Cuando los ángeles duermen
Sinopsis de la película
Germán, un honrado padre de familia, ve cómo todo su mundo se tambalea la noche en que, conduciendo de regreso a casa, atropella accidentalmente a dos chicas adolescentes. A partir de ese momento, Germán tendrá que hacer todo cuanto esté en su mano para evitar que su vida quede destrozada para siempre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cuando los ángeles duermen
- Año: 2018
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
5.2
23 valoraciones en total
Meter a un tipo normal dentro de una situación extrema, a raíz de un conflicto aparentemente trivial -llegar a tiempo al cumpleaños de su hija-, conlleva orquestar un obligatorio tour de force cuajado de imprevistos y obstáculos en un guión cuyo grado de credibilidad decrecerá inversamente a su voluntad de mantenernos entretenidos. Por desgracia, en este caso, nos encontramos ante un disparatado carro de incongruencias en un guión cuyo grado de estupidez crece exponencialmente a su voluntad de tomar al espectador por imbécil. O tal vez ésa es la única forma posible de comprender a una caterva de personajes que se vuelven más idiotas a medida que avanza el metraje, situaciones que rozan el ridículo, diálogos bochornosos e interpretaciones juveniles indignas de una webserie amateur.
Cuando los ángeles duermen es la peor película española que se ha estrenado en salas comerciales desde Kibris, la ley del equilibrio (2005, Germán Monzó), y dentro de unos años, con toda seguridad, un terrible error del que tanto Julián Villagrán como Marián Álvarez negarán acordarse.
Hay películas que te las sabes de memoria sin haberlas visto, donde sólo un correcto trabajo actoral contrarresta el peso de la rutina. En otras, como ésta, sus actores tiran de oficio para contrarrestar la vergüenza que les produce salir en ellas. Algo muy gordo ha de pasar para que Cuando los ángeles duermen (2018, Gonzalo Bendala) no arrase en los próximos Yoga.
Cuando los ángeles duermen no queda nadie para protegernos, salvo nosotros mismos. Hasta las últimas consecuencias.
Esta es una película de grises. Todos somos capaces de lo peor y lo mejor, y la justicia ni siempre existe ni es justa.
Lamentablemente las reacciones de los protagonistas son un tanto inverosímiles (más en spoiler), lo que hace que resulte difícil meterse de lleno en la historia. La tensión por momentos está bien construida, mientras que otras partes se alargan más que una tarde de domingo desaprovechada.
Da más para corto que para película.
Me resultó una película entretenida, te mantiene despierto/a, no hay duda, también por el desasosiego que provoca en el espectador y los tiempos en los que se desarrolla la historia. Quiero pensar que no ocurran estas cosas, pero desde luego te hace pensar lo que puede cambiar la vida de alguien en un segundo.
El argumento en sí, la sucesión de acontecimientos y el final de la historia son un poco exagerados (aunque cosas peores se han visto) y en cuanto al papel que desempeña la Guardia Civil, se corresponde poco o nada con el que tiene en la realidad.
Es interesante el mensaje de la película sobre la responsabilidad al volante, aunque creo que se ve un poco empañado por el resto de acontecimientos y el final del largometraje.
¿Una historia ridículamente inverosímil? Si
¿Una película recargada? Si
Justo el día del cumpleaños de la niña, justo un marido trabajolico en deuda con la mujer, justo el vecino seduce a la esposa, justo el jefe es un idiota abusador, justo la testigo es una loca neurótica, que justo se había peleado con los papas. Justo, justo, justo, demasiadas coincidencias, que vuelven todo burdo. Eso acompañado de una serie de sucesos y escenas realmente que rayan en lo absurdo dan como resultado una película inverosímil, imposible de tomársela en serio.
A pesar de eso, no me aburrió del todo.
Tanto su inicio como y su final, son prodigiosos, si tuviera que valorarla a través de ambos, la puntuación estaría rozando el 10.
Pero sucede que la parte, a mi entender, que más minutos ocupa, es la más floja, la menos entendible, y paradójicamente necesaria para construir un trabajo cuyo metraje se acerque lo mas posible a la duración comercial.
Algunas escenas largas, tediosas, a mi entender innecesarias y lastrantes, las he pasado a cierta velocidad para forzar el magnífico desarrollo final, que Gonzalo Bendala, su director, entrega con maestría.