El crack Cero
Sinopsis de la película
Seis meses después del suicidio del afamado sastre Narciso Benavides, una misteriosa y atractiva mujer casada visita a Germán Areta, prestigioso ex policía de la Brigada Criminal y ahora detective privado, para que inicie una investigación exhaustiva sobre el Caso Benavides. La mujer está convencida de que el sastre, que era su amante, fue asesinado. Aunque su instinto le dice a Areta que la gente sólo mata por amor o por dinero, irá descubriendo que hay más motivos, y más de un sospechoso, para quitar de en medio al sastre… Precuela de El crack (1981), que narra de nuevo las investigaciones del detective Areta en los convulsos años de la Transición Española.
Detalles de la película
- Titulo Original: El crack Cero
- Año: 2019
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
6.5
56 valoraciones en total
Hay que ver EL CRACK CERO.
En primer lugar, por Garci (nuestro primer director en ganar un oscar).
En segundo lugar, por Alfredo Landa (historia ya de nuestro cine) como su Germán Areta, papel que lo consagro como actor más allá de sus anteriores películas ligeras).
Por que está rodada en un blanco y negro que es una delicia.
Por ese aroma de tabaco y esos Dry Martinis que tan bien se beben en las películas que filma el director.
Estaremos de acuerdo que es un tipo de cine que no es para todo el mundo.
Abstenerse fans de Marvel y Multisalas.
Para todos los demás…creo que es de obligado visionado en pantalla grande.
Viva El CRACK!
Garci se adelanta a la Navidad, ( esa que tanto le gusta retratar en sus películas y que tanto se parece a mi Navidad) y nos regala esta obra maestra de un cine que ya no se hace. Y no se hace porque nadie es tan valiente para olvidarse de los gustos y las modas y ser fiel a sí mismo , como lo es Garci. Quien conozca y admire el universo Garci, lo descubrirá sin género de dudas en su última película. El fútbol, el boxeo, la literatura, Madrid y sus salones de comida, billares, cines, calles..los dry martinis,Asturias ( otra vez el inventado Cerralbos del Sella aparece en esta historia) el humo del tabaco, el amor, la amistad y un sin fin de etcéteras más. Todo ese universo se entremezcla en una genial coctelera con una historia noir ( que no gris marengo) que sirve de Mcguffin, para no sin cierta nostalgia, recuperarnos ( y de qué manera) los personajes de Landa, Rellán,Bodalo y Cía en los magistrales Santos, Muñoz, Casablanc y su cía de ahora.
La monumental música de Jesús Gluck ( que uno sigue tarareando durante días tras ver la película) acompaña unas imágenes del Madrid de la época, que magistralmente han sido traídas aquí de las otras dos cracks,pasadas por el filtro de la fotografía en blanco y negro y que le da autenticidad al relato, una autenticidad que no le hubiera dado la recreación digital, y que además permite el homenaje a Landa, observándose un cameo traído de El Crack Dos cuando con su Renault 18 cruzaba la Cibeles en Nochebuena, camino de la mansión de Arturo Fernández.
Se va uno del cine con una extraña sensación, de alegría y satisfacción por la gran obra disfrutada, pero con la pesadumbre de no volver a ver a estos personajes en una sala de cine…
Este Retorno al pasado de hace 44 años que nos propone Garci tiene la capacidad de hacernos añorar a muchos una época que no vivimos realmente, sé que Garci lo pretendía porque se lo he escuchado y hay que felicitarle porque lo ha conseguido.
Reconozco que fui al cine con miedo porque como gran admirador de los Landa, Bódalo, Casanova, Rellán y Lorenzo de las primeras entregas temía no encontrar un reparto a la altura. Pero comprobé con gran placer que sí lo están, Santos, Muñoz y Casablanc cumplen con creces recordando pero sin caricaturizar y me llevé dos grandes sorpresas con las interpretaciones femeninas.
María Cantuel hace estupendamente de alma cómplice de Areta, recordando curiosamente sin ser el mismo personaje a la María Casanova de entregas posteriores. Sientes y te crees que Areta tiene un gusto muy definido por las mujeres y lo reconoces perfectamente en este personaje.
Y mención especial a Patricia Vico por el estupendo personaje de cine negro que borda, con esa desgana triste que luce y que me hizo recordar incluso a la inconmensurable Alida Valli de El tercer hombre . Cuidado que ya hablamos de palabras mayores.
Entre los secundarios hay algún personaje que me flojea un poco pero por comparación con los papelones mencionados antes, por lo que considero injusto darle mayor importancia al hecho.
Dirigiendo a este reparto tan bien escogido y con diálogos tan maravillosos Garci consigue en esta obra lo mismo que consiguió en las 2 anteriores, dejarme con ganas de más al aparecer los títulos de crédito. Algo que sobre todo hoy en día es un sentimiento que tenía casi olvidado.
No le pongo un 10 porque hay cierto desarrollo del guión que me desconcierta un poco y parece que la película se cerrara con demasiada brusquedad. Quizás una versión del director con mayor metraje (que puede exista sólo en mi imaginación) solucionaría el problema.
Temo que por sus mil homenajes esta es la obra de despedida de Garci. Pero viendo el estupendo nivel que han exhibido los personajes principales de Areta, el moro, el abuelo, Rocky y Molly, y viendo que el malvado auténtico Bruce Willis sigue vivo, me encantaría que Garci volviera a la carga o le cediera el estoque a un director de su confianza.
Desde la navidad de 1975 de este Crack cero a la de 1981 del primer Crack hay hueco para 5 navidades más. Ahí lo dejo. Si no hay suficientes imágenes de archivo de Madrid siempre se puede recurrir a recrear el pasado en Cerralbos del Sella .
Una última mención al magnífico cartel de Miguel Navia, una de cuyas copias termine estas navidades posiblemente en mi salón.
P.D. No sé si lo he imaginado, pero juraría que en una de las últimas imágenes de la ciudad se ve pasar un metraje recuperado con el Renault 18 conducido por Alfredo Landa. Si estoy en lo cierto es un homenaje maravilloso.
José Luis Garci no estrenaba una película desde hacía 7 años. Fue al final de un verano, como ahora (aunque el calendario diga que es ya otoño). Los usuarios de esta web dictaminaron que su nota era un 3,6. Aquella película (que Garci siempre ha defendido) tenía sus conexiones con esta: Manuel Tejada fue el malo del primer crack, Victor Clavijo iba a ser el Areta rejuvenecido, otro detective legendario tenía un nuevo rostro. Desencanto amoroso, desencanto social, desencanto vital, como el del Areta cuando cogía un avión al final del segundo crack. A la hora de escribir esta crítica este retorno ha sido valorado con el doble de esa puntuación, un 7. De 9 críticas profesionales, hasta 7 son positivas. A falta de conocer el comportamiento de la taquilla, parece que Garci puede estar tranquilo: si se retira, ahora de verdad, ya no será en medio de la incomprensión mayoritaria (y algo más) de aquel film. Su último hurra, si de él se trata, habrá dado en el clavo.
Parece que los directores veteranos sólo tienen la via del autorremake para decir sus últimas palabras: lo hizo Capra, lo hizo Hawks, lo hizo Wilder con Fedora. Garci empezó su carrera el 1 de Octubre de 1975 recuperando una asignatura pendiente. Poco después José y Elena oían en una radio que Franco había muerto y empezaba en este país un mundo nuevo. Más de 40 años después Germán y su novia vuelven a oir que Franco se ha ido, en una cama y a través de una radio. Y ya no se sabe si empezó un mundo nuevo o no hemos salido del anterior.
Imágenes en blanco y negro, imágenes de un Madrid que ya no existe, un Madrid anacrónico (el primer Crack discurría a finales de 1980 y en el cine Callao ponían All that Jazz , cierto es que no se ve el plano del Rialto con Viernes 13 ) por la imposibilidad de retratar una Gran Vía con aceras estrechas y fachadas sin rehabilitar. Se ha dicho que cuando se sitúa una película en el pasado, es una forma de hablar del presente. ¿ de que tiempo habla Garci en El crack cero ?
Areta ya se ha ido de la policia (quizás haya más de un motivo, veáse las referencias que se hacen en dos de las tres películas) y ha fundado su agencia (por cierto, en la oficina donde está la productora Nickelodeon). A sus gustos ya conocidos (el dry martini, el boxeo, …) se une el del perfume aunque no sabemos nada de su equipo de fútbol que unos meses antes había ganado la Intercontinental en un estadio que tampoco existe ya. También que de casta le viene al galgo (existe, de paso, un homenaje al padre del director con alguno de los excelentes cuadros que pintó). Lo de menos es el caso que investiga (se lo toma con calma, la acción discurre a lo largo de más de un mes), lo de más lo que va encontrando por el camino y lo que está evocado (esa Asturias que tiene la clave del enigma y ese Retiro donde no pudo rodar representado por la Iglesia ubicada justo enfrente, la del Hospital del Niño Jesús).
Y lo más curioso es que, salvo excepciones, el estilo de otro tiempo (sus detractores dirían caduco, acartonado y rancio) es el que se alaba en la mayor parte de estas buenas acogidas. Y acierta con el casting, del que parece que sólo Miguel Angel Muñoz ha resistido del originalmente planteado a través del largo proceso de producción. No pudo hacerlo Clavijo y Carlos Santos aguanta la película con nota. Y hay muchas mujeres, pero ninguna femme fatale (no todo iban a ser referencias al cine clásico). Y diálogos casablanquianos para recordar aunque no los digan Rellán, Landa y Bódalo (aquí hay que decir que Pedro Casablanc es muy buen actor pero sus duelos con El Piojo quedan varios peldaños por debajo de los de aquellos monstruos).
Como siento que esa última canción no sea cantada por el Duo Dinámico.
José Luis Garci está de vuelta. Aunque dijo allá por 2012 que Holmes & Watson. Madrid Days sería su última película, Garci es muy del estilo Bond: Never say never again. Y regresa con El crack Cero para completar la trilogía iniciada en 1981 con el legendario Alfredo Landa Areta y su compañero Miguel Rellán de protagonistas.
Puro cine negro que vuelve a repetirse en esta tercera entrega, que dentro de la saga es la precuela a la a las dos anteriores. Algo como: así empezó todo. Los comienzos de Germán Areta como detective privado por los bajos fondos de Madrid. La otra capital de España, alejada del glamour, más sucia y noir que nunca, pero a la vez encantadora y atrayente.
Recogiendo el testigo de Alfredo Landa en el papel principal aparece Carlos Santos. El camaleónico hombre de las mil caras que ofrece una interpretación magistral en la piel de ese detective de zapato blando y mucha paciencia. Parco en palabras, resolutivo, intuitivo, que se viste con humo, clase y se ducha en whisky. Y a la vez un romántico empedernido, como puede comprobar en esta ocasión una María Cantuel notable en sus minutos en escena.
De esos hard boiled de siempre, sacado de las novelas de Chandler y Hammet pero con sello español. Un Santos que completa su gran actuación gracias a la aportación del segundo de a bordo: un soberbio Miguel Ángel Muñoz, que da lustre a otro de esos personajes exquisitamente creados como El Moro. Dos más que dignos sucesores de Landa y Rellán.
Todo un universo del mejor noir clásico traído al pleno siglo XXI. Personajes de baja estofa, canallas con ínfulas, madames, policías corruptos, empresarios depravados y un sistema a punto de reinventarse para seguir siendo la mierda de siempre -¡qué poco hemos cambiado!, se suceden delante de la cámara de Garci, que nos regala ese blanco y negro cargado de simbolismo y una nostalgia apabullante.
Solo alguien como el oscarizado José Luis Garci es capaz de rescatar del olvido de este país de sinvergüenzas y bribones una historia de estas características. Un homenaje al cine de siempre y que en sus compases finales -atentos a los planos- te puede llegar a robar hasta una lágrima.
Su puesta en escena es magnífica. El equipo humano, su ambientación y estética, sobresalientes. Pero -siempre tiene que haberlo- la resolución cojea en la misma balanza que lo anterior. Por suerte no es un gran lastre, pese a todo lo que significa en su conjunto. Afortunadamente una película es mucho más. Como el propio Garci. Como su cine. Una herencia que por el bien de nuestro arte e industria espero que tenga continuación.
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