Dragged Across Concrete
Sinopsis de la película
Dos policías, un veterano del cuerpo (Gibson) y su joven compañero (Vaughn), son suspendidos cuando un vídeo de sus duras tácticas de detención de delincuentes se convierte en la noticia del día en los medios de comunicación. Ambos con problemas personales que podrían solucionarse con dinero, deciden aprovechar su condición de civiles para hacer algo al margen de la ley.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dragged Across Concrete
- Año: 2018
- Duración: 159
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Opinión de la crítica
Película
6.7
51 valoraciones en total
Encuentro peculiar que muchas de las críticas de esta película se centren en su impresionante elenco, pero que luego no incidan más en que toda la estructura narrativa no parezca tener cohesión. O que se alabe de manera desmedida su ritmo más lento comparado con otras películas del género. No tengo nada en contra de ritmos más pausados, y no tiene que haber explosiones a lo Michael Bay cada cinco minutos, pero si esta es la alternativa, mal vamos.
El principal problema es que no hay realmente tensión. ¿Hay momentos de explosiva agresión? Si, pero extremadamente espaciados en el tiempo. Si tuviera que comparar material parecido, me recordaba bastante a las pelis de género yakuza de Beat Takeshi, ya que tienen una estructura narrativa parecida. Lo que personalmente creo que hace que en Dragged Across Concrete no funcione igual es que hay excesivas, ingentes cantidades de diálogo. Pero no es ni mucho menos Tarantinesco, ojalá. Es un diálogo (muy elaborado eso sí, parece una competición entre aspirantes a Shakespeare) que no lleva realmente a ninguna parte o conclusión satisfactoria. Ni siquiera es particularmente memorable (podría recitar frases de películas de Tarantino cualquier día, difícilmente me quedaría con una sola de Dragged Across Concrete). Tampoco define en demasía a los personajes. En resumen, no funciona.
Realmente no sé qué pretendía el director con este material. Después de su visionado, concluyo que tal vez quiere demostrar su capacidad para crear algo diferente. Bueno, distinto es, eso se lo concedo. Ahora sólo falta que sea interesante y de paso que no introduzcan tramas que jamás llegarán a ninguna parte ni afectan a la película en sí.
Sitges, día 4.
Aún se dejaban sentir en mi cabeza las secuelas de la ópera rock volcánica (así la definió el propio Panos Cosmatos) de la noche anterior, cuando ya me dirigía, a eso de las 10 de la mañana, hacia el Auditori para ver la película que más curiosidad me generaba de todo el festival: Dragged across concrete (lo que se podría traducir como Arrastrados por el asfalto). S. Craig Zahler es un rara avis, un director/guionista que con tan sólo dos largos a sus espaldas ya contaba con una legión de seguidores muy numerosa. Y yo la verdad, me declaro muy fan de este tipo. Se trata de una anomalía dentro del cine americano actual tan enorme que hay que celebrar el nacimiento de cada uno de sus films. Si en sus anteriores creaciones había mezclado con brío géneros como el western y el drama carcelario con el más puro terror y el descarado relato pulp, en su tercer largo Zahler sube la apuesta y se mete en la piel de tipos como Nicholas Ray o Sam Fuller, para entregar un policíaco de corte clásico, aunque sin renunciar a sus peculiares toques explotation. Y para ello se sirve del trabajo de un colosal Mel Gibson, que entrega aquí una de las mejores actuaciones de su carrera, un poli al que se le nota la calle, los años de arrestarse por el asfalto, de ensuciarse la manos para no llegar a nada. Todo eso lo lleva colgado en esa mirada amarga que sólo un grupo muy reducido de actores consiguen desarrollar en su madurez. A mí me recordó a tipos como Jason Robards o William Holden en sus últimos años.
Es muy interesante como la pulida puesta en escena del director de Bone Tomahawk muestra un paralelismo en los primeros compases del film entre la vivienda de Gibson y la del ladrón recién salido del trullo (como encuadra la puerta de la habitación de sus respectivos hijos, por ejemplo), mostrando de forma sutil como están más cerca de lo que parece.
La dilatada duración del film no pesa, puesto que Zahler demuestra un pulso narrativo envidiable, de director veterano, creando una continua tensión atmosférica sin necesidad de volverse loco con el montaje, que usa de manera muy pausada, incluso en las escenas de acción.
Sería injusto no destacar la labor actoral de Vince Vaughn (que ya dio un recital en Brawl in cell block 99), perfecto en su papel de compañero de fatigas de Gibson (las conversaciones entre ambos son una gozada), así como la gran sorpresa del film: Tory Kittle (que por momentos roba la película a los maderos). A esto añade los cameos de Don Johnson, Jennifer Carpenter, Fred Malamed y el mítico Udo Kier y te queda un reparto redondo.
Su estética de luces amarillas y callejones oscuros dibujan un entorno tangible y amenazador por el que transitan los policías y los ladrones de Dragged across concrete, con una serie de dilemas morales que recuerdan mucho a ese cine de género de los 60 y los 70 del que su director es tan deudor. La escena del banco demuestra una pericia inusitada a la hora de usar el punto de vista y la dosificación la información y su larguísimo clímax final es una delicia de giros de guión y desgarradoras decisiones sin vuelta atrás que dejan un regusto a gran cine.
Con esta tercera peli S. Craig Zahler es ya uno de los creadores más potentes e interesantes del cine americano actual.
(Extracto del artículo 5 días en Sitges , dentro del blog Antes de parpadear https://robergcuesta.wixsite.com/antesde)
Por fin le hemos podido hincar el diente a la última película de S. Craig Zahler. Es increíble como tan solo dirigiendo dos películas antes, Bone Tomahawk (2015) y Brawl in Cell Block 99 (2017) ya haya conseguido tener una multitud de seguidores dispuestos a seguirle hasta el fin del mundo. Y es que tiene un estilo muy particular, es un director que siempre firma los guiones de sus películas y estos tienen, después de ver su tercera película, unos paralelismos muy claros. Siempre están protagonizadas por hombres veteranos, se toma el tiempo que haga falta para describir a sus personajes ayudándose de largas conversaciones y que son extremadamente violentas. ¿Alguien ha mencionado a Tarantino?
Brett y Tony son compañeros en el departamento antidrogas de la policía. Tras una violenta redada ambos son suspendidos por seis semanas después de que se filtrara un video de sus acciones. Aquejados por las deudas no pueden permitirse tanto tiempo sin ingresos y están dispuestos a hacer lo que sea, pues al ser ahora civiles no pueden ser corruptos…
Como ya había dicho, es una cinta con altas dosis de violencia pero todas ellas bien medidas y nada gratuitas. Consigue que el espectador se involucre en la historia y entienda los motivos de cada uno de sus personajes, aunque tal vez el sistema que utilice tenga algunos problemas y es que le dedica mucho tiempo al desarrollo de los protagonistas y eso hace sumarle muchos minutos a la cinta. Dragged Across Concrete podría durar una hora menos pero sería una película mucho peor. El director opta por el camino de que cada tiroteo y bala cuenten y nos brinda una cinta de acción, tensión, humor negro y mucha sangre.
La fuerza de esta película es en mayor parte por la acertada dirección de Zahler y por un potente guión, que sin contar nada de especial si que consigue que tengas la sensación de que estás viendo una futura cinta de culto, pero la película cede mucha carga al carisma de su reparto, pues tener a un tótem como Mel Gibson, y además haciendo de policía que está de vuelta de todo, es ya un lujo, pero también aprovecha para reivindicar una vez más a Vince Vaughn para cintas de estas características. Destacar también el papel de Tory Kittles, el verdadero protagonista de la historia.
Si no te importan las introducciones largas, y si eres un amante de los policíacos, el cine negro, la sangre, las buddy movies y las películas de tipos duros con cierto aire de los 80 ésta es tu película. Es muy recomendable en todos los aspectos pero si tuviera que decidir creo que Dragged Across Concrete es inferior (por muy poco) a las otras dos. Deseosos de ver qué nos depara en el futuro este director.
http://www.terrorweekend.com/2018/10/dragged-across-concrete-review.html
Cuando en el año 2015 con Bone Tomahawk S. Craig Zahler nos regalaba uno de los mejores y más interesantes westerns de los últimos años renovando de manera feroz las claves del género, ya entonces podíamos apreciar a un autor con una mirada muy personal, al igual que su excelente gusto por lo grotesco y por diálogos extensos y sensacionalmente escritos. Repetiría fórmula en 2017 con el thriller carcelario Brawl in Cell Block 99. Una locura neo-noir gore deliciosamente excesiva y mucho más oscura que su predecesora.
Con Dragged Across Concrete Zahler consigue algo mayor, una cocción a fuego lento tan políticamente incorrecta, violenta y rodada con un pulso narrativo tan vibrante y sin ningún tipo de complejo que no queda otra que rendirse a ella por completo. Es un extraño y soberbio ejercicio de estilo de más de 2 horas y media de metraje que se convierte en una maravilla de cine negro contemporáneo, una buddy movie de atracos donde se vuelve a tomar su tiempo para implicar al espectador en la trama y empaparle de una tensión latente que va in crescendo a medida que avanza el film hasta que llega a su último tercio para cerrar la función con un espléndido y previsible festín de disparos. Todo es fascinante, desde la pausada pero vibrante presentación de personajes hasta la hipnótica manera en la que Vince Vaughn se come un bocadillo en una de sus interminables vigilancias. Acompañada de una banda sonora maravillosamente seleccionada con viejos temas de soul al más puro estilo Jackie Brown (Quentin Tarantino, 1997) pero amando por encima de todo los silencios o el implacable sonido ambiente que rodea cada escena.
El reparto está estupendo y todos lucen de manera muy precisa en su papel, pero Mel Gibson ¡está que se sale! y no es para menos, es un gran actor, de esos que ya no quedan, con un físico y un carisma que recuerdan una época de Hollywood anterior. Zahler lo sabe y le echa el lazo en su mejor momento para transmitir todo lo que su personaje requiere, y todo aquel que se asome para ver lo que hay detrás de su crepuscular mirada, verá un alma torturada que sabe que cualquier tiempo pasado fue mejor, pues han ido cayendo en el olvido (si es que los ha tenido) los buenos momentos vividos por alguien que con el paso y peso de los años ha perdido, y es que al final la gente tiende a ser gente, la esperanza en el ser humano.
Una preciosa joya de cine policiaco con aroma clásico. Puro estilo. Cine puro.
El gran S. Craig Zahler, que ya sorprendiera con su ópera prima Bone Tomahawk (2015), western Frankensteiniano donde se cuela el cine de caníbales y el ritmo crepuscular en clave de cine de autor, y posteriormente nos regalara la maravillosa Brawl in Cell Block 99 (2017), esta vez subvirtiendo el Grindhouse de los 70 y respetando su ya característico ritmo de videojuego indie de 2 horas, nos trae en esta ocasión, y tras el enorme hype incubado durante un año, su última aberración genérica, y es que en esta Arrastrado a través del cemento , le ha tocado el turno a las Buddy movies, que nuevamente se encarga de tergiversar como si no fuera Mel Gibson el de la pantalla, y lo hace con una genialidad intermitente a la que le pasa factura su conocida vena de novelista, pues la duración excesiva del film, la abundancia de gags de relleno, o excesiva presencia de lo absurdo, la forzada descripción de ciertos personajes con la voluntad de lamentar sus posibles desapariciones de escena, o la extraña decisión de invertir el rol del hombre negro en el cine ex(blax)ploitation de los 70, no logran ponerla a la altura de sus anteriores películas, dejándonos para el recuerdo, todo hay que decirlo, un maravilloso y largo clímax donde reaparece otro de los elementos que han marcado (y marcarán) el estilo de este genial realizador: el desconcierto del no saber qué coño pasará .