Eclipse total (Dolores Claiborne)
Sinopsis de la película
Dolores Claiborne es acusada del asesinato de Vera Donovan, la dueña de la casa en la que trabaja como asistenta desde hace más de veinte años. Selena, la hija de Dolores, vuelve a su pueblo natal para intentar probar la inocencia de su madre, pero allí ambas se tendrán que enfrentar a un implacable detective y a un sórdido pasado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dolores Claiborne
- Año: 1995
- Duración: 131
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Opinión de la crítica
Película
6.8
64 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Bob Gunton
- Christopher Plummer
- David Strathairn
- Dean Eilertson
- Edward Rubin
- Ellen Muth
- Eric Bogosian
- Frank Adamson
- Jennifer Jason Leigh
- John C. Reilly
- Judy Parfitt
- Kathy Bates
- Kelly Burnett
- Matt Appleby
- Roy Cooper
- Ruth Marshall
- Sandy MacDonald
- Susan Lane
- Taffara Jessica Stella Murray
- Thomas Skinner
- Tom Gallant
- Vernon Steel
- Wayne Robson
- Weldon Allen
En otros tiempos, los héroes luchaban contra basiliscos, esfinges, medusas, dragones, u otros entes igual de falsos. Perdida su inocencia primigenia, la humanidad ya sabe que los verdaderos monstruos no tienen varias cabezas, sino una sola que usan muy mal, y que los auténticos héroes no tiene una cara celestial ni cabalgan corceles blancos, sino que suelen ser seres de aspecto dolorido, que han sacrificado todo por vivir la vida con un mínimo de dignidad, cuando todo se les dió desde el principio cuesta arriba.
No habrá trovadores que canten sus gestas, ni se bautizarán calles con sus nombres, pero siempre habrá quienes les recuerden. Sobre todo, aquellos que supieron de su lucha diaria, y que fueron testigos de sus modestas hazañas, que nunca fueron más allá de proteger a sus seres queridos. Puede sonar a poco, pero es muchísimo, y muy valioso.
Los monstruos actuales no tienen un aspecto amenazador, escamas, o huelen a azufre. Son peores, porque pasan inadvertidos. Aunque detras de su normalidad escondan lo más bajo de la animalidad humana.
Ser marido, padre, amigo, compañero, no es una patente de corso sino que ha de ser de obligado ejemplo: nadie es marido o compañero si no le da todo el respeto y el cariño que se merece a quien decidió pasar su vida junto a él, nadie es un padre si no saber proteger, amar y cuidar el mayor regalo de la vida que pueda tener alguien, que es un hijo, y nunca se puede ser nada de eso si antes no se es un amigo, que es quien solo pretende tu bien, y se alegra por tu felicidad incluso cuando todo le vaya mal.
Sobre monstruos va esta cinta. Sobre monstruos verdaderos, de esos que saludamos por la calle, sonriendoles en nuestra ignorancia, y que hasta nos llegan a parecer personas estupendas. Auténticos monstruos, que utilizan la llave del dolor, ésa que entregamos inconscientemente cada vez que nos importa alguien, y le dejamos entrar en nuestra vida.
La maravillosa Kathy Bates, actriz de descomunal talento a la que su fealdad cerró muchas puertas en Hollywood -mientras se las abrian de par en par a destalentadas cuya única valia era que abrían de par en par sus piernas-, da vida a una heroína anónima, a una mujer de las que uno conoce a cientos pero que nunca son valoradas en su justa medida, con total convicción y certeza. Una prodigiosa interpretación la suya, mesurada y verosimil.
Un lugar de ensueño, fotografíado con un primor que sabe comunicar la tranquilidad, el reposo y el sosiego, resulta ser -como tantas veces en la vida real- justo allí donde se vive la tragedia más absoluta. La maldad y la belleza, el dolor en el paraíso.
Una verdadera lástima que el ser humano haya llegado a ser tan listo como para enterrar a unos dioses que jamás existieron, pero que no sea lo bastante inteligente para desterrar a los demonios que su misma naturaleza animal creó.
Nunca me canso, nunca me cansaré de verla. Me hipnotiza y me atrapa por completo desde el primer minuto hasta el último. Y siempre se me acelera el corazón ante la llegada del eclipse total. Porque cuando una película es sólo misteriosa, una vez revelado el misterio, pierde todo su interés al volver a verla: sin embargo, cuando una película es grande, como lo es Eclipse total , el misterio nunca llega a desvelarse del todo. ¿Porqué tengo la sensación de que siempre se me escapa algo?. Quizás porque todo lo que veo es sólo un truco de prestidigación para distraerme del verdadero enigma.
La historia es absolutamente fascinante. No te suelta en ningún momento, en ninguno de sus desvíos de drama terrorífico a terror dramático. Es como iniciar un viaje en una carretera llena de recodos y curvas: imposible saber lo que vendrá a continuación. Y todo bendecido por una dirección que no vacila, un ritmo sabiamente dosificado y una fotografía gélida que te calará hasta los huesos del alma: el material del que están hechas las pesadillas. Pesadillas que fermentan en el día a día, en la familia, en uno mismo: alguien dijo una vez que el mayor logro de Stephen King fue el de mostrar cómo extraer el terror más puro de los elmentos cotidianos.
Bates, en efecto, hace una de las mejores interpretaciones vistas en los noventa: creo que en realidad, ella es el enigma. La admiraremos, sufriremos por ella, sin conocer jamás quién fue Dolores Clairborne. No hay mayor misterio que el misterio de su silencio.
Excepcional actriz. Excepcional película. No os la perdais bajo ningún concepto.
Muy buena, sobresaliente película, como mínimo merece una puntación de 9. El misterio de la historia es magistralmente conducido y se va desvelando lentamente a pequeñas y sobrecogedoras dosis que hacen al espectador no separar la vista de la pantalla ni un instante.
También hay que decir que la historia describe de manera muy fiel las características del abusador que abusa de un menor de su propia sangre y dentro de su familia, así como las consecuencias de ello, es decir:
+ Como el adulto abusador comete su delito para satisfacer sus propias necesidades, sin contar con la necesidades del menor.
+ Como tales abusos dejan horripilantes huellas en las mente y cuerpo del abusado para el resto de su vida, sobre todo en forma de pesar y de culpa psicológica, porque le causa a la víctima confusión, miedo, ira, vergüenza, sentimiento de mancha y pecado, dejándola con una mala opinión de sí misma.
+ Como el abusador sexual de menores se asegura casi siempre de que no haya nadie cerca cuando esto sucede: se busca la forma, el lugar y la manera para realizar sus abusos ocultamente e involucrando al menor en el mismo, pues comienza gradualmente ante la confusión del niño, quien no espera nunca que un adulto al que quiere, que es pariente próximo, de su confianza, etc., le haga daño. Por esto le es tan fácil a un abusador de menores persuadir a su víctima de que no hay nada malo en lo que le hace y de que no debe decir nada.
+ Y como luego, en una etapa posterior, la víctima trata de olvidar los abusos sufridos porque le pesan como una pesadilla horrorosa. Desgraciadamente, una de las cosas más lamentables del abuso sexual es que las víctimas guardan silencio porque siente culpa, miedo y asco, llegando a creerse, de un modo u otro, que todo lo que le sucedió se debió a un error suyo, y cargando con la vergüenza y la culpa que corresponden al agresor.
Mención especial para las actrices Kathy Bates (la sufrida Dolores) y Judy Parfitt (la repelente Vera Donovan), así como para el actor Christopher Plummer (haciendo de detective John Mackey).
Una película de las que nunca se olvidan, dirigida muy bien y con mucho talento para el supense por Taylor Hackford, director del también famoso y entrañable film Oficial y caballero (USA 1982).
Fej Delvahe
Adaptación de la novela de Stephen King Dolores Clairbone , una novela que más que genericamente terrorífica se enmarcaría dentro del drama psicológico, con ramalazos de melodrama familiar y estructura de thriller.
Construida a base de flash-backs a fin de esclarecer el crimen inicial del que se acusa a Dolores Clairbone, resulta una buena película, que demuestra agilidad narrativa, solvencia y solidez en Hackford, así como la constatación de que King es algo más que un escritor de best-sellers sobrenaturales, hechos como churros. Aquí, lo único formidable y sobrenatural es la interpretación de la inmensa y prodigiosa Kathy Bates, en su mirada, en sus gestos, en su contención, en su seguridad, su suficiencia insultante y humilde, en su maravillosa antiglamourosidad.
Confieso que hasta hace muy poco desconocía completamente la existencia de esta película. Pero, bueno, lo que son las cosas, un buen día leí la enfática crítica de una conocida usuaria de esta página y me picó la curiosidad. Lo suficiente, al menos, para hacer caso omiso a su antonioniano título y a la dudosa reputación del director de una de las pelis más fascistoides de Hollywood: Oficial y Caballero.
Afortunadamente, mi apuesta fue todo un éxito. Eclipse total no es Misery, de acuerdo, pero cuenta con dos poderosas razones para ser una buena peli: el argumento de Stephen King y la tremenda interpretación de una de las actrices más grandes de la industria americana, Kathy Bates.
Total, que casi sin darme cuenta, la historia de Dolores Claiborne fue calando en mi tierno corazoncito hasta apoderarse de él. Inexorablemente. Sin concesiones. Porque cuando te cuentan una historia tan trágica como ésta con tanta verosimilitud, sin estridencias ni aspavientos fatuos, con un manejo de la elipsis tan modélico, uno no puede hacer otra cosa que quitarse el sombrero y proclamarlo a los cuatro vientos.
Me sorprendió, eso sí, que la peli de Hackford no fuera tan terrorífica o fantástica como es habitual en las adaptaciones de Stephen King. Me sorprendió gratamente, por cierto, porque dicha peculiaridad constata que el bueno de King no tan sólo se maneja como pez en el agua en el género de terror sino que es capaz de edificar un drama mayúsculo como éste sin necesidad de abusar de procedimientos tan retóricos como el ‘pathos’, por ejemplo. Una metodología muy usual en el ámbito melodramático que, por fortuna, entre Hackford y King consiguen dosificar haciendo hincapié en el sobrio carácter de Dolores y entremezclando hábilmente los elementos intrigantes necesarios en el momento adecuado.
Una buena peli, en definitiva, en la que sólo me atrevería a reprocharle su título en castellano. Eclipse total podrá ser todo lo bonito que queráis, pero yo prefiero un millón de veces su título original: Dolores Claiborne. Pocas veces un nombre propio en el título de una peli estará tan justificado como en este caso.