Dos semanas en otra ciudad
Sinopsis de la película
Después de haber pasado tres años en un centro psiquiátrico, Jack Andrus, un actor acabado, vuela a Roma invitado por un director amigo suyo que le ofrece un pequeño papel en una película que está rodando en los estudios de Cinecittà. Andrus acepta la oferta con la esperanza de recuperar la fama. Lo malo es que en Roma se encuentra con su exmujer, la responsable de su crisis artística y personal.
Detalles de la película
- Titulo Original: Two Weeks in Another Town
- Año: 1962
- Duración: 107
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargar una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te añadimos un listado de posibilidades de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
7
79 valoraciones en total
Definitivamente (no hay más que ver las últimas y también las penúltimas encuestas entre los iniciados) Minnelli pasará a la historia como un autor de musicales. Desde Cita en San Luis hasta Gigi, pasando por Un americano en París y The bandwagon. A esta espina dorsal, que sostiene hoy día su consideración autoral, se le une con naturalidad Mi desconfiada esposa, una comedia que en el fondo es prácticamente otro musical.
Un grupo de minnellianos más irredentos, en cambio, tenemos la manía de circunscribir el territorio central de su obra –por oposición a sus musicales, por lo demás espléndidos- a cuatro películas de madurez, cuatro melodramas de aparente decadencia, que se comunican claramente con la indiscutida Cautivos del mal. Filmados entre 1958 y 1962, hoy son la parte más contestada de su filmografía: Como un torrente, Con él llegó el escándalo, Los cuatro jinetes del Apocalipsis y Dos semanas en otra ciudad.
Un nexo temático común que los aglutina podría ser la búsqueda de la identidad, extensión de aquello que define como artista a Vincente Minnelli: su convencimiento de que el equilibrio ideal es alcanzar la armonía con el entorno, que los conflictos proceden siempre de la relación entre el personaje y el ambiente.
Esta materia, defendemos los minnellianos talibanes, se expresa mediante una forma de hacer cine integral, de intenso poder dramático, que combina libertad en los movimientos de cámara, precisión en los actores, admirable uso cinematográfico de la banda sonora y pasmosa musicalidad de la fotografía. El resultado es –y aquí es donde jamás coincidiremos con la otra parte del mundo- la domesticación del exceso. El estilo Minnelli va mucho más allá del celebrado dominio del cromatismo en la dirección escénica y del hábil manejo de los decorados.
No creo que esta obra sea una de las mejores de Minnelli, ni que tampoco sea antológica la interpretación de Kirk Douglas, que a sus 46 años resultaba todavía (por supuesto) uno de los duros galanes de Hollywood – y le quedaba mucha cuerda, porque si no hay fallo en su biografía, aún hacía cine a los 88, en Illusion , de 2004), pero al menos es una película interesante, de compleja trama, cuya acción se desarrolla en torno al rodaje de una película que estaba dirigiendo Maurice Kruger (el veterano Edward G. Robinson), con un cúmulo de dificultades que ponen en peligro su realización, y que ponen a prueba la capacidad de superación de Jack Andrus (Kirk Douglas). Bellísimas, y con papeles antagónicos, Cyd Charice y Daliah Lavi. Se trata, en resumen, de un al menos interesante film, que en absoluto llega a defraudar.
Me visita mi maravilloso y sofisticado padre dice Sally Bowles, el personaje de Liza Minelli en Cabaret, en un no disimulado homenaje de Bob Fosse al maestro, y así es esta película, maravillosa y sofisticada, una de las mejores del gran cineasta, viéndola resulta casi imposible que no surja la empatía con Jack Andrus, el personaje que interpreta Kirk Douglas, extraordinario como siempre, dicho sea de paso. El sentido de la vida lo expresan Kirk Douglas y Daliah Lavi tumbados en una playa charlando tranquilamente, pero antes hay que recorrer un largo camino. Minelli nos regala una película espléndida, para mi gusto incluso superior a Cautivos del mal, sobre la redención y el renacer, sobre la vida. No se la pierdan.
Esta película constituye un nuevo y mejorado retrato que del mundo del cine hizo Vincente Minnelli tras la famosa Cautivos del Mal.
Parece ser que Minnelli la repudió al no permitírsele montarla como él había querido y estrenarse amputada.
Incomprensiblemente se ha denostado este film en favor de la conocida y a la vez laureada por la crítica Cautivos del Mal, sin embargo, y sin que sirva de precedente, en este caso el technicolor gana al B/N.
El Jack Andrus interpretado por Kirk Douglas y con reminiscencias del Van Gogh que personificó en El loco del pelo rojo y al igual que éste con inclinaciones depresivas y homicidas y que necesita cuidados psiquiátricos, resulta más interesante y emocionalmente intenso que el Jonathan Shields de Cautivos del mal, como ya comenté en la correspondiente crítica.
Con Dos semanas en otra ciudad Minnelli trató de realizar su particular versión de la Dolce Vita de Fellini como se atestigua por las numerosas similitudes argumentales , y también cronológicas (Apenas dos años de diferencia entre los dos films.)
El actor rebelde e impulsivo y con inquietudes artísticas tan bien interpretado por George Hamilton encajaría perfectamente en la compleja personalidad de por ejemplo James Dean y su comportamiento irreverente fuera de los platos de rodaje.
De igual forma el personaje de Edward G Robinson , el de la joven actriz que se cree una Diva (¿Rosanna Shiaffino?)y el de Kirk Douglas se inspirarían en otras famosas leyendas del cine que probablemente Minnelli tenía en mente al hacer estas películas sobre la otra cara de Hollywood.
Las situaciones límite tan bien plasmadas en esta película con el personaje de Douglas, desembocan en escenas finales tan vertiginosas que rivalizan con cualquiera de las más efectistas y brutales de films recientes como Death Proof.
Mención a parte son las salidas nocturnas de los personajes por Roma y que nos transportan a ambientes sugerentes, fiestas y escenarios bohemios por las bulliciosas calles de esa alegre Roma de los 60 tan bien retratada por Minnelli.
Vincente Minnelli quiso volver a contar con Kirk Douglas para intentar volver a repetir el éxito de Cautivos del mal haciendo otra película de cine dentro de cine. Y aunque el resultado final es una película notable y muy entretenida, no llega al nivel de la que el director y el actor nos ofrecieron en la anterior película que era una maravillosa obra maestra donde las haya.
En el resumen que han puesto antes de la película decían que un productor novato metió tijeretazos en el montaje. También han dicho que en su biografía, Kirk Douglas dijo que habían quitado las escenas más apasionantes y las que más fuerza tenían por culpa de ese productor. Y es algo que se puede notar. Porque le falta algo de garra en algunos momentos pese a su indudable calidad. Aún así la historia es buena y Minnelli la desarrolla bien a lo largo de la película.
Kirk Douglas está excelente en el papel de ese actor venido a menos que pasa a ocuparse del doblaje y Edward G. Robinson, quizá en algún momento algo excesivo, también realiza una buena actuación demostrando que era uno de los mejores actores secundarios. George Hamilton, Cyd Charisse y Daliah Lavi están también más que bien. Los demás correctos.
Notable película en la que Minnelli realiza un buen trabajo y con un par de escenas memorables. No tan recomendable como Cautivos del mal pero aún así se ve con fácilidad y sin que te aburra en ningún momento.