Curtiz
Sinopsis de la película
Mientras Estados Unidos se prepara para entrar en la Segunda Guerra Mundial, el director de cine húngaro Michael Curtiz lidia con una intervención política y una relación disfuncional con su hija en medio de la problemática producción de Casablanca en 1942.
Detalles de la película
- Titulo Original: Curtiz
- Año: 2019
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
5.7
52 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Altay Lawrence
- Andrew Hefler
- Árpád Szöczi
- Björn Freiberg
- Caroline Boulton
- Christine Grace Szarko
- Christopher Krieg
- Csenge Tálas
- Dániel Gábori
- Dávid Fecske
- Declan Hannigan
- Evelin Dobos
- Ferenc Lengyel
- Jeremy Wheeler
- Johnny K. Palmer
- József Gyabronka
- Kata Sarbó
- Lawrence Masella
- Lili Bordán
- Maria Douwes
- Michael Plyler
- Michael Treder
- Nikolett Barabas
- Óscar Reyes
- Rafael Feldman
- Roderick Hill
- Sándor Köleséry
- Scott Alexander Young
- Yan Feldman
El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos , le dice Ilsa Lund a Rick Blane, mientras la Gestapo anuncia la ocupación de París. Después volverán a encontrarse en Casablanca, pero todo será diferente. Un plano, el de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, y una frase, que son de los momentos más recordados de Casablanca (1942). Obra entre las obras del cine clásico, que resiste al paso del tiempo como ninguna.
Tal vez la película cumbre del húngaro, Michael Curtiz, que previamente había rodado otra de mis favoritas: Ángeles con caras sucias. Y ese mismo año facturaba Yanqui Dandy, también con James Cagney. Sin embargo, Curtiz siempre tendrá en Casablanca su recuerdo perpetuo, pese a ser uno de los cineastas más prolíficos de la historia de Hollywood.
Dada la envergadura de este clásico, desde Hungría también y disponible en Netflix, llega una especie de aproximación a la figura de este director, con el rodaje de Casablanca como telón de fondo. Su título: Curtiz. No es un biopic al uso, pues la película nos presenta al cineasta ya en Hollywood, rodeado de lujo y éxito. Una suerte muy dispar a la que viven sus compatriotas (familiares incluidos) en Hungría.
A finales de 1941, tras Pearl Harbor, Estados Unidos entra de lleno en la Segunda Guerra Mundial, y el cine es el mejor vehículo para levantar el ánimo a la tropa. Así la Warner, dada su exitosa colaboración con el húngaro en el pasado, le encomienda el rodaje de esta película, bajo la supervisión del establishment.
Michael Curtiz era, según las crónicas, una persona con genio y carácter, amante de los placeres de la vida, como el sexo y el alcohol. Y a menudo eso se mezclaba en sus rodajes. Imposible coger la cámara y dejar a un lado su tumultuosa vida personal.
En esa personalidad se centra, sobre todo, la película de Tamas Yvan Topolanszky. Más un drama biográfico, que la propia construcción de Casablanca. Esto último va quedando en un segundo plano, con chispazos de cómo (se supone) Curtiz dirigía al reparto, mostrándonos sus animadversiones y dudas hacia Bogart. Incluso llevando al límite a muchos del elenco.
Esa especie de cine dentro del cine que a mi, personalmente, me gustó mucho en Cazador blanco, corazón negro, o Vivir rodando. Pero ya digo, se aparta de ese camino, poniendo el foco en la azarosa vida familiar del húngaro. No hay un equilibrio y a pesar de ello, a mi me convence. Me dan ganas de ver de nuevo a Bergman, Bogart, Lorre y cía. Por eso en Curtiz, hubiese deseado menos drama y más entresijos de Casablanca. Algo estilo: Sesión continua.
Y es que en el fondo, Curtiz está rodada con cierto encanto que evoca a esa época dorada del cine. Una suerte de retorno al pasado que se consigue gracias a la magia del blanco y negro. Posee cierto ese magnetismo que te hace estar atento a la pantalla, sin importar lo que sucede alrededor. Ya me ocurrió con Cold War. Hay ocasiones, de hecho, en que pareces estar en pleno 1942, con el mundo derrumbándose mientras se hacen obras maestras del cine.
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CURTIZ Del director y guionista húngaro Tamas Yvan Topolanszky,
Narra la historia del controvertido director del famoso clásico del cine: Casablanca . Más allá de su fama y premios (Oscar como Mejor Dirección) la trama se centra en su vida personal en el marco de la Segunda Guerra Mundial, con las presiones políticas que pretendían hacer del film un panfleto exitoso para los aliados.
Buenas actuaciones en un artístico blanco/negro.Convincente actuación de Björn Freiberg en el marco blanco/negro creado por el director húngaro. Se nota que se han comprendido mutuamente. Digno homenaje al cine clásico.
Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
A mí ha gustado bastante, quizás porque me gusta mucho el cine y sus entresijos, y no soy de los que idolatran Casablanca a pesar de sus muchas excelencias. Tal vez esta sea la razón para no haberme visto defraudado por la película homenaje de Tamas Yvan. No esperaba nada especial, solo la crónica de un rodaje y sus ya consabidas dificultades. Sin embargo la película ahonda en los principios morales del director Michael Curtiz en cuanto a su oficio, que nada tiene que ver con los particulares como persona. En este punto llegas a odiarlo, ya que su comportamiento deja mucho que desear. Y es aquí donde la cinta gana enteros, cuando nos hace ver que a pesar de la fama, la inteligencia y el poder, uno puede fracasar como ser humano en otras importantes áreas. Por lo demás, el filme está muy bien fotografiado y las interpretaciones son excelentes.
La he calificado con un 5 de pasable por su esfuerzo, desde cierta perspectiva húngara, de hacer un homenaje al complejo rodaje de la mítica Casablanca, pero realmente podría haberla puntuado bastante peor. Acercarse al rodaje de Casablanca es un empeño cinematográfico que nos tendría que enganchar, seducir, atrapar, emocionar… pero sólo consigue un poco de suspense al hacernos esperar las circunstancias que pudieron inspirar su famoso final . Pero no, no hay poesía -ni música que nos alcance- en este filme sobre una película tan amada y tan impregnada de Historia.
Los actores no transmiten porque son estereotipos, aunque la culpa no es suya sino del guión que pretende darles vida de un modo tan lamentable. Puede que con este filme sí aprendamos algo: lo cruel y desagradable que era Curtiz, pero una vez que nos ha planteado esta cuestión… la película apenas va más allá.
¡Que diferente del bello homenaje que, desde otra perspectiva, le dedicó Woody Allen a Casablanca con el guión de Sueños de un seductor (Play It Again, Sam) dirigida por Herbert Ross en 1972! Perdonad que haga esta comparación bastante absurda (las dos películas no tienen mucho que ver entre sí), aunque lo cierto es que al ver Sueños de un seductor (tan divertida, poética y cinéfila) entraban ganas de volver a ver Casablanca, mientras que la húngara CURTIZ… casi consigue lo contrario, y con una estética en blanco y negro que, en definitiva, es muy gris.