El círculo
Sinopsis de la película
El día que Mae Holland es contratada para trabajar en el Círculo, la empresa de internet más influyente del mundo, sabe que se le ha concedido la oportunidad de su vida. A través de un innovador sistema operativo, el Círculo unifica direcciones de email, perfiles de redes sociales, operaciones bancarias y contraseñas de usuarios dando lugar a una única identidad virtual y veraz, en pos de una nueva era marcada por la transparencia.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Circle
- Año: 2017
- Duración: 110
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes conseguir una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te mostramos un listado de posibilidades de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
5
62 valoraciones en total
Hace unos pocos años, el desarrollo de internet no podía haber previsto la gran revolución que han supuesto las redes sociales. Es precisamente dentro de ese enorme cambio sociológico en la humanidad cuando muchos empezaron a plantearse si realmente íbamos por el camino adecuado al desarrollo del hombre, entorno en el que series como la británica Black Mirror en 2011 profetizaba una distopía estremecedora en la que compartir la información podía convertirse en la moneda de cambio y uso corriente de la misma existencia. Como los reality de la televisión, como el Gran Hermano de Orwell, pero a lo bestia. En la vida real. Y todo el tiempo. Tremebundo.
Dos años más tarde y con toda la fiebre desbocada de facebook, twitter, youtube e instagram que origina no sólo nuevas formas de comunicación, sino nuevos trabajos, nuevas estrategias empresariales y hasta nuevas vidas, Dave Eggers publicó El Círculo , una novela donde esa terrible (y posible) ucronía se desarrollaba a través de una chica que era contratada por una todopoderosa empresa tecnológica que había creado la más importante red social del mundo y que, metiéndose hasta las cachas en ella, se convertía en la primera persona en retransmitir en directo y en todas las redes sociales toda su actividad diaria. Sí, la novela tenía su gracia en aquel momento, pero… ¿alguien se sorprende a día de hoy, en 2017, de eso? ¿es que acaso no se hace prácticamente a diario? ¿Les suena de algo los nombres de Kim Kardashian -cuyos estilismos cambian el sentido de la misma moda-, de PewDiePie -youtuber con 54 millones de suscriptores- o Paris Hilton -multimillonaria que tiene 15 millones de seguidores en instagram que hasta llegan a ver sus aventuras sexuales-? Bueno, pues no es ciencia ficción. Está pasando. Ahora mismo. Y cualquier persona en cualquier punto del mundo con acceso a internet puede verlo. Y gratis.
Con eso llegamos a otro elemento fundamental de esta reflexión sobre los beneficios o perjuicios de este delirio tecno-sociológico: lo que es gratis. Ojo, cuando digo gratis quiero decir que no supone ningún coste económico para el usuario, aunque el coste venga por otro lado: ese otro lado es como firmar una especie de pacto con el diablo, que paulatinamente te va exigiendo más y más… en una voracidad sin precedentes en los medios de comunicación. Lo que tan bien desarrolló Charlie Brooker en la antes citada Black Mirror , se retoma en la novela, y por ende, en la película, aunque de manera demasiado liviana: lo que debería haber sido el núcleo y génesis de la historia -esto es, las implicaciones de la gratuidad en la actual tecnología y la servidumbre que puede suponer…- queda relegado a un segundo plano frente a la historia clásica de una super empresa tecnológica tipo Microsoft o Apple (como ya hemos visto en muchas películas anteriormente como en Conspiración en la Red ) en la que un recién llegado empieza a disfrutar de los privilegios de su puesto… a cambio de su propia vida.
Aunque la anterior filmografía de James Ponsoldt tiene ciertos títulos de interés, como El último tour o sobre todo Aquí y ahora (donde también se planteaba un experimento social interesante…) en este caso la dirección resulta plana. El dibujo de personajes queda algo grueso -los jerifaltes millonarios que parecen buenos tipos, pero que en el fondo conspiran para adueñarse de la humanidad, la chica inocente que se revuelve cuando está acorralada, etc.- así como la evolución de la historia, que resulta demasiado previsible. Mención aparte merece tanto el casting: acertado en el caso de Patton Oswalt o Tom Hanks, cuestionable con Emma Watson – a la que le podrían haber sacado muchísimo más partido-, y espantoso -como era de esperar- con John Boyega.
Aunque el presupuesto no sea el de una gran producción de Hollywood (hablamos de 18 millones de dólares), todo queda bien envuelto en un formato aparente. Pero da la impresión que es una película que ha llegado varios años tarde, porque lo que cuenta no sorprende a nadie, no ofrece ninguna reflexión que no nos hayamos planteado muchas veces antes, y no consigue conectar con un espectador que ya tiene claro que la privacidad, a día de hoy, es quizás lo más importante en una población donde el Big Data es capaz de prever qué queremos, donde vamos e incluso quienes somos. Porque a veces lo que más cuesta no es el dinero, sino nosotros mismos. Pero eso ya lo sabemos. Desde hace mucho tiempo.
Sí, de esto va la película, de una especie de red social que está en todos los ámbitos (no queda definido si es más un chat, de fotos, de búsqueda, streaming) que aspira a obtener cualquier información, sin secretos y usarla por y para el bien de la sociedad (¡JA!). La cinta está centrada en el personaje de Emma Watson, que es la recién llegada a la empresa y que toda la vida le cambiará cuando empiece a currar allí.
La privacidad, que es el tema principal de la película, algo con lo que todas las personas tenemos cuidado, aquí se ha tratado de forma muy inverosímil, ya que no todo el mundo cede cualquier información, hay leyes, organismos e internet anónimo que perseguiría estas prácticas abusivas o denunciaría esto, o bien sigue habiendo gente con conciencia, y que es reticente en dar a conocer detalles reales o que le importen mucho las vidas ajenas (lo mismo en esto me equivoco y la gente esta muy aburrida y prefiere ver la vida de los demás), pero en esta cinta aquí se llega a atribuir delitos, acceder a tu historial clínico familiar sin ningún pudor o control, eso, que en cualquier estado que no sea bananero, es información especialmente protegida y de la que no se puede hacer uso así como así, según esta película, en Estados Unidos no, es más, su ciudadanía y los empleados de dicha empresa aplauden en sus conferencias sectarias, cual grupo de monos oligofrénicos o focas con retraso, tal atropello contra la privacidad. Será que allí, ese aspecto se la debe sudar bastante, mientras haya carnaza, show y no te toque a tí, todo vale.
La idea inicial, en la que podría haber un incipiente mundo distópico donde todo está controlado por una empresa de monopolio y que opera en la red, es lo que valoro positivamente de la película, pero a partir de aquí, todo se desmorona, el arco argumental, la historia, es demasiado simple, predecible e irreal…. En cuanto a las cuestiones filosóficas a debatir, se nos presentan de forma muy floja, cualquier persona usuaria de internet o de las redes sociales ya se las habrá planteado, sin la necesidad de que esta película haya despertado su conciencia. Todo esto parece un borrador malo y desechado de la serie Black Mirror y con el peor final que se le podría dar a otra tipo Mr. Robot .
Interpretaciones: De Emma Watson, espero que despida a su agente para que no tenga que volver a aceptar estos guiones y evitar así hundir su carrera, que ya bastante tiene con desencasillarse de Harry Potter. Su drama no me lo creo, lo cual dice también mucho de la pésima dirección artística, una pena también por John Boyega, que me pareció más convincente en el Despertar de la Fuerza. La fotografía y dirección, son correctas, pero la banda sonora carece de fuerza. Aún así, una película en la que el guión flojea o es malo, ya es suficiente para suspenderla y no recomendarla. Todavía me pregunto por qué Tom Hanks ha accedido a participar en esta basura.
Lo dicho, no pierdan su tiempo, ni su dinero.
Película burda, con un mensaje (uuuh, cuidado uuuuh mucho Internet es malo uuuh) y una forma de transmitirlo tan plana y obvia que a veces parece una parodia. Cuesta creer que una película con semejante reparto resulte tan poco creíble, pero poco bueno se puede decir de The Circle.
Adaptación de la interesante novela de Dave Eggers, que también colabora en el guión, en el que esboza algunas ideas que en su novela estaban mucho mejor desarrolladas, remitiéndonos a la excelente 1984 de George Orwell.
El film desarrolla la peripecia de Mae al incorporarse al Círculo , una empresa que es una amalgama de Google, Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest y todas las plataformas que se os ocurran, en las que facilitamos nuestros datos identificativos y supone una ácida mirada, aunque blanda, acerca de la presencia de las redes sociales en las vidas de los mortales, de la vulnerabilidad que deviene de la transparencia en la información y de los riesgos de la pérdida de intimidad.
También supone una excelente ocasión de admirar los trabajos de Emma Watson, algo despistada, entre su rol inicial de tímida descubridora del mundo aparentemente cool de la gente del Círculo , de posterior cruzada de la transparencia como garantía de la democracia, y de enérgica activista final, al adquirir conciencia de la perversión del poder concentrado en manos de las compañías que almacenan toda nuestra información.
Supone un placer adicional percibir lo que hubiera dado de si la actuación de Tom Hanks, si hubiese desarrollado más el papel de villano.
Recomendada para amantes de la teoría de la conspiración, adictos a las redes sociales, admiradores de las carreras de Tom Hanks y Emma Watson, y para todos aquellos que saben apreciar el placer de la privacidad y de la esporádica y voluntaria desconexión.
Estas pelis deberían venir con un cartelito al principio indicando:
La producción de este film no te garantiza la devolución del tiempo invertido en la visualización del mismo
Así, podríamos haber visto, qué se yo… las tomas falsas del diario de Patricia, que es menos dañino para la mente.