Day of the Tentacle

2 comentarios en «Day of the Tentacle»

1. Para algunos, obra cumbre de las aventuras gráficas. Máximo exponente de un género que vivió su época de gloria durante la segunda mitad de los ochenta y tres cuartas partes de los noventa. Un trabajo conocido y reconocido por todos los aficionados que, sin embargo, requiere retroceder unos años para entender su concepción.

   En 1984, Ron Gilbert, hoy uno de los popes de las aventuras gráficas, entró a trabajar como programador en Lucasfilm Games para un videojuego llamado Koronis Rift . No obstante, justo un año después, Gilbert y Gary Winnick, un compañero con quien hizo buenas migas, empezaron a idear una aventura gráfica basada en una mansión tétrica y unos personajes bastante tarumba. Una ambiciosa, en donde el humor negro tuviera una gran presencia, y que apostase por la rejugabilidad al ofrecer controlar distintos personajes. Dos años después ese juego tendría nombre, Maniac Mansion .

   Maniac Mansion fue una de las diversas aventuras gráficas que Lucasfilm Games (luego Lucasarts) desarrolló en los años siguientes, unas veces con Gilbert como peso pesado en el proceso, otras con colegas suyos. Sin embargo, y poco después de la salida al mercado de Monkey Island 2: LeChucks Revenge (1992), Gilbert abandonó la empresa. Tras de sí dejaba una poderosa herramienta de desarrollo, SCUMM, y a unos colegas con personaliades afines a los que había formado en su uso. Entre ellos, Tim Schafer y Dave Grossman.

   Schafer y Grossman se habían incorporado a la plantilla a finales de los 80 y, desde entonces, habían trabajado con Gilbert, pero nunca habían dirigido su propio juego, por lo que era el momento. Tras una ayuda inicial por parte de Ron, quien planteó unas líneas generales antes de su salida, Tim y Dave empezaron a desarrollar un juego que continuaría la historia de Maniac Mansion tras varios años. No obstante, el nuevo trabajo, a la postre Maniac Mansion 2: Day of the Tentacle , potenciaría todos los elementos ya conocidos, empujando los diálogos y situaciones hasta límites extremos e irracionales. Es lo que algunos apodan lógica lunática , entendida como una sucesión de razonamientos absurdos e inconexos que solo tienen sentido al final.

   Artísticamente se apostó por una estética análoga a la usada por los dibujos animados de Chuck Jones y los Looney Tunes , dando un tono caricaturesco tanto a los personajes como a los escenarios, todos deformes en sus rasgos (véase spoiler 1). También fue el primer juego en incluir voces, aprovechándose de la progresiva popularización de la informática multimedia (los CD-ROM, vamos). Algo imprevisto, pero decidido en los últimos meses por temor a que el juego no vendiera bien. En cualquier caso, como también se comercializó en disquette (ni por asomo todos tenían una unidad de CDs en el 93), hubo que cercenar ese añadido para este último formato.

   Maniac Mansion 2: Day of the Tentacle también destacó por el uso de la tecnología iMUSE, que hoy sabe a poco, pero que fue revolucionaria por entonces. Una que permitía que la música transicionase con suavidad entre melodías distintas, evitando una parada y arranque abruptos, amén de lograr una sincronización entre lo que sucedía en la pantalla y lo que sonaba. Y también fue el primer juego de Lucasarts en incluir una introducción animada de varios minutos, en desmedro del texto sobre imágenes estáticas.

   Day of the Tentacle vendió unas 80.000 copias, lo que supuso una mejora frente a las nada amables cifras de ventas de, por ejemplo, los juegos de Guybrush Threepwood (véase spoiler 2). Pero tampoco fue un bombazo comercial. La crítica, eso sí, lo alabó. A pesar de ello, yo mantengo la creencia de que fue en los años venideros, con la llegada de Internet y la saturación del mercado de videojuegos a base de FPS y RTS, cuando esta aventura se revalorizó, convirtiéndose en obra de culto. En cierto modo, elevar esta creación a los altares fue la respuesta rebelde a la casi desaparición de las aventuras gráficas.

   A día de hoy, Day of the Tentacle goza de una popularidad suprema, hasta el punto de estar considerado lo mejor dentro del género. No comparto totalmente esa idea, pues el juego se especializó en un nicho muy específico dentro de las aventuras gráficas. Uno en donde el humor surrealista dominaba. Ahí sí que es el amo y señor de forma indiscutible. Pero no todas las aventuras gráficas tenían obligación de ser un desbarre humorístico.

   En resumen, la clase de producto que hay que jugar para entender un poco mejor cómo ha evolucionado la historia de los videojuegos. Jugarlo hoy día no deparará las mismas sensaciones y sentimientos que en 1993, pues los juegos, como las películas, tienen su contexto. Con los avances espectaculares de la tecnología actual, se hace muy difícil apreciar lo que este juego supuso hace casi treinta años. Pero, al menos, podrá conocer de primera mano cómo era.

2. Explicar ésto no es fácil…Sabes cuando una historia es tan absurda que al final es buena? Pues éste es el caso. Se puede notar que estaban inspirados, personalmente, para mí fue la penúltima obra excelente en Lucasarts hasta The curse of Monkey island.

   Se trata de una historia que aunque encaja en ciertos contextos, es inclasificable y muy divertida, al menos una sonrisa te saca. La ambientación, los personajes, la historia en sí…Es totalmente excelente, por algo Grossman y Schafer, junto a Ron Gilbert fueron los artífices de Monkey island.

   El guión es muy extenso, ofreciendo una diversidad de diálogos que supera a Indiana Jones and the Fate of Atlantis, que por cierto, Hal Barwood (director de Fate of Atlantis) gestionó la secuencia de apertura, que fue magistral.

   Realmente es difícil explicar con o sin spoilers lo que es Maniac Mansion 2: Day of the tentacle. Si conoces Monkey island, imagínate un guión de ese estilo pero mucho más absurdo, si no sabes cómo es Monkey island, pues…Una historia muy absurda y sin límites, ya que el guión del juego es de lo más absurdo que se puede encontrar, y encima con la influencia de Chuck Jones (cuyas bromas clásicas ya se apreciaron en los Looney tunes).

   En general, te puedes esperar cualquier cosa, ya que su calidad de escritura es máxima, y con unos gráficos visualmente intachables para poder ser como una película de animación de Chuck Jones, es una auténtica obra maestra, funciona en todos los sentidos, ojalá hubieran realizado una secuela, pero claro, no todo se puede tener, y en esos años hubieron complicaciones en Lucasarts, así que…

   Hay detalles concretos que sólo contaré en la sección, ya que aunque sean cosas que se vean en los tráilers, pero en mi opinión podrían fastidiar un poco la experiencia.

   Se trata de una comedia trascendental que podría ser perfectamente una película de animación que si se arreglan las limitaciones políticas de la Academia ganaría el Óscar a la mejor película de animación.

   Yo solo querría saber una cosa: Tim Schafer, Dave Grossman, para cuándo el Maniac mansion 3?