El capital
Sinopsis de la película
Marc Tourneuil (Gad Elmaleh) es un cínico empleado de banca, un sector que está en plena crisis económica en todo el planeta. Desde la nada, Marc comenzará un ascenso imparable por los entresijos del mundo de la banca hasta convertirse en una de las personas más poderosas e influyentes del país.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le capital
- Año: 2012
- Duración: 114
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Opinión de la crítica
Película
6.3
58 valoraciones en total
Ambición, arrogancia, desfachatez o inmoralidad son solo algunos de los adjetivos que definen a la perfección lo que es El capital: un vil retrato de la crisis financiera visto desde una óptica diferente a la que concebimos la mayoría.
El director Costa-Gavras retrata a la perfección la crueldad de esta crisis financiera que afecta a nivel global a todo el mundo, desde la perspectiva de un directivo de un importante banco europeo. Aquí son los bancos, la gente adinerada y la hipocresía las grandes protagonistas, siendo el resto (la gran mayoría de los ciudadanos que pagamos impuestos, hipotecas y trabajamos para cobrar una miseria de sueldo), relegados a un segundo plano.
El hecho de considerar El capital como un film notable es, no el hecho haber descubierto que esto sucede realmente, sino, que nos explica cómo funcionan los bancos por dentro, adentrándonos en sus tripas más profundas, lugar donde encontramos corrupción, engaños y luchas internas por lograr el poder.
La historia se centra en Marc Tourneuil (Gad Elmaleh), un alto ejecutivo y mano derecha del máximo responsable del banco Fénix. Su vida dará un giro de 360 grados cuando sea ascendido debido a que a su mentor le detectan un tumor, por lo que ocupa su cargo de forma temporal. Pero Tourneuil no está dispuesto a dar un paso atrás y su ambición e inteligencia harán que se convierta en el máximo responsable del banco. A partir de entonces, Tourneuil entrará en una espiral formada por la especulación, el poder, el engaño, la ambición y el control que no conocerá límites.
Desconocía la existencia de Gad Elmaleh (La felicidad nunca viene sola, 2012) hasta ahora, un actor al que voy a tener en cuenta a partir de ahora. Elmaleh da vida a Marc Tourneuil, un hombre sumamente inteligente, al que no le importa cruzar la línea de la ilegalidad si con ello consigue acaparar más poder. No se le escapa nada a su control, por lo que sabe de antemano lo que piensan o hacen sus propios colaboradores, socios o quien sea. Es un hombre despótico y sin escrúpulos, consciente del mal que hace. Es un trepa que sólo tiene como objetivo mantenerse en el poder para ganar más y más dinero.
Sin duda, uno de los puntos fuertes de El Capital reside en su narración. Una voz en OFF lo que va pensando Marc Tourneuil nos da una perspectiva más amplia de lo cruel que puede llegar a ser este personaje. Dentro de la propia narración, encontramos otra de las claves que son las escenas imaginarias del personaje que nos describen lo que le hubiera gustado hacer en un determinado momento. Estas escenas son en algunos casos, representaciones sobre la forma correcta de actuar ante una situación determinada que nada tiene que ver después con la realidad.
No obstante, y pese a todo lo dicho, una vez acabado el film, encontré que la verdadera importancia del mismo no es sólo Marc Tourneuil y todo lo que gira a su alrededor, sino su mujer. Una persona que se mantiene al margen en toda la película pero que está en todas las decisiones importantes que toma Tourneuil, siendo esta quien le aconseja incluso en cómo tomar ciertas medidas, con las cuales logra sendos triunfos. Por lo que no sería nada disparatado enlazar con ello la famosa frase que dice: Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer.
El afamado director Constantin Costa-Gavras (Edén al Oeste, Amén, Mad City, La caja de música…etc) presentó a concurso en la 60 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián su película Le Capital, y aunque no obtuvo galardón alguno ni el favor de la mayoría de la crítica, sí que satisfizo al público que acudió a las salas con su accesible adaptación de la novela de Stéphane Osmont.
El capital se centra en la figura de Marc Tourneuil, un ejecutivo cuya meteórica carrera arrastra hasta las más altas esferas del panorama financiero y bancario. Una vez en la cumbre se verá forzado a caminar por la cuerda floja, no confiar en nadie, amigos serán enemigos y viceversa, la lucha por el poder y la riqueza está servida y el está en el centro de la diana.
El film está protagonizado por Gad Elmaleh (La felicidad nunca viene sola, El juego de los idiotas, etc) que borda su encarnación de Marc Tourneuil en todas sus facetas, desde la humana a la despiadada, dotando al personaje de un abanico de matices remarcables. Junto a él, una galería de correctos secundarios, entre los que subrayaremos el trabajo de Gabriel Byrne, digno contrapunto encarnando al depredador financiero del otro lado del Atlántico.
Lo más cuestionado de la película es su espina dorsal, el guión (en el que también colabora Costa-Gavras) por lo didáctico y simplista que puede resultar en el desarrollo de la historia para acercar al espectador los entresijos de la actual crisis económica y las luchas de poder y juegos financieros que tras ella subyacen. A mi entender, más que un patinazo resulta un acierto, por lo rápidamente que engancha a la audiencia que puede así centrar la atención en otros aspectos del film y no atascarse en lo farragoso de situaciones que puedan confundir o perder (o aburrir) a quien vea la película. Se ha sacrificado la complicación técnica por el entretenimiento, y en mi opinión, funciona. Igualmente me parecen agradables los guiños cómicos (impagables momentos donde se plasma en imágenes lo que desearía hacer el protagonista mas no puede) que dotan de ritmo y dan una nota de color a la gris historia que nos narra, un acierto y buena medida en su uso, que no abuso.
Sin ser la película del año, Le capital resulta viaje atractivo a las bambalinas del mundo financiero donde hallaremos no sólo cifras, sino también personas. Interesante.
-Enoch-
Reflejo de cómo hemos llegado a la actual crisis económica que tan sólo es la parte visible del iceberg ya que detrás suya existe una gran crisis de valores que desemboca en el resto de problemas de la sociedad partiendo desde los corruptos y los que se mueven gracias al tráfico de influencias hasta los que con sus votos legitiman y justifican dichos comportamientos.
Esta película podríamos describirla como las consecuencias que se derivan del capitalismo financiero o como una panda de hijos de puta de traje y corbata amantes de las fiestas, las limusinas, el golf y las putas de más de mil euros no les tiembla ni lo más mínimo el pulso a la hora de echar gente a la calle y ver quien se lleva mayor comisión por realizar este hecho que tanto apena a los dirigentes (un cojón de pato) y poder continuar con sus expansiones de mercado, su estatus social y económico, sus casas de protección oficial, sus barquitos y sus viajes de aquí para allá que por supuesto hacen en clase turista y en compañías low cost.
Tenemos aquí un claro ejemplo del poder y la influencia que tiene el dinero en nuestra sociedad y la carroña que gira en torno a él. Queda patente que los presidentes o jefes de estado de los distintos países europeos son unas simples marionetas de trapo sin valor y ética alguna al servicio de los bancos que digan lo que digan eso va a misa y a la población que les den por donde se ponen los supositorios.
Admiro a Costa-Gavras. Nunca he visto de él una mala película. Nos ha dado obras maestras, un montón de excelentes películas y otras quizás no tanto, pero Costa- Gavras es un ejemplo de juventud, constancia y coherencia, como otros coetáneos de la cinematografía francesa, como lo fue Rohmer o como sigue siendo el vanguardista Alain Resnais, por ejemplo. Y además, para los tiempos corruptos que corren es un cine necesario. Tal y como ocurre con El capital, película que nunca será objeto de culto por el gran público por varios motivos que ahora mencionaremos, pero que se agradece que alguien, con sesera, valor y conocimiento cinematográfico, entre otras virtudes, le haya hincado el diente a un tema tan intrincado, repugnante y oscuro como es el tejemaneje de bancos e inversores, que como alimañas, provocan crisis económicas y se enriquecen a costa de los más pobres con procedimientos nada legítimos. Su protagonista (excelente Gad Elmaleh, como el resto) es un ser sin escrúpulos que ambiciona escalar a lo más alto de la cúspide bursátil, rodeado de otros que tienen sus mismas intenciones pero que lo pretenden utilizar como hombre de paja… Todo en ella es absolutamente creíble así como sus personajes. Costa- Gavras en esta ocasión no pretende emocionarnos, el espectador no encontrará empatía alguna (vamos, el espectador que no tenga ninguna causa abierta por mangar, claro) y todo sigue su curso sin que Costa- Gavras pierda ni su rumbo ni le tiemble el pulso. Sus ambientes son perfectos así como los escenarios elegidos y además ha sabido acertar con un casting aprovechándolo con destreza y sabiendo dar un final digno de un film de Polanski, pero con la mayor de las cotidianidades. La película en ningún momento engaña al espectador o da un giro con el mero afán de sorprender. Todo en ella es coherente y hasta transparente, realzando el resultado final. Buenos diálogos y buena utilización del sentido del humor (poco humor, el tema no lo tiene, pero lo hay), todo revestido de una frialdad y también de una objetividad muy intencionada. Y señalar por último el buen trabajo tanto de fotografía como de su banda sonora.
Puede que El capital no entre en el grupo de las mejores de su autor, pero sin duda se trata de una buena película infinitamente más lograda e interesante que muchas más promocionadas y engañosas, y por el mero hecho de contarnos cómo nos están quitando la vida las empresas o grupos poderosamente ricos debería ser un enorme éxito… se ve que a ese gran público le importa poco conocer a estos vampiros viscosos. Pues mientras no les importe conocer al enemigo poco remedio se podría aplicar…
Costa- Gavras presenta en sección oficial en el festival de cine de San Sebastián, la película Le Capital. Basada en una novela homónima de Stéphane Osmont, se presenta la historia de un empleado de banca, Marc Tourneuil, que consigue desde un puesto medio acceder a la cumbre del sector financiero. A través de su retrato penetramos en la vorágine de un mundo que no deja lugar para la ética. Retratos de ganadores que cada vez ganan más, perdedores que cada vez pierden más. Una realidad próxima que no puede más que conectar con el gran público, como demuestra su buena acogida en la rueda de prensa.
Su retrato de un sistema gobernado por la economía dónde los valores están desterrados y dónde se ha olvidado la política social, encarna bien el mundo que nos ha tocado vivir dónde los comportamientos mafiosos son legítimamente aceptados. No es de extrañar que las palabras de uno de los personajes, ante la calificación de un sistema que jode por triplicado a la gente normal despierte grandes aplausos.
Todo ello se envuelve en una interpretación sólida de un actor acostumbrado a la comedia, pero que sabe darle la complejidad que requiere el personaje, un buen sentido del ritmo y una trama que retoma la crítica social a la que nos tiene acostumbrados. Sin ser brillante resulta una buena propuesta.