El arte de pasar de todo
Sinopsis de la película
George (Freddie Highmore), un adolescente inteligente pero solitario y escéptico, cambia de actitud cuando entabla amistad con la bella Sally (Emma Roberts), una joven de su clase que le gusta desde hacía tiempo y que oculta su melancolía protegiéndose detrás de su máscara de la chica más popular del instituto .
Detalles de la película
- Titulo Original: The Art of Getting By (Homework)
- Año: 2011
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
5.8
59 valoraciones en total
Cuando me enteré de la existencia de esta cinta pensé, otro sucedáneo de la obra de Salinger, y si bien no iba mal encaminado, ya que el protagonista podría ser perfectamente Holden Caulfield, la cinta pierde el rumbo en su recta final, y acaba siendo una cinta tópica como las demás. La cinta nos cuenta como un chico de 17 años que no tiene ninguna ilusión en la vida conoce a una chica que poco a poco le irá cambiando. La cinta tiene buenos momentos, y conversaciones interesantes entre los dos chicos (ya que los secundarios, padres aparte, no es que aporten mucho a la historia).
Lo mejor de la cinta es la performance de Freddie Highmore, aquel niño visto en Finding Neverland, y que ahora ya mucho más crecidito muestra que las maneras que apuntaba en dicha peli eran ciertas, y que puede convertirse en un gran actor, al igual que la bellísima Emma Roberts, que desprende calidez, serenidad y sensualidad en cada peli que hace. Me gustaría saber quién es el listo que nunca se ha enamorado de una chica como la Roberts.
En definitiva, una cinta interesante y con cierto encanto, pero que podría haber dado mucho más de sí. Aún estamos esperando la cinta que haga justicia a Salinger y a Caulfield.
Lo mejor: Los chicos, sensacionales los dos.
Lo peor: Su pérdida de gancho a medida que avanza.
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La verdad es que directamente la película en español no vale nada, el doblaje es pésimo. A él le han puesto prácticamente la misma voz que tiene en Charlie y la fábrica de chocolate, más niño de lo que es. Y a ella le cambian un poco durante toda la película. Me esperaba más y lo he visto un poco copia de el arte de no amargarse la vida . Qué decepción, me habían pintado muy bien esta peli y ahora mismo la acabo de terminar y me he quedado con muy mal sabor de boca. La banda sonora tampoco es que valga mucho la pena. Momento bueno de canción que han sabido aprovechar es el del IPOD. Y me voy para spoiler zone.
El subtitulo (Homework) que se ha zampado la titulación nacional, acota más lo que realmente es esta comedia adolescente de reminiscencias Salingerianas (que mal suena esto) salvando las inmensas distancias, sobre el desconcierto vital de la entrada en la adolescencia. La verdad es que Freddie Highmore podría ser un excelente protagonista de El guardián entre el centeno.
Gavin Wiesen se inicia en el largo con un guión propio que se va desinflando a medida que pasan los minutos, pasando de una más que interesante propuesta inicial radical y valiente a dejarse llevar por los cánones de la comedia romantica al uso por mucho que intente disimularlo con un final diferente . El pilar que sostiene todo el metraje es Freddie Highmore que pasa de ser un excelente actor infantil a una solida promesa juvenil. Posee el don de ser amado por la cámara y es capaz de arañar matices y sentimientos reales a un personaje cuyo guionista y director no ha sabido sacarlo del primer esbozo. Freddie se zampa a su partenaire (la sobrinísima Roberts) y al resto del escaso reparto.
La verdad es que visto con algo de perspectiva resulta difícil saber a quién le importa menos la situación que se ha creado, si al protagonista o a su entorno. La melancolía que inunda la pantalla desde sus escenas iniciales es tratada con total normalidad, como se la infección de la desgana ya no tuviera cura.
Esa melancolía está realmente escenificada por Highmore. En su mirada, en su vestimenta, en su peinado. Él es la melancolía en persona, y deambula por la ciudad, por el instituto como alma en pena. Solamente un punto de inflexión puede sacarle de la depresión en la que anda sumido.
Y este punto de inflexión se convierte en nexo entre los protagonistas, tan necesitados de ser salvados como de ser queridos. Son cabos sueltos en busca de una identidad perdida que expresan sus sentimientos a través de los silencios, las miradas, la complicidad. Ambos actores están realmente bien, y no será complicado verles en productos de calidad en el futuro. Su sincronización es perfecta y no necesitan decir mucho para expresarlo todo.
Realmente la historia no tiene demasiados recovecos, con un guión simple y personajes (sobre todo los secundarios) no excesivamente trabajados y pulidos. Echamos en falta tambíen una banda sonora más potente, con canciones que guiasen al espectador por el camino de las emociones que quiere transmitir.
Producto inteligente que juega con las pausas y que hay que leer entre líneas para sacarle su jugo. Sin duda algo diferente para poder destacar en la jungla que constituyen las películas teenagers que dejan mucho para la vista y poco para la imaginación.
De nuevo con la fórmula facilona de mostrarnos a un adolescente genio e incomprendido (eso al menos es lo que él se piensa) y cómo atrae a las mentes más maravillosas con loas que se va encontrando. Ya cansa. Muy repetido desde aquél chico con la cámara en American beauty . Aquí incluso se le llega a comparar con el Holden Caulfield de Salinger (¡qué atrevimiento!). Yo solo he visto a un pedante y arrogante jovencillo que va por la vida con el papel de ya saberlo todo sobre ella y no tener ganas de nada. Un personaje plano y que no dice nada, que no transmite nada, que no aporta absolutamente nada. Tal vez su look de moderno pseudobohemio del siglo XXI nos remita al Justin Bieber de turno. O tal vez pasemos de él a las mínimas de cambio.