Día y noche
Sinopsis de la película
Dag og Nat trata de gente que desea amar y ser amada. Es la historia de un padre, su hijo, su mujer infiel, el amante secreto de su mujer, su joven amante, su solitaria hermana, su distraída madre, un entrenador de fútbol fanático, una prostituta embarazada y un ángel disfrazado de viejo. Lo que todos ellos quieren saber es: si la respuesta es amor, ¿cuál es la pregunta?
Detalles de la película
- Titulo Original: Dag och natt (Dag og nat)
- Año: 2004
- Duración: 95
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te detallamos un listado de posibilidades de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.4
79 valoraciones en total
Extraña película sueca del 2004. El argumento y la puesta en escena son sencillísimas, un profesional de 40 años un buen día decide suicidarse, como el título bien lo anuncia, transcurre desde el día hasta la noche conduciendo su auto, por turnos sus copilotos serán su pequeño hijo, su amante, su esposa, el amante de su esposa, el entrenador de su hijo, su hermana, un desconocido, su madre y una prostituta cualquiera. Uno a uno, sin saberlo ellos, irán despidiéndose de él, y a través de las conversaciones con estos personajes se irá revelando el pasado y presente del protagonista y las razones de por qué quiere terminar con su vida. Historia dolorosa sobre la soledad más miserable, bien dirigida, buen ritmo, diálogos inteligentes y profundos, excelentes interpretaciones. Muy recomendable.
El acto de nacer es un acto de desnudez, soledad y dolor. No es extraño que al igual que nuestro cuerpo busca por instinto la posición fetal, nuestra mente busque por instinto el estado de indefensión y blancura del alma que da lugar a nuestro inicio por los túneles de la vida. Pero, en la vida adulta, la desnudez, la soledad y el dolor ya no significan el primer día de nuestras vidas, sino el último. Es por eso que Thomas, el protagonista de Día y noche , sabe que debe morir.
La historia se desarrolla siempre a dos bandas: Thomas y su hijo, Thomas y su novia, Thomas y su ex-mujer, Thomas y su hermana, Thomas y el anciano…Thomas y su madre. En las cuatro fronteras del coche de Thomas que progresivamente se va pareciendo cada vez más al preludio de un féretro, todas estas personas se despiden sin saberlo de alguien a quien nunca creyeron conocer demasiado. Hay algo en tí que está cerrado , ¿Piensas que mi trabajo es degradante? , Me gustaba despertarme por la mañana y ver tus marcas en mi cuerpo , ¿Porqué te acostaste con otros? , Yo sí debería dispararme , Te amo . Thomas recopila razones para reafirmarse en su decisión de no vivir. El día siguiente nunca pareció tan lejano.
Desnudez, soledad, dolor. Así nacemos y así regresamos. Puede que el amor fuera la respuesta, pero sólo si la pregunta es: ¿Qué es lo peor que puede pasarte? . Ya lo decía la canción, el amor mata…
Thomas se suicidará a las ocho de la tarde. Por delante tiene un día para hablar con las personas que quiere o que alguna vez quiso. Una larga mañana y tarde que saben a despedida, a ajuste de cuentas, a introspección personal e incluso a venganza. Horas en las que el espectador irá conociendo a Thomas, intuyendo los motivos que le han llevado a tomar una decisión tan drástica. La duda de si Thomas cumplirá con lo anunciado por el narrador en el primer fotograma planea a lo largo de toda la película, mientras que el personaje se nos despliega como un misterio sin resolver: sentimos pena por él porque sabemos lo que está por venir, y al mismo tiempo otro tipo de lástima relacionada con el desprecio que genera un ser tan frío y antipático. Si Thomas se comporta de forma tan poco amistosa porque realmente es un hombre con dinero pero miserable en lo emocional queda a la libre intuición de la audiencia. También existe la posibilidad de que Thomas esté impostando un carácter cortante para que su marcha no resulte tan traumática para los demás. Puede que sea un hombre valiente o un cobarde, un pecador o un marido cornudo.
Thomas es alguien y al mismo tiempo nadie. Por eso resulta tan acercada la opción visual de Dag och Natt: Thomas casi nunca sale de su coche, espacio reducido en el que sucede toda la trama. ¿Qué es Thomas sino un vehículo dando tumbos sin un destino fijo? ¿No son sus ojos dos espejos, ventanillas o retrovisores en los que se refleja la vida que le queda y que se le escapa? Mientras Thomas conduce, el paisaje sueco de afuera se va oscureciendo, amenaza lluvia, y en paralelo, desde la silla del copiloto vemos los lugares por los que transita Thomas, de una residencia de ancianos hasta un campo de fútbol. Porque un hombre que se limita a conducir y que no pisa suelo firme es porque no vive, simplemente ve la vida pasar.
Pocas veces encontrarán una película tan oscura como Dag och natt, la historia de un cowboy errante que en lugar de rifle esconde una pistola en la guantera, sustituye el caballo por un todoterreno carísimo, las rudas ropas desaparecen a favor de un esmoquin no tan impoluto. Mikael Persbrandt hechiza y asusta con su mirada azul gato y su semblante rotundo. Quizás el guión de Dag och natt no está todo lo bien hilado que debería, pero su coherente apuesta visual y la solvencia de sus intérpretes hacen de ella una joya a descubrir. Recomendada para espectadores que no teman otear el abismo: una película que marca su final desde el primer minuto, de forma que lo visto es una hora y media de tensión, perplejidad, curiosidad y contradicciones. Cine nórdico tan frío que cala los huesos.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
La huella de Ingmar Bergman se extiende a dignos herederos de su estilo torturado. Simon Staho, entre otros realizadores suecos actuales, tomó el relevo con una road-movie acerca de la despedida de un potencial suicida. Un par de cámaras dentro de un coche registran las últimas horas de un hombre vencido, interpretado por un excelente Mikael Persbrandt que carga con casi todo el peso, mientras va diciendo adiós a todas las personas que han significado algo importante o con las que se ha implicado, añadiendo también a una prostituta que Thomas recoge en un barrio deprimido. Todos estos secundarios van marcando una impronta duradera con sus breves apariciones. Staho hace recaer el drama al completo en la fuerza de todos estos personajes que interactúan sucesivamente con Thomas en un clima de desesperanza y derrota, remarcado por el cielo gris y lluvioso al otro lado de las ventanillas del vehículo. Los diálogos bergmanianos sueltan dardos punzantes, abren simas de un tormento vasto y crónico, sugieren un pasado muy turbio, silencian lo que el espectador puede adivinar por sí mismo y se debaten entre la callada desesperación por buscar una brizna de consuelo que no llega, y el impulso de hacerse daño mutuamente, una pequeña venganza recíprocamente infligida por haber sido cobardes para amar limpiamente, para reconocer el amor, o siquiera para haber amado lo suficiente.
El amor, o la incapacidad para afrontarlo, ha sido lo que ha llevado a Thomas hasta la decisión crítica.
El 9 de septiembre de 2003 es el peor día de la vida de un padre, marido, hijo, hermano y amigo que se despide.
O el día que él creyó que era el de su liberación.
Ojalá las cosas hubieran sido tan sencillas como el consejo de la joven prostituta: Todo lo que tienes que hacer es ir y darle un beso de buenas noches.