El arreglo
Sinopsis de la película
Crisanto, inspector de policía que ha estado dos años inactivo, se reintegra al servicio y el primer caso que tiene que resolver que en apariencia es fácil, se complica. El subcomisario González, amigo suyo, es asesinado y seguir la pista del asesinato va a ser muy difícil.
Detalles de la película
- Titulo Original: El arreglo
- Año: 1983
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
5.5
52 valoraciones en total
Thriller español de culto que fue la opera prima de su director José Antonio Zorrilla, cuya carrera cayó en picado tras ganar el premio Donostia de Nuevos Realizadores por este film.
Y es que El arreglo es una película muy floja, llena de defectos, en ocasiones rozando la vergüenza ajena, que superan con creces sus escasos momentos memorables. Zorrilla gestó un film tremendamente pretencioso aunque quizá deba reconocer que también valiente por querer introducir los códigos del cine noir americano en el casposo cine español de los años 80. El resultado, sin embargo, deja mucho que desear. Desde el montaje pedrestre (tan típico en el cine español de la época, lleno de cortes de plano inesperados y abruptos), pasando por la banda sonora (horripilante) hasta un guión al que le sobran situaciones que no aportan absolutamente nada (especialmente el romance de Poncela y Mestres además de, repito, no aportar nada a la historia, está trufado de escenas ridículas y que llevan a la carcajada) y que hacen que la película tenga una duración excesiva.
Cuesta encontrar aspectos positivos a esta película. Me quedaría con la actuación voluntariosa aunque algo exagerada de Eusebio Poncela, y el ambiente sórdido de los bajos fondos de la época. A nivel personal también me parece interesante ver películas que reflejaban la gris España de aquella época.
En definitiva, una mezcla de thriller y cine de acción tremendamente fallido. Zorrilla intentaría repetir este éxito en sus siguientes largometrajes, también dentro del género negro, con aún mucha menos suerte.
El arreglo es un buen acercamiento al clásico cine negro americano que tiene muchos valores a tener en cuenta. A pesar de un par de apuradas resoluciones en las escenas de acción, contamos con una estupenda interpretación de Eusebio Poncela. En un principio se discutió su papel ya que no daba el pego de un policía en busca de venganza por el asesinato de un amigo, un policía separado del servicio por antecedentes de alcoholismo, su rostro inspiraba más melancolía que otra cosa pero la apuesta salió victoriosa y Eusebio cumplió con su cometido.
A partir de ahí encontramos ambiente, situaciones y escenarios de lo más interesantes como la incursión espeluznante en una tétrica mazmorra. Todos los personajes quedan creíbles encajando perfectamente en realismo con las calles de Madrid de los años 80. Cine negro digno y honrado.
Acabába de aterrizar la democracia, Felipe había ganado las elecciones, y se hacía mucho cine, en un intento por aportar algo diferente, se confundía a quienes acudían al cine, presentando productos que intentaban diferenciarse de lo que se había hecho hasta el momento.
Con EL ARREGLO, nos encontramos con un cine que nada aporta, que se oscurece en si mismo, sin salir de una mediocridad que intentaba aparentar otra cosa.
Ha envejecido tanto y tan mal, que parece más antigua, aunque en su momento intentara parecer todo lo contrario.
No hay demasiada tradición en España en cuanto al cine negro. Los franceses tienen su cine polar y los británicos siempre han gozado de grandes autores y filmes. En España en los años 60 se produjeron algunas películas de la factoría Iquino y Bigas Luna adaptó una novela de Montalbán y su Carvalho, en 1976.
Pero la fecha clave fue 1981, año en el que Garci estrenó El Crack , que mostró que con un buen guión y poderosos actores, podía rodarse cine negro en España sin necesidad de imitar a otras filmografías. Quizás gracias a Garci, o simultáneamente a él, se estrenaron otros filmes de detectives españoles basados en novelas, como las del investigador Gálvez y la del detective sin nombre de la novela El misterio de la cripta embrujada , ambas también en 1981. En 1983 se estrenó una nueva adaptación al cine de las novelas de Montalbán, al igual que la que nos atañe, El arreglo .
Historia compleja, con varias subtramas, algunas de las cuales quedan confusas, quizás por quedarse secuencias en la mesa de montaje, que aspira a ser algo más que una historia de delincuentes y chorizos, bebiendo de filmes como la americana La noche se mueve (1975). Un antihéroe total, magníficamente encarnado por Eusebio Poncela, un perdedor de manual, ex-alcohólico, ludópata y violento, con una vida familiar destrozada y que vive en una pensión, se reincorpora al cuerpo de policía tras pasar dos años por una clínica y recibe un caso que nadie quiere. Pero como en los buenos filmes, la cosa se complica conforme se escarba, más y más, lo que le llevará a cuestionar su ética profesional para solucionarlo. ¿Aspiraba a mucho? Quizás, pero no hay que negarle al guión tratar de ofrecernos algo novedoso en la cinematografía española. Ofrece una historia plagada de secundarios que tienen algo que aportar en la misma, no hay nadie innecesario ni escena superflua, todo ello forma un inmenso puzzle que conforme crece va adquiriendo más sentido.
Poncela construye un personaje torturado, profundo, cínico, exigente en lo profesional y muy astuto, recordándonos al mejor Hackman. Una soberbia interpretación. No hay que buscarle similitudes con el Arteta de Landa, no las hay, son dos personajes distintos.
La dirección de Zorrilla resulta más que eficiente. Hay escenas de esas que te ponen nervioso, como la del interrogatorio de un sospechoso que tiene un cuchillo en la mano. Dirige con brio, empapado en cine negro, algo que es aprecia en el encuadre y la narración fílmica.
Lo peor del filme es su BSO, el pésimo sonido en vivo, con diálogos en ocasiones ininteligibles y el embarullamiento del guión en ocasiones, como si faltase alguna escena.
Es un buen filme, con un final de esos muy hollywoodienses, pero del Hollywood de los años 70, de los años del desencanto.