Cuento de Navidad
Sinopsis de la película
Ebenezer Scrooge (Jim Carrey) es un personaje malhumorado y gruñón que trata con desprecio y malos modales a su fiel empleado Bob Cratchit (Gary Oldman) y a su alegre sobrino (Colin Firth). Pero, cuando el espíritu de las Navidades pasadas, presentes y futuras lo arrastra a un viaje durante el cual descubre verdades que siempre se ha negado a ver, el corazón del viejo avaro se ilumina y se da cuenta de que debe actuar inmediatamente para contrarrestar tantos años de egoísmo y rencor. Adaptación del clásico de Charles Dickens, que usa la misma técnica de animación que Polar Express y Beowulf .
Detalles de la película
- Titulo Original: Disneys A Christmas Carol
- Año: 2009
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
6.2
82 valoraciones en total
Lo ha conseguido de nuevo, tras Polar Express, Robert Zemeckis ha vuelto a hacer la película de las Navidades.
Muchos se quejarán de que la historia de Cuento de Navidad está más que trillada, que se trata de una estrategia comercial, etc. Yo, en cambio, pienso que de una lectura de Dickens pueden sacarse tantos puntos de vista, que nunca se harán demasiadas películas para alcanzarlos.
Para quien aún no lo conozca, Cuento de Navidad narra la historia de Ebenezer Scrooge, un viejo gruñón y agarrado que detesta todo lo que le rodea y desprecia, por tanto, la Navidad, amargando a todos los que conviven con él mientras lleva una vida solitaria. Pero en Navidad todo es posible, y pronto recibirá una oportunidad de cambiar, antes de que sea demasiado tarde…
Con esta premisa inicial, muchos directores han desarrollado sus films adaptándolos a su punto de vista. Pues bien, nos encontramos, en mi opinión, ante una de las mejores adaptaciones del relato. Zemeckis utiliza la animación digital, que ya utilizó en Polar Express, para dar vida a Scrooge, interpretado por un magnífico Jim Carrey que también da vida, aunque suene contradictorio, a los tres fantasmas (pasado, presente y futuro), siendo este un punto de vista alternativo y curioso que da lugar a una doble interpretación del relato que nunca antes se había ofrecido. Encontramos también a actores de la talla de Gary Oldman o Colin Firth, que han pasado por el ordenador y con unos magníficos resultados, no solo como actores, sino como personajes de un cuento infantil que parece grotesco y tenebroso por momentos.
Y esa es otra de las cualidades del Cuento de Navidad de Zemeckis, su caracter infantil, para disfrute de los más jóvenes, y su caracter más grotesco y tenebroso, que hará las delicias de los adultos.
Por otro lado, el 3D ofrece una nueva perspectiva también destacable, que ayuda a introducirte en el Londres victoriano, a compartir ángulo de visión con el cascarrabias Scrooge y a viajar junto a los fantasmas que ofrecerán, cada uno, una perspectiva diferente de la navidad.
Finalmente, y a modo de predicción, creo que se tratará de la película de estas Navidades, es idónea para el momento, adecuada para todo tipo de público y, ante todo, una auténtica joya de la animación digital.
Después de todas las adaptaciones sobre el clásico cuento de Dickens que se han hecho no es nada fácil añadir una más, pero Robert Zemeckis se apoya en sus dos grandes bazas: un presupuesto de 200 millones de dólares que se traduce en unos efectos visuales asombrosos y una cuidadosísima fiabilidad del cuento de Dickens que va desde todas y cada una de las palabras que se dicen hasta la elaboración de los mínimos detalles.
La historia nos puede sonar más o menos ya que se trata de un cuento bastante popular, a un anciano gruñón que no soporta la Navidad le visitan tres espíritus que gracias a viajes en el tiempo le harán cambiar de actitud. Es de esas películas en las que no hace falta pensar mucho, de esas con las que simplemente disfrutas de los bien hechas que están artísticamente, con las que puedes ir fijándote en cada detalle de la escena sin importar demasiado si te estás perdiendo algo del argumento. Eso es lo bueno de Cuento de Navidad , su poder visual que no esconde el sentimiento y la emoción de la historia, sentimiento que sí consigue llegar y transmitir al espectador.
La radical fiablidad del director lleva a esta película a barajar y mezclar varios géneros que distan bastante de la comedia y la alegría que parece contener, como el drama, la acción e incluso el terror. Sin embargo, en su conjunto, todos estos géneros parecen encajar perfectamente sin hacerse sombra los unos con los otros.
Cuento de Navidad es entretenimiento y consumo palomitero para todos los públicos, aunque este tono más oscuro de la película pueda asustar a los más pequeños. El uso del 3D es espectacular y la potencia visual de lo mejor, mucha atención a los viajes aéreos por el Londres del siglo XIX y a los efectos especiales que se utilizan en las escenas de más acción. Además el cuento logra su objetivo y consigue emocionarnos con un Jim Carrey totalmente desconocido. No os la perdáis.
Tengo que advertir que mi crítica puede estar afectada por la versión musical de la inmortal obra de Charles Dickens de los años 70, el Scrooge de Robert Neame y de Albert Finney. Este película es una de las que recuerdo con más constancia y cariño, y que más fácilmente me retrotrae a mi infancia y mis navidades, que son conceptos que, por cierto, van intrínsecamente unidos.
No esta la única versión, ha habido muchas más, por lo que es comprensible que el casi siempre eficaz y artesanal Robert Zemeckis, aprovechando el paso del tiempo y el avance implacable de la tecnología, haya querido hacer la suya, adaptada a los tiempos modernos.
Se utiliza la técnica de los dibujos animados hechos de forma hiperrealista, con la sensación de seres de carne y hueso, especialmente el huesudo Mr. Scrooge. Ayuda a esa sensación, esa tercera dimensión añadida, y ahora tan en boga, que te obliga a ponerte gafas, o como en mi caso, gafas sobre gafas, aunque no sé si justifica los dos euros y medio que te clavan de más.
Lo que más me ha llamado la atención es la ambientación conseguida, se diría que estamos inmersos en el Londres plenamente decimonónico, con sus calles llenas de nieve y barro, sus carruajes de caballo, su pobreza, la oscuridad levemente atenuada por la luz que desprende las velas, y el frío, sobre todo, ese frío que ahora, acomodados en nuestras confortables casas, se nos antoja imposible de soportar.
La historia que se nos cuenta es la ya sabida por todos, no se cuenta nada nuevo, pero no por ello nos aburrimos, aunque no entiendo muy bien por qué no se ha esperado a estrenarla en navidad.
Respecto a otras adaptaciones, hay más vuelos, hay más fantasmas y más espantosos, más escenas que con facilidad rompen la realidad y la convierte directamente en infierno, pero ninguna como, por ejemplo, aquella de esa adaptación de la que hablaba al principio, donde todos los deudores del usurero Scrooge bailan y cantan encima de su ataúd dándole las gracias por su muerte. Ya lo decía Sartre: El infierno son los otros, y, añado yo, para descender a él no hace falta grandes alardes de dibujantes ingeniosos, sólo hace falta mirar un instante la cara miserable de Scrooge.
Robert Zemeckis era un tipo que hacía películas. Ahora hace cosas muy raras. Porque Cuento de Navidad es un espectáculo de parque temático. Su intención principal es provocar el asombro con las imágenes. Y como uno está pendiente de eso, la película pasa a un tercer plano, y ahí discurre sin pena ni gloria. Como Beowulf. Todo es frío, plano, sin chispa, sin gracia. Porque el guión es malo, no sabe lo que quiere, tenebrosa y aburrida para los niños, y tonta, ñoña, superficial y continuamente interrumpida por exhibiciones tecnológicas muy mal insertadas en la narración, para los adultos. El hombre que dirigió Regreso al Futuro tiene unos problemas de ritmo y de tono increíbles. Y aunque el motion capture va mejorando, está a años luz de la vital expresividad que consiguen los animadores de Pixar, Dreamworks etc. Exceptuando a Scrooge, el resto de pesonajes están desvitalizados. Nada transmiten.
Una pena lo de este hombre que se ha dejado seducir por los cantos de sirena de la tecnología, y se ha olvidado de cómo se hace una película.
Fiel a Dickens y fiel a Disney. Las dos cosas son tan ciertas como incompatibles.
Más que una adaptación es el texto original, prácticamente tal cual. Pero lo de Dickens era un cuento gótico ambientado en Navidad y lo de Zemeckis es un cuento navideño de Disney, visto hasta la saciedad.
El problema no es el fondo, sino la forma:
No sé si en una peli de éstas se puede hablar de movimientos de cámara, pero el caso es que las secuencias giran bruscamente sobre sí mismas, como si bailasen el vals. Qué mareo. Yo me cago en las 3D.
Al fantasma de las navidades pasadas dan ganas de escupirle, a ver si se le apaga la llamita. Y esos susurros… Insoportable.
El fantasma de las navidades presentes es una mezcla entre anuncio de turrón de Suchard y papá Noel de centro comercial de extrarradio. A este dan ganas de pegarle un puñetazo, a ver si se calla. Qué horterada de fantasma. Qué molesto.
Parece que Scrooge, en vez de estar presente en las diferentes secuencias temporales, las esté viendo en una tele de plasma. Queda raro.
El fantasma de las navidades futuras no es gran cosa, pero sin duda es lo mejor. Mucha imaginación no le han puesto al diseño, gracias a Dios.
A Gary Oldman no se le veía tan feo desde Drácula.