetas (me siguen pareciendo magníficas) y los preciosos dibujos de fondo activen su fantasía, y sugieran, en vez de tanto mostrar y mostrar, y golpe de espada, y metamorfosearse… Que dejen de lado por momentos el bullicio y frenesí y empiecen a adiestrar su oído gracias algunas de las melodías más dulces de la televisión. Claro que todo ésto requiere de la iniciativa paterna (cada vez menos abundante). Si tienen suerte podrán maravillarse de una de las mejores series jamás creadas. Amarga y dulce a la vez, que empieza como un hola y termina como un adiós.