Crin Blanca
Sinopsis de la película

Un muchacho llamado Folco encuentra por casualidad un caballo blanco salvaje en el Camargue, en el sur de Francia. Los rancheros intentan capturar el caballo, pero éste se escapa. El niño, sin embargo, intenta recuperarlo… Albert Lamorisse, que tres años depués realizaría el mediometraje de culto El globo rojo (Le ballon rouge, 1956), dirige esta aclamada historia sobre la infancia y la libertad premiada en Cannes con el Gran Premio del Jurado al mejor cortometraje.
Detalles de la película
- Titulo Original: Crin-Blanc
- Año: 1953
- Duración: 36
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Opinión de la crítica
Película
6.8
87 valoraciones en total
Junto con Bim, el pequeño asno (1950) y el El globo rojo (1956), Crin Blanca (1953) forma parte de la trilogía sobre la infancia del director Albert Lamorisse. A diferencia de El globo rojo , su obra maestra, Crin blanca acusa un tono adocenado que la hace recaer en el terreno de una simplicidad cursi, a pesar de una excelente fotografía, brillante por momentos.
Dentro de los aspectos positivos, cabe destacar la calidad no solo de los encuadres sino también de los travellings. Las escenas en que el joven Alain Emery ocupa la pantalla están marcadas por un apreciable tono poético, digno del mejor Tarkovsky. Entre ellas cabe destacar el cadencioso tránsito de Folco en barca por entre las marismas, la dramática persecución de Crin Blanca, con Folco arrastrado por los cañaverales y la escena final, con jinete y caballo, en frenética escapada. Dichas secuencias son poderosas y constituyen, por sí mismas, motivos suficientes para hablar de un corto bien hecho.
Sin embargo, como anticipábamos al comienzo, algunos defectos limitan la calidad final del producto.
En primer lugar, la tendencia al subrayado de la voz en off empobrece la obra, al darle un tinte moralizante prácticamente de cuento para niños. Ese tono, ya de por sí lamentable, no termina además de casar con el tono de verosimilitud adulto que el director parece pretender en otros tramos.
En segundo lugar, se percibe una cierta torpeza en el ensamblaje de la cinta, entre sus secciones más o menos documentales y las secciones ficticias. El tono poético de las escenas protagonizadas por Folco no se corresponde a la sequedad documental de otros momentos. Especialmente conflictiva (aviso a defensor de los animales) es la secuencia en la que el director filma un combate real entre Crin Blanca y otro macho dominante. Los mordiscos, reales, la sangre, también real, dan lugar a una cierta contradicción ética: mientras que se defiende el valor de la libertad animal que el caballo representa, se hace espectáculo, esclavizando mercantilmente, el dolor animal.
Todas estas contradicciones impiden que un filme de tan bella fotografía pueda levantar el vuelo más allá de la mera fábula sobre la infancia y la libertad.
Albert Lamorisse no es un director de cine, es mucho más, un artista, un poeta.
Si El globo rojo enamoró a los espectadores de medio mundo, esta fábula realizada tres años antes incluso la supera en calidad.
Con un sentido plástico excepcional y un sentido universal, es como si en esta cinta se encontraran cineastas de diferentes mundos y concepciones del cine, algunos posteriores en el tiempo: Jean Renoir, Flaherty, Stroheim, Satyajit Ray, Emilio Fernández, el Cinema Novo brasileño o Truffaut, así como el más puro western americano.
La inocencia, la pureza, la libertad, la independencia, la naturaleza, la amistad, la familia,el respeto a los animales, la confrontación del mundo infantil con el mundo de los adultos, los inevitables obstáculos de la vida y mucho más temas son ejes sobre los que pivota esta Crin Blanca , absolutamente recomendable para espectadores entre 0 y 99 años.
Uno de los films más hermosos que he visto en mi vida. Inolvidable
El cine de este director francés, que descubrí con el maravilloso cortometraje El globo rojo , merece sin duda un adjetivo para calificarlo: bello. En este caso es una vez más como una especie de cuento con su moraleja, donde nos enseña la tremenda manía del ser humano por querer dominar todo aquello que no se deja, lo salvaje, la belleza en este caso de un fiero caballo que no se deja domar. Como digo son historias sumamente bellas y nos pueden enseñar todavía algo de respeto por la naturaleza, en este caso. Como dato curioso señalar que Lamorisse es el creador del juego de mesa mundialmente famoso Risk , en principio llamado la conquista del mundo .