El Cascanueces 3D
Sinopsis de la película
Viena, años 20. María, una niña de nueve años, vive en una casa llena de objetos encantadores, pero se siente demasiado sola. Su irritante hermano Max no deja de molestarla, y sus padres apenas le prestan atención. La víspera de Navidad su querido tío Albert le regala un muñeco de madera: un cascanueces. Esa noche, la imaginación de Mary consigue dotar de vida al muñeco, y juntos emprenden un viaje maravilloso hasta llegar a un mundo donde los juguetes tienen forma humana.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Nutcracker in 3D aka
- Año: 2010
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
4.1
57 valoraciones en total
Ésta es sin duda una de esas películas que pudo ser y no fue, que lo tenía todo para pasar a la posteridad y no pasará, y es una lástima, lástima que no estuviese Jean Pierre Jeunet detrás, lástima de no otorgarle al conjunto el suficiente brío e incandescencia, la chispa necesaria para envolver al gran público en el áurea de la historia. Y eso que Elle Fanning lo da todo, está maravillosa, emociona y se emociona. Y John Turturro está genial como Rey de Villa Quien, la verdad es que este tío es capaz de hacer de todo y resultar simpático. Además sale Albert Einstein, que formula in situ la teoría de la relatividad, entroncada con toda lógica con el mensaje subliminal, mucho más profundo e intenso de lo que de entrada pueda parecer. Y los efectos no son mancos que digamos. Incluso la combinación del ballet con el musical y la fábula infantil (ahí están los guiños a Alicia a través del espejo) resulta más que encomiable. La pena es que detrás está Konchalovskiy, que ni pincha ni corta. Y es que encima hablamos de una coproducción húngara, respetos al máximo, a Ladislao Vajda, claro.
Lo mejor: Elle, por su puesto. Y la magia de la perspectiva que te hace encoger en la inmensidad de la habitación.
Lo peor: que me dormía, coño, por su falta de brío y entusiasmo.
Aviso a navegantes: imprescindible verla en digital (no en 3D) y en V.O. (Elle canta maravillosamente), pues en 35mm pierde muchísimo. Ah, y atención al guiño a Rec.
«Cualquier idiota arregla una crisis. Es el día a día lo que te corroe…»
El Rey Rata
Que El Cascanueces 3D anuncie en su cartel que se trata de una película de Andrei Konchalovsky incita a que el director que ha ganado un Emmy y premios en los festivales de Berlín, Cannes, Karlovy Vary, Moscú, San Sebastián y Venecia contrate a un sicario para limpiar su nombre o que le limpien a el mismo. Y es que deberían poner El Cascanueces 3D en las escuelas de cine y después que los alumnos ejecutasen a los responsables con sus propias manos como un acto de amor al cine. A priori los elementos son correctos: historia infantil con niños y Navidad perfecta para esas fechas, director sobradamente contrastado y acostumbrado a trabajar para el mainstream norteamericano que había declarado que llevar el cuento de ETA Hoffmann era uno de sus proyectos soñados, un casting a priori acertado con Elle Fanning, John Turturro, Nathan Lane o Frances de la Tour y, sobre todo, un presupuesto de 90 millones de dólares para hacer realidad esos sueños…
Los resultados fueron dignos de la Escalera de Odesa en su sentido práctico que no teórico: la película fue fusilada a discreción por la crítica mientras caía hacía los abismos de esas inclinadas escaleras y ostenta ser el peor estreno limitado del 2010 según metacritic… aparte de ser uno de los mayores fiascos de la historia del boxoffice. El Cascanueces 3D se convierte en CN y el catálogo de frases para ‘derratar’ al Rey Rata oscilan entre «Tú no has sido una rata, sino una errata» o «Siempre serás una sucia rata sarnosa». Frances de la Tour y John Turturro se piensan que son graciosos pero tan sólo hacen el más absoluto rata-ridículo. Las cacareadas letras de Tim Rice y las canciones no ayudan. Nos encontramos ante un auténtico bodrio, desde luego.
En el cómic ‘Maus’ de Art Spiegelman los ratones representaban a los judíos mientras que los gatos a los alemanes. Ahora, los roedores se convierten en el símil del Tercer Reich levantando columnas de humo a base de destruir los sueños de las futuras generaciones. Pero esos sueños y delirios de grandeza ‘ratil’ pueden ser ‘desbarratados’ por una fanboy. El Cascanueces 3D revela que los peligros de los gobiernos dictatoriales y corporativos son las niñas enamoradas. Las belibersmojabragas, las crepusculeras y las fanboys de Mario Casas podrán cambiar el futuro cuando dejen de mojar las butacas de los cines.
Momento digno de análisis en la que es probamente la peor secuencia de rebelión épica vista en la historia. Sus elementos son:
—La típica lagrimita y un «Te quiero».
—Un gañán empieza a dar palos con una cucharada (que no pala) gigante.
—Suena la música dramática.
—Más gañanes se unen.
—Se monta la rebelión con monos que saltan y tres ratas arrinconadas…
Y si eran tres ratas y ellos ochocientos mil, ¿por qué no se rebelaron antes?
Andrei Konchalovsky se reinventa en un género al que no está muy acostumbrado, y eso se nota. Quizá con la escusa del 3D ha aprovechado para sacar su particular adaptación del famoso ballet de Tchaikovski, el cascanueces, un clásico navideño para los más pequeños. Sin duda, si quieres ver una película en la que sobre nieve y adornos navideños no debes dejar de ver este largometraje. A parte de eso, lo que sí se puede ver en la película es una mutación de la idea original, y la inclusión de ese modernismo futurista que hoy esta tan de moda. Motos con ametralladora, trajes voladores o peculiares aeronaves son un ejemplo de dicha tergiversación. Eso sí, todo bajo una gruesa capa de unos muy logrados efectos visuales. Efectos que quedan ensombrecidos por la sobreactuación de la protagonista (Elle fannig), unos ridículos momentos musicales y el intento de hacer humor donde no lo hay.
Este humilde espectador considera que si usted o sus hijos quieren ver una película infantil, divertida y fiel al ballet de Tchaikovski, no tendrían que elegir esta burda farsa, y deberían decantarse por El Príncipe Cascanueces de Paul Schibli (1990).
Pero PELIGRO. Al releer estas líneas me doy cuenta de que me acerco más a una crítica convencional que a la opinión sincera que os prometía . Como me confesó el director en una entrevista, su objetivo era nada más y nada menos el de hacer una película familiar y navideña. La verdad es que, dejando aparte todos los aspectos antes criticados, sí, ha cumplido su objetivo. Quizás no sea una película digna de un oscar, pero puede que para algunos si tenga la capacidad de entretener y hacer soñar, y al fin y al cabo, para esto está el cine ¿no?
Lo mejor: La armoniosa melodía del ballet de Tchaikovski y los efectos visuales.
Lo peor: La actuación de los protagonistas y lo tergiversación de la idea original.
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Ernest Theodor Wilhelm Hoffmann (1776-1822), fue un privilegiado escritor de cuentos fantásticos y terroríficos, cuyas obras inspiraron a varios grandes compositores: A Offenbach en Los cuentos de Hoffmann, a Delibes en Copelia, a Bellini en Marino faliero… y a Piotr I. Tchaikovski, en su ballet Cascanueces. Pero, este último se basó en la adaptación que Alejandro Dumas hiciera del cuento, y transformó su fantasmagórico estilo en una fábula rosa en la que, para nuestro gusto, sólo la música del compositor ruso posee el sello de la perennidad.
Con estos antecedentes, el director Andrei Konchalovsky, ha decidido que valía la pena hacerle justicia al cuento de Hoffmann El cascanueces y el rey ratón, y en su más reciente adaptación cinematográfica, hace confluir la música de Tchaikovski con una nueva versión escrita por él y Chris Solimine, en la que no se habla de ratones sino de ratas con todas las acepciones que caben en este nombre ligándolas al fascismo y a otros ismos (en una pared se leerá Kaiser y Josef), y en un ambiente de comedia y terror suave que convierte la historia en una entretenida aventura donde se busca salvar al príncipe y al mundo del dominio de la ratanización.
Las canciones escritas por el célebre Tim Rice (Jesucristo Súperestrella, Evita La bella y la bestia…), aunque sencillas y regularmente cantadas, añaden un aire edificante y esperanzador a la música de Tchaikosvki y el filme se desenvuelve en un agradable ambiente pleno de colorido, escenarios surreales, excelentes maquillajes, y una serie de efectos especiales bastante satisfactorios.
La historia asienta su mayor peso en la pequeña Mary, un personaje magníficamente representado por Elle Fanning (hermana de Dakota), una chiquilla que imprime valor y ternura a ese personaje que está llamado a jugar un valioso papel en la lucha contra los nuevos invasores. Por su parte, John Turturro se luce con su Rey rata entremezclando un accionar divertido con ocasionales exhibiciones que quizás asusten a los más pequeños.
También Freud y un cuasi Einstein se pasearán por la escena dando lugar a bromas y a una que otra lección de Relatividad sin duda interesantes. Y bien que tiene razón el último, cuando dice que todo depende de la perspectiva del espectador porque, en lo que a mi respecta, el filme me ha resultado bastante divertido, y mi hija de 10 años se sintió atrapada de cabo a rabo, objetando tan sólo las horrendas fauces del malvado rey rata daña-peluches, como ella lo ha tildado… Y cómo la película está en casa, estoy seguro que querrá volver a verla.
Esta adaptación del cuento de Ernst Theodor Amadeus Hoffman (1816) y del ballet de Chaikovski (1892) está dirigida a niños pequeños, y como tal, cumple su cometido. La historia es sencilla, los malos están claramente definidos, cuenta con el protagonismo de una encantadora Elle Fanning con 11 años y los efectos visuales para describir este mundo de fantasía están muy logrados.
Precisamente este esfuerzo económico fue su perdición. No se recuperó en la taquilla el dinero invertido y se habló de ruina o de fiasco del año. Y ya puestos, se llevó una candidatura al Razzie al peor 3D.
La pequeña Mary y su hermano, no van a contar con la compañía de sus padres el día de Navidad. Su tío, que curiosamente es Albert Einstein, les hace varios regalos, entre ellos un simpático cascanueces de madera en forma de soldado. En realidad, se trata de un pequeño príncipe encantado, que tendrá que enfrentarse a un ejército de ratas que le ha robado su reino. Este grotesco ejército, amante de la suciedad y el caos, se dedica a romper los juguetes de los niños y aplastar sus ilusiones.
Lo peor que tiene la película es su falta de ingenio en el guion y los diálogos. En general todo el tramo final resulta chapucero y precipitado. Tampoco ayuda el doblaje de las canciones. No parece que se hayan esforzado mucho. Merece la pena escuchar en versión original a Elle Fanning cantando con su preciosa voz My secret world, o a John Turturro haciendo el payaso en The rat king´s song.
Los niños pequeños la disfrutarán. ¿Los adultos se aburrirán? Muy probablemente. Yo reconozco que no me aburrí con semejante despliegue visual. Pero sobre todo viendo a la niña Elle Fanning apuntando maneras para convertirse en el futuro en una guapa y talentosa actriz.