Deadpool 2
Sinopsis de la película
Wade Wilson (Ryan Reynolds), mejor conocido como Deadpool, su nombre de batalla e identidad antiheroica, está de regreso con Deadpool 2 y en esta ocasión su misión será salvar a un chico llamado Russell (Julian Dennison) de las manos de un poderoso rival llamado Cable (Josh Brolin). En aras de dar cumplimiento a su tarea el antihéroe formará un grupo al cual pondrá el nombre de X-Force. Secuela de la exitosa película (recaudó más de 780 millones de dólares en todo el mundo) parodia de los superhéroes mutantes del 2016, también protagonizada por Reynolds.
Detalles de la película
- Titulo Original: Deadpool 2
- Año: 2018
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
6.8
25 valoraciones en total
Reconozco que en varios momentos de Deadpool 2 me reí con ganas, ya que mantiene esa irreverencia insolente recubierta con cierta genialidad para burlarse de todo. La combinación de vulgaridad casposa y humor corrosivo funciona en numerosas fases del metraje. Y es precisamente ese aire desenfadado el que salva la película, ya que la acción, los héroes y los villanos solo pueden digerirse porque están rebozados de una picante capa de comicidad. Sin embargo, desde un punto de vista cinematográfico, sus carencias resultan tan evidentes como la desproporción de esta segunda parte. El largometraje es una concatenación de gags que resultarían igual de efectivos si se hubiesen equivocado en la sala de montaje al ordenar las escenas. De la misma forma que el tráiler por sí solo ya arrancaba alguna sonrisa, o el famoso vídeo de promoción junto al ex futbolista David Beckham parecía muy divertido, lo mismo sucede con numerosas secuencias del film. En ese sentido, considerando que el divertimento es su principal (más bien, su único) objetivo, justo es reconocerle que lo alcanza. Cuestión distinta supone valorar la historia, la narración, el estilo, el ritmo, la puesta en escena, es decir, el producto cinematográfico. Y en ese ámbito los déficits son importantes.
Como ya me sucediera con títulos como la primera parte de Kick-Ass o alguna de las entregas de Austin Powers, la descontrolada furia aderezada de gracia de la una y el desenfreno ocurrente de la otra me hicieron disfrutar durante varias tramos de la proyección, si bien su visión en conjunto me produjo mayor pereza. En el caso de Deadpool 2, su afán por la parodia -incluyendo la autoparodia- se agradece y, además, neutraliza el peligro de fomentar la grandilocuencia y el exceso. Explosiones, persecuciones, huidas y peleas se diluyen en su propia desproporción, dado que la sobredosis de chistes y gracias nos recuerda que nada de lo que se ve debe tomarse en serio y que todo está al servicio de una mofa, a veces ingeniosa, a veces chabacana, pero siempre irónica.
Dirige David Leitch, un experimentado especialista que ha participado coreografiando secuencias de acción y sustituyendo en las escenas peligrosas a los protagonistas de títulos tan destacados como El ultimátum de Bourne, V de Vendetta o Sr. y Sra. Smith. Como realizador ha firmado la decepcionante Atómica, junto a Charlize Theron y la irregular John Wick (si bien su labor no aparezca reflejada en los títulos de crédito). Consigue adaptarse bien a un producto muy marcado por el descaro. Lo que cuenta, en realidad, da igual. No ofrece una trama convencional, pero tampoco lo pretende. En esta parodia desmesurada lo único que cuenta es la capacidad para provocar. El toque gamberro constituye la auténtica marca que define a una saga que, como ya era previsible, ha anunciado su tercera entrega.
Ryan Reynolds vuelve a interpretar a la dualidad Wade Wilson/Deadpool. Se trata de un intérprete con muchos y sonoros desatinos en su carrera profesional, pero también con algunos trabajos interesantes (Buried, Definitivamente, quizás). Su intención de explotar el éxito de esta franquicia en X-Force y Deadpool 3 y de reiterar errores pasados como participar en una segunda parte de El otro guardaespaldas, evidencia su errática trayectoria. Le acompañan Josh Brolin (No es país para viejos, Mi nombre es Harvey Milk, Sicario), Morena Baccarin (vista en la serie televisiva Homeland), Zazie Beetz (Geostorm) y Brianna Hildebrand (First Girl I Loved). Todos ellos se entregan a este descaro políticamente incorrecto y cinematográficamente discutible, pero humorísticamente efectivo.
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@gerardo_perez_s
El cine de superhéroes se ha convertido en el western del siglo XX, un público en masa acude al cine con ansias de ver al superheroe/es de turno salvar el mundo (me gusta la idea de dentro de un par de décadas esta generación vea estas pelis con sus hijos igual que la generación de mis padres y abuelos hace con las pelis de vaqueros). Pero Deadpool 2 se sale de la tónica de este género con una bestialidad desconocida, si la primera parte ya fue todo un halo de originalidad y aire fresco, en esta ocasión multiplican la barbarie y el humor de mal gusto a unas dimensiones inéditas, Ryan Reynolds (el alma y el corazón de este personaje) es un tipo con un gran sentido del humor, nadie sabe reírse de sí mismo como lo hace él, y durante 111 minutos (parece mucho más larga de lo intensa que es) lleva al personaje a una hilaridad mucho más redonda que su predecesora, con personajes más completos y más absurdos tambien (con la dificultad que lleva casar esos dos términos).
Si alguien me preguntara ¿Cual te ha gustado más, Infinity War o Deadpool 2? Sería incapaz de responderle, a pesar de ser películas del mismo género, son muy diferentes. SI Deadpool tenía calificación R, Deadpool 2 se pasa la R por las partes bajas de Reynolds.
Lo peor de todo es que con la tercera parte volverán con la estrategia de pasarse cuatro pueblos en cuanto violencia y humor gamberro, y puede que se pasen, ya lo veremos, de momento a disfrutar de esta maravillosa locura
Fui a ver esta película, porque la primera parte me gustó. El tono chulesco del anti-héroe, no estaba muy visto en el cine y me enganchó su desparpajo y su pasotismo.
Esta película, para mi, deja mucho que desear. Deadpool sigue siendo pasota pero ya cansa su actitud hacia todo, los chistes aparecen en cada momento y cansa bastante.
Las escenas de acción se hacen lentas y a veces, estás deseando que acabe la película porque es un conjunto de gags que no tienen ni pies ni cabeza.
Me gustó más la uno con diferencia. En esta se salva, Josh Brolin, que hace muy bien el papel de Cable. Ryan Reynolds me parece que sobreactúa, ya no le veo tan espontáneo como en Deadpool 1.
No entiendo la puntuación tan alta.
Lo mejor los postcréditos del final.
Que vayas a ver ‘Deadpool 2’ al cine implica que vas a encontrar una película realizada por personal que se quiere divertir y que quiere divertir. La historia del superhéroe más carismático, deslenguado y seguramente irresponsable del panorama ya hizo las delicias de muchos de los que visionaron su primera entrega en el cine y, en ésta ocasión, aunque no al mismo nivel, mantiene esas ganas de hacer disfrutar en la butaca.
La misma seriedad que en su antecesora, en ‘Deadpool 2’ tenemos una historia de un tono más serio, pero no nos dejemos engañar por esto puesto que, aunque el fondo pueda tener mayor seriedad el envoltorio es un amalgama de estupideces varias, frases sacadas de contexto, sarcasmo, bromas al propio gremio cinéfilo y un caradura como un castillo de grande. Ryan Reynols se lo pasa en grande y se nota, disfruta de cada minuto dentro del traje de Deadpool y eso le insufla una calidad a su interpretación aún mayor. Tiene el gran porcentaje de buenas bromas y diálogos, obviamente, pero les un completo en cuanto a reparto. Los compañeros de interpretación danzan al ritmo que las palmas de Reynods dictan pero sin descompasar: Josh Brolin está casi igual de bien de Cable como lo estuvo de Thanos. Zazie Beetz como Domino, Brianna Hildebrand, Morena Baccarin e incluso Stefan Kapicic como Coloso no pierden el ritmo de Ryan Reynolds.
Las escenas de pelea incluyen momentos innecesarios de violencia y otros en los cuales piensas en la imaginación de los coreógrafos. Ésta muestra de poderes y los juegos de cámara cuando la acción entra mantienen un punto extra de tensión que, unido a la música mantienen el ritmo de la historia sin que haya bajas en la misma.
De hecho el comienzo es arrollador en casi todos los sentidos. Un comienzo vertiginoso y rápido que introduce una película que no agobiará, pero tampoco dejará descansar. La rotura de la cuarta pared ayuda un poco a todo, tanto a las risas y facilidad en las bromas, como a la narración y al equilibrio de la película, que no caiga ni en el aburrimiento ni en el extra de velocidad.
Si a todo esto añadimos que la película es súper gamberra, que no busca nada profundo, que incluso llega a reírse de sí misma en muchos de los momentos del metraje y las referencias cinematográficas que encontramos en ella… estamos ante una segunda parte que sigue la estela del buen debut que en su día tuvo el superhéroe más macarra que se recuerda: Deadpool.
Si algo sé de cine es que, para disfrutar de él, hay que saber valorar las pelis en su contexto. No podemos meter en el mismo saco películas de acción como puede ser Die Hard (sorprendentemente en española conocida como la Jungla de Cristal) o comedias de Woody Allen. Cada una es un mundo distinto, y deberíamos (tampoco hay que sentirse obligado a ello, es más una recomendación) saber valorar cada una dentro de ese mundo. Y el mundo de Deadpool, es el mundo de Deadpool. Creo que hablo en nombre de muchos cuando digo que, acostumbrados a consumir el reiterativo cine de superheroes actual, Deadpool consigue darnos una ducha de agua fría y un buen café y así sacarnos del sopor y la rutina a la que podemos tender si nos descuidamos. Ya sea gracias a su bien llevada (que no debemos olvidar que podría ser un desastre) ridiculización de la figura típica de superheroe, gracias a sus referencias impredecibles o gracias a un señor quemado bastante repulsivo con catanas y pistolas que se pone a hacer chistes en cualquier momento que estas películas, a mí por lo menos, me hacen pasar un buen rato, ¡Y qué buen rato! Tanto con la primera entrega como con la segunda he disfrutado mucho, y las tengo (o tendré) a buen recaudo en mi estantería, listas para sacar el mal gusto y la hipérbole a relucir de vez en cuando .
No hemos de olvidar que los griegos ya hacían a su manera comedias que ridiculizaban a todo el mundo sin pudor, y creo que más de 2000 años después y suponiendo que hemos avanzado un poco podemos permitirnos un Deadpool merodeando por las salas de cine.
El motivo de que esta segunda parte, como ya he comentado en el título, no me parezca que está al nivel de la primera es que pese a momentos bastante buenos, creo que no alcanza la redondez de la primera y además, algunas tomas se me hacen un poco duras (ver spoiler) también el personaje del niño no me acaba de convencer, aunque dejo para un revisionado el hacer una valoración más objetiva de él.
Por lo demás, me podría poner a comentar muchas cosas que me encantaron (ver spoiler para escenas en concreto), pero, creo que con una palabra me basta para resumirlo: ¡¡DEADPOOL!!, que…. es lo que queríamos ¿verdad?