Dos años y un día (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Carlos Ferrer es un actor, cómico y presentador de éxito con una vida perfecta hasta que 18 fatídicos segundos la cambian para siempre. Su aparición en el pregón de Carzuelo de la Frontera vestido de la Virgen del Cierzo, como un paso de Semana Santa, desata la indignación de la asociación de abogados costaleros, que lo denuncian por un delito contra los sentimientos religiosos. La querella se admite a trámite y el juez, devoto de la Virgen de su pueblo y también costalero, lo condena a prisión. Ahora, Carlos debe adaptarse a su nueva vida en la cárcel donde tendrá que pasar dos años y un día.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dos años y un día
- Año: 2022
- Duración: 29
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Opinión de la crítica
4.6
73 valoraciones en total
Arturo Valls ejerce de actor en una nueva comedia original de Atresplayer en la que se interpreta un poco a él mismo: Carlos Ferrer un presentador de televisión y cómico que ve su suerte truncada cuando la gente se da cuenta que sus chistes no hacen gracia.
En la serie en concreto es uno en el que ofende a una virgen. En la vida real fue el año 2012 más o menos.
Entonces, el personaje (que no el propio Valls) tendrá que pasar dos años y un día en la cárcel como condena por esa broma. Ahí tendrá que aclimatarse al nuevo entorno y a sus nuevos y peculiares compañeros.
El setting para la serie es bueno ¿hasta dónde están los límites del humor? Y parece que la cosa puede ir hacia algo ácido y macabro (el libro de la Pantoja) pero sin embargo no termina de atreverse y se queda un poco en la de siempre. Pero vamos por partes.
Empecemos con Arturo Valls, un profesional que a mí me cae bien, tiene carisma, gancho, sentido del humor y buena presencia. El problema de Arturo Valls es que me cae bien en pequeñas dosis y su problema ha sido la sobresaturación de proyectos siendo muchos de ellos de dudosa calidad, muy a brocha gorda y un aire a cuñado insufrible que termina despertando cierto calor pegajoso. Lo poco agrada y lo mucho Jorge Javier Vázquez.
Dos años y un día creo que nos devuelve la vena del presentador que más me gusta: la de ser capaz de reírse de sí mismo, de no tomarse en serio y de inspirar cierta ternura. O eso, o yo me fui de España hace 10 años y me he desintoxicado de sus chistes Arguiñano.
Aquí el humor y el guión viene de Miguel Esteban y Raúl Navarro que nos han traído una de las mejores comedias patrias de la televisión titulada El vecino (Netflix ni olvido ni perdono) y creo que ponen bastante cariño en unos personajes secundarios y dejar al protagonista como el único normal entre todo un abanico de chalados divertidos que van desde la jefa de la prisión hasta su compañero de celda, aunque con lo bueno que crean las ideas no estoy seguro de si las llegan a llevar hasta los límites que esta serie pide a gritos.
Es curioso que hace poco se ha estrenado en Netflix la también fallida Entre Reja y Reja con Catherine Tate que formulaba algo similar con algo más de mala baba y más afilado aunque terminaba perdiéndose en el gag por el gag.
Dos años y un día tiene un problema mayor: la falta de un tono y un humor definido. Por una parte se ve la mano de los creadores de El Vecino y alguna línea de guión inspirada (Soy filólogo, por eso me hice camello) y sin embargo en otras parecen sacadas de un monólogo de Leo Harlem con gracias básicas de primero e Jose Luis Moreno.
También es cierto que en el tercer episodio se nota un gran bajón en forma de falta de ideas y de caminar en círculos, lo cual no sería ningún problema si los personajes tuvieran más gancho, pero toda la trama en blanco y negro es un pegote demoledor. No se puede crear un personaje estereotipado y antes de desarrollar ese personaje darle una trama sin gancho ni chistes y que podría ser la de cualquier otro. Los secundarios piden a gritos locura, estereotipos y mucha más saña y acidez.
En resumen, Dos años y un día es una comedia simpática, sin pretensiones, con cierto aire de cachondeo y con un un Arturo Valls mucho más tolerable que de costumbre pero que sin embargo falla en inspiración y desarrollo. Tres episodios para mí han sido suficientes para bajarme de este barco.