Dunkerque
Sinopsis de la película
Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dunkirk
- Año: 2017
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
7.1
45 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adam Long
- Aneurin Barnard
- Barry Keoghan
- Bill Milner
- Billy Howle
- Bobby Lockwood
- Bradley Hall
- Brian Vernel
- Calam Lynch
- Charley Palmer Rothwell
- Cillian Murphy
- Damien Bonnard
- Elliott Tittensor
- Eric Richard
- Fionn Whitehead
- Harry Collett
- Harry Richardson
- Harry Styles
- Jack Cutmore-Scott
- Jack Lowden
- Jack Riddiford
- James Bloor
- James DArcy
- Jochum ten Haaf
- John Nolan
- Kenneth Branagh
- Kevin Guthrie
- Kim Hartman
- Luke Thompson
- Mark Rylance
- Matthew Marsh
- Michael Fox
- Michel Biel
- Mikey Collins
- Miranda Nolan
- Richard Sanderson
- Tom Glynn-Carney
- Tom Hardy
- Tom Nolan
- Will Attenborough
Nolan alejándose del cine más fantástico o de ciencia ficción nos acerca en este caso a una historia real, al cine bélico y en concreto a la Operación Dinamo. Pero para realizar este film lo hace libremente, desmarcándose de las líneas generales del cine histórico y más concretamente del cine bélico. Y es que Dunkerque no es cine bélico en si, es más bien cine catastrofista, los personajes han de sobrevivir a una catástrofe y en este caso es a una guerra. Así no veremos apenas escenas bélicas, no veremos a un enemigo, veremos las ansias por sobrevivir, por seguir viviendo pese a todo, por huir y salvar la vida. Eso nos quiere mostrar Nolan en su última película, no la guerra, el querer vivir dentro de esta.
La forma de hacerlo, hay que reconocerlo, es muy valiente y diferente creando la que, posiblemente, sea la película más complicada, para el espectador, de Nolan. Se aleja del cine más convencional y propone una historia coral protagonizada principalmente por personajes anónimos de los que únicamente llegamos a conocer lo que vemos en pantalla, el espectador no recibe más información de ellos, apenas hay diálogos e incluso prácticamente suprime las historias personales para que sea la imagen la que hable, y es que Dunkerque es exigente con el público, el eje temporal del relato está roto en tres, y estos tres espacios temporales convergen a la vez en un mismo montaje, ha de estar atento el espectador para saber lo que está viendo en pantalla y cuando sucede para no perderse.
En cuanto a la realización estupenda, un prodigio, destacando esas magníficas escenas bélicas aéreas, difíciles de superar, el montaje posee momentos sublimes, se mezclan espacios temporales provocando momentos de gran belleza y fuerza, teniendo mucho más sentido tal y como están expuestos y aumentando la agonía y la tensión en el espectador. La imagen es prodigiosa siendo el principal recurso de la narración pues el relato es reducido al mínimo, se basa principalmente en imágenes y estas nos apabullan, la película, por una vez es corta ya que un relato tan agónico no puede alargarse en exceso.
Una vez más Hans Zimmer pone la banda sonora a una película de Nolan y en este caso puede que se trate de su la mejor obra de Zimmer, ese sonido del paso del tiempo, esa musicalidad de las bombas, del horror, del silencio. Sin embargo la música es constante toda la película, hay veces que con el silencio o con el sonido diegético únicamente la escena ganaría en fuerza, en credibilidad, pues la música nos arropa, nos proporciona seguridad, nos dice que lo que estamos viendo es una película, nos saca de esta y nos devuelve a la butaca… En cambio en otras partes su uso es magistral, el problema que le encuentro (y sucede mucho en las obras de Nolan) es su abuso, el ser constante, en primar por encima del sonido o de los diálogos, por encima del relato.
Dunkerque es una gran película en la que el espectador ha de poner de su parte, ha de concentrarse en lo que ve y olvidarse de un relato normal, estamos ante una película diferente, por fortuna el nombre de Nolan (y la publicidad) hará que mucha más gente se acerque a una película diferente y probablemente la disfruten.
Antes que nada, lo que hay que dejar claro es que hay que analizarla desde dos puntos de vista bien diferenciados.
El primero es el plano técnico. Aquí hay que darle un 10.00, como a Nadia Comaneci.
Con Salvar al soldado Ryan, el cine bélico dio un salto cuyos ecos seguimos viendo en las actuales producciones. Pero Christopher Nolan ha conseguido lo que parecía imposible, ir un paso más -o varios- en esa búsqueda del máximo realismo, conseguir que el espectador sienta que está en plena batalla.
Todo colabora en ese objetivo, el sonido (consigue sobresaltarnos porque parece que nos disparan a nosotros, o que los Stukas nos están atacando), la fotografía (fantástica, esos colores apagados, esos desenfocados propios de las filmaciones de entonces), la ambientación, el gran número de extras, la aparente ausencia de efectos digitales…
No voy a insistir. Nolan consigue sumergir (a veces literalmente) al espectador en esa experiencia inmersiva, valga la redundancia.
Y ahora vamos con la otra cara de la moneda. Soy poco sospechoso de no valorar el trabajo de Nolan (he visto Memento unas 15 veces y Origen me fascinó también), pero aquí la verdad es que no hay una historia potente detrás.
No veo conflicto, dilemas morales, suspense (pese a los numerosos cliffhangers)… no acabas amando u odiando a nadie, y la verdad es que te da un poco igual si los protagonistas se salvan o no. Son de esas interpretaciones tan contenidas que acaban por no transmitir nada.
Contra todo pronóstico, el único actor que logra transmitir algo es Harry Styles, el chaval que es, o ha sido, cantante del grupo One Direction. Los demás, muy flojitos, ni siquiera Kenneth Branagh levanta el vuelo.
Jugando a productor, le hubiera dicho a Nolan que aumentase el metraje a 2 horas mínimo. Da la sensación de que había que cortar escenas (los sucesivos hundimientos se hacen cortísimos, cuando daban para situaciones bien dramáticas).
También hubiera mostrado combates con los alemanes, o hubiera dado más juego a los pobres franceses que tenían que conservar el perímetro (aquello de que los ingleses lucharán hasta el último francés)… en fin, que la película daba mucho más juego del que al final ha dado.
En suma, como experiencia visual, más que recomendable, pero como historia creo que no llega ni al aprobado, así que un 5. En todo caso, si os gusta la Segunda Guerra Mundial, no os la podéis perder, claro.
Un consejo, si habéis conseguido engañar a vuestra novia/mujer para que os acompañe a verla (a la inversa), reconsiderad la decisión si no queréis ver luego caras largas. Estáis avisados.
¿Dónde está la fidelidad histórica? Lo primero es que de una anécdota: la flotilla de barcos pesqueros y de recreo, hacen el eje central de la película, y en la realidad no fue más que eso, una anécdota y una aportación cuasi testimonial. La operación Dinamo llevaba en secreto 5 días cuando se hizo público, y sólo durante los 2 días siguientes participó la flotilla de barcos civiles.
Argumentalmente la película tampoco cuenta demasiado, dos historias que transcurren entrelazadas y poco más. ¿La fotografía? sí, bien, pero desde luego no estamos hablando de Salvar al Soldado Ryan ni mucho menos. Ni de Hermanos de sangre. Además que tampoco se ve esa famosa inmersión de la que tanta gala se hace en las críticas. Sí, las playas de Dunkerque son de las más grandes de Europa y tal, pero ¿dónde está la agonía de los soldados? ¿dónde el drama? ¿dónde la desesperación porque los alemanes rompan el frente? ¿dónde el abandono de equipo, la destrucción de armamento? ¿dónde los continuos ataques de la aviación alemana?
Más de 300,000 soldados fueron evacuados, en la película no da esa sensación, un buque que se va a pique, cuatro barcos de madera, alguno de vela y poco más.
En fin… Dunkerque está casi a la altura de la Pearl Harbor de 2001, y no precisamente por su credibilidad histórica. A propósito, que lo heroico y todo eso llama, bueno, histórico por poner uniformes y poco más de época, a ver si se deciden a llevar al cine actos tan valerosos de la armada británica como la Operación Catapulta que transcurrió poco tiempo después de los hechos de Dunkerque (Operación Dinamo)
Hace veinte años, un joven Christopher Nolan se presentaba en sociedad con Doodlebug . Aquella pequeña pieza, con su funcional blanco y negro y una idea kafkiana de fondo, ponía en liza los temas que han trufado la carrera de su realizador. La huída, hacia adelante o atrás, la observación, la sensación de peligro constante, y sobre todo el tiempo. Viajando dos décadas al futuro desde aquel 1997, llegamos a 2017. El que fuera una promesa se ha convertido en uno de los realizadores más importantes del nuevo Hollywood, un nombre que garantiza taquillazos, pero no los típicos de ver y olvidar, propuestas que pueden ser mejores o peores, pero que intentan trascender a veces en vano y otras dando de pleno en la diana. Sólo así se pueden concebir films como Inception o Interstellar , como obras de un autor que necesita decir algo diferente, por mucho que al final la fórmula a ejecutar sea siempre idéntica. Lo que se podría llamar un estilo, en otras palabras, si bien éste le ha granjeado no sólo defensores sino también un buen puñado de personas en contra del mismo. Son minoría, eso sí.
Dunkerque llega veinte años después de aquel Doodlebug y parece una puesta al día de la misma idea. Una persona observando el sufrimiento de otra/s. Filmando desde arriba, observando lo que hay a sus pies. Y supone una respuesta contundente a la mayor crítica que se le ha hecho a su cine: la sobreexplicación. Porque el film bélico del director de The Dark Knight no sólo es su película más sencilla y esquemática sino que por fin, no cae en exceso en contarte con texto, voz en off, imágenes y si hace falta un SMS todo lo que está pasando en pantalla. Cae en ello en la primera secuencia (vista en los tráilers, por cierto) pero pronto se aleja de ese mal.
Haciendo un resumen rápido y sin caer en spoilers, Dunkerque parte de tres puntos de vista desarrollados en tiempos diferentes y les va dando forma hasta que la narración se alínea y llega a su final. Cada uno de ellos busca representar la guerra desde un prisma diferente y a fe que lo consigue, especialmente en ciertos tramos de combates aéreos. Su narrativa está supeditada al montaje y su reparto no es más que una mera herramienta para que todo avance. No hay, al uso, personajes. Hay eventos y circunstancias que complementan a lo anterior.
Porque Nolan plantea su película no como el film bélico convencional, con batallas espectaculares a pie de playa o bandos enfrentados entre trincheras. Si historia es de perdedores, de héroes sin heroísmo, de derrota y la espera hasta la salvación. Por supuesto hay set pieces de acción pero la acumulación de las mismas no es más que una ejemplificación de cómo es la guerra, no una celebración de ésta. Y por supuesto no puedo venir aquí a dar lecciones a nadie porque ni soy experto en la materia ni conocía esta batalla en particular, pero por lo que ocurre y cómo se cuenta puedo llegar a creerme lo que pasa en pantalla, que en estos tiempos ya es bastante.
De todas formas, y aplaudiendo la labor de realización de Nolan (quizá la más comedida de su carrera, con extensos planos generales alternados con otros mucho más cerrados para generar angustia), creo que el gran mérito del film es incuestionablemente su pista de sonido. Los efectos son extraordinarios y la banda sonora de Hans Zimmer es difícilmente divisible de la imagen. Forma un todo tan compacto que si no fuera por eso y se limitase a contar una historia, todo se vendría abajo. Es una película bélica sobre captar el sonido de la guerra, sobre llevarlo a un entorno seguro (la sala de cine) sin olvidarse de capturar esa experiencia. Y es por eso que creo que si Dunkerque transciende y sobrevive al paso del tiempo, lo hará por esto, de la misma forma que J.F.K. de Oliver Stone se recuerda por su prodigioso montaje.
¿Es Dunkerque la mejor película de Nolan? No, en absoluto. Pero tampoco la peor. ¿Es un nuevo clásico del cine bélico? Claro que no. Pero entonces, ¿merece la pena? Sí, claro. Es una buena película, que se pasa en un suspiro y proporciona suficientes estímulos como para ser recomendable verla en una pantalla de cine. Pero ni creo que vaya a cambiarle la vida a nadie (como he llegado a leer por ahí) ni se acerca a los verdaderos hitos del género. Claro que si a todo el cine le pidiéramos eso, nos cansaríamos bien pronto de verlo y de buscar obras maestras donde, siendo sinceros, deberíamos alegrarnos de tener la suerte de ver buenas películas.
Decepción, aburrimiento total y sordera postraumática.
El cine, en general, necesita de guión y ritmo, que no es lo mismo que pasarse la película corriendo. El cine bélico en particular no consiste solo en disparos a todo volumen e interminables huidas, necesita de tensión, de argumento y, si repasa un acontecimiento histórico, de poner al espectador en antecedentes y en el contexto en que sucedieron los hechos, además de, en la medida de lo posible, expresar emociones más complejas que la evidente de que nadie quiere que le maten. Como ejemplo hay películas de bajo presupuesto, como la magnífica Hundid el Bismarck o de mayores vuelos presupuestarios como Stalingrado que le dan mil vueltas. Por no hablar de Expiación , también centrada en la evacuación de las tropas anglofrancesas en Dukerque
En resumen, magníficos intérpretes que pasan sin pena ni gloria por la pantalla, guión inexistente y ritmo cansino que te hace desear que llegue la 6ª Flota, o la Invencible, la que sea, y se acabe la película de una vez. Y la constatación de que no te puedes fiar de las críticas de los profesionales.