El asaltante
Sinopsis de la película
Un hombre ejecuta un plan que estuvo preparando minuciosamente. Mientras la cámara lo sigue en prácticamente todos sus movimientos, el espectador se convierte en testigo privilegiado de momentos íntimos de ansiedad, solapada desesperación, o del instante que precede una decisión de vida o muerte.
Detalles de la película
- Titulo Original: El asaltante
- Año: 2007
- Duración: 70
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Opinión de la crítica
Película
6.3
20 valoraciones en total
Cabe recordar, que a partir de manifiestos como el Ulises de James Joyce, el esquema ático presentación-nudo-desenlace ha sido despojado de su primado y puesto en paridad. Es solamente un modo del ser, no uno de sus trascendentales. De manera que, corroer una trama por sospechar que se consuma nudamente, como pulpa expuesta, sin las tapas, sin el pecho y el rabo de uso, no es más que consumar un juicio epocalmente impropio.
El asaltante es una cinta acerada. El manejo de la cámara natural, incluso a contraluz, se exhibe sobrio, profesional, y ecuánime. La persecución por el pescuezo del protagonista resulta urticante y precisa, los módulos urbanos quedan relegados a mero contexto, y el plano inminente o primero, acaba moldeando una significación obsesa. Es una película parca y bien tallada. La sencillez argumental se legitima a través de la perfección representativa. Los seguimientos son verosímiles y la ingeniería ambiental es oportuna.
Pero lo dos rasgos más destacables de El asaltante son, la actuación calibrada e inteligente de Arturo Goetz, y la maniobra casi invisible con que el director nos impone y nos inocula el episodio forzoso del romance. Es una introducción heterodoxa del elemento amoroso, por medio de manazos, como hecho fortuito, como colisión y disonancia.
Abreviando: un trabajo cohesivo, lúdico, agreste, y suavemente bello.
Rafael Teicher
El asaltante es un interesante experimento fílmico dirigido por Pablo Fendrik, no se me ocurre mejor manera de describir esta extraña película, filmada de manera tan particular y de apenas una hora de duración.
La trama de esta película es el summum de la simpleza: a lo largo de un día, un hombre maduro hace un recorrido por varias escuelas privadas de Buenos Aires capital. Entra haciéndose pasar por padre de un alumno para robar la recaudación de las inscripciones.
Pese a que acompañamos al protagonista en todo momento nunca aprendemos su nombre. A lo largo de la película la cámara va capturando pequeños momentos que pueden ayudar a armar el perfil del protagonista, pero sus motivaciones nunca son explicadas. Desde la perspectiva de simples espectadores no podemos más que especular acerca de lo que sucede dentro de la cabeza de este hombre frío, calculador, imperturbable.
La película está grabada con un estilo de cámara en mano que es llevado hasta las últimas consecuencias. Pese a que en ciertos momentos clave el camarógrafo sabe a donde apuntar, la mayor parte de la película la pasaremos viendo primerísimos primeros planos del protagonista. Si a esto le sumamos un temblor de la cámara que rivaliza con las escenas de acción de La supremacía Bourne, obtenemos una producción que resulta muy poco atractiva a nivel visual.
Todos los actores involucrados en esta producción brindan interpretaciones bastante sutiles. Esto es así sobre todo porque, comparadas con la cantidad de tiempo que pasamos con el protagonista, las intervenciones del resto del cast son bastante pequeñas.
Vale la pena hacer énfasis en la interpretación Arturo Goetz, el actor que interpreta al protagonista. A lo largo de la película este no hace gala de una personalidad demasiado expresiva, habla poco y sus gestos no son particularmente elocuentes. Pero durante los asaltos se transforma, en estas secuencias, magistralmente ejecutadas, el ambiente se carga de tensión y salen a luz las verdaderas dotes actorales del intérprete.
En conclusión, El asaltante es un muy interesante experimento, un estudio de personaje en el sentido más científico de la expresión. Si al espectador le agrada la idea de estudiar a este personaje, observándolo a lo largo de un día entero, y puede tolerar el poco ortodoxo estilo de filmación, se encontrará con una película tensa e interesante. Los que, por el contrario, no toleren la narración austera y la filmación errática, se ahorrarán disgustos absteniéndose de ver esta película.
La acción transcurre prácticamente en tiempo real. El protagonista es un ladrón de guante blanco que roba colegios privados sin disparar un sólo tiro, interpretado por Arturo Goetz, con el porte necesario para pasar desapercibido ante sus víctimas. Hacia el final del film se descubre la profesión real del asaltante y nos plantea una duda acerca de su objetivo: venganza o necesidad?
Otra de esas propuestas que empiezan muy bien, siguiendo cámara en mano a un tipo de unos 60 años o más, que decide robar un colegio, luego otro y en lo demás la película empieza a llenar el rato, sin saber muy bien con que, y sin tener un presupuesto que les ayude a hacer creíble o coherente el relato, para finalizar con una alegoría, supongo yo, bastante mediocre.
El asaltante parece un fragmento de otra película mayor. Todos sabemos cómo se estructura una película tipo, ésta se divide en tres partes: presentación, nudo y desenlace. Pues imaginen una película diseccionada sobre la mesa de edición. Tomamos la presentación y la arrojamos a la basura, tomamos el desenlace y hacemos lo mismo: nos quedamos sólo y exclusivamente con el nudo. Eso es El atacante. Sí, sé que resulta raro, que incluso se me puede tildar de exagerado, pero es cierto punto por punto. La acción se desarrolla prácticamente a tiempo real, el director obvia algunos minutos que resultan reiterativos, pero mantienen el pulso de la narración que avanza casi al compás del metraje. La idea no es muy original pero está bien contada, y los largos planos secuencia le imprimen un ritmo muy vivo. Vemos cómo la cámara sigue al protagonista por las calles de Buenos Aires durante la ejecución de un plan que nunca terminamos de comprender por completo. La consecución del mismo se ve alterada por el azar y por la interacción con el entorno, pero poco más. Alguna intervención, que más que aportar algo a la trama complementan la historia.