Crimen y castigo
Sinopsis de la película
Adaptación de la famosa novela de Dostoievski. Rodion Raskolnikov, un estudiante de San Petersburgo sin recursos económicos pero con síntomas de megalomanía, asesina a una usurera a la que considera una lacra social. Tras cometer el crimen, su vida se debate entre el amor que ha despertado en él Sonia, una joven prostituta, y el peso de los remordimientos que lo igualan al resto de los mortales…
Detalles de la película
- Titulo Original: Prestuplenie i nakazanie
- Año: 1970
- Duración: 221
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Opinión de la crítica
Película
7.7
81 valoraciones en total
Fiel adaptación de la novela de Dostoievski. Podría llegarse a pensar por su extenso metraje que se trata de una película lenta y densa, pero no es así, el protagonista comete su crimen rápidamente para introducirnos en la trama. La película está pensada para verse en dos partes, de una hora y tres cuartos cada una. Esto es necesario, pues se está adaptando una novela larga, con gran profundidad en todos los personajes, cosa que, aún así, resulta imposible de plasmar del todo.
Pero la película sabe captar el espíritu, el mensaje y trasladar la tensión, la amargura que destila la novela. Especialmente conseguidas y agobiantes son las escenas de Raskolnikov con Porfirio, personaje que intuye su culpabilidad en todo momento.
En blanco y negro y aún así con ese toque que da la película soviética de aquella época, hace uso de zooms y movimientos bruscos de cámara para introducir o sacar personajes de plano que encajan perfectamente con la atmósfera asfixiante del film. Conseguidísimo también el uso mínimo de música (chirridos y poco más) en las escenas de mayor remordimiento de Raskolnikov y destacable también un recurso tan sencillo como el sonido del corazón del protagonista para las situaciones más tensas.
Por algún extraño motivo no parece haber trascendido, cuando se trata de un excelente acercamiento a la complejísima obra de Dostoievski.
196/20(16/06/11) Gran adaptación rusa del clásico homónimo de Fyodor Dostoievski. Un film que recoge la intensidad y complejidad de la novela, una cinta extensa pero no aburrida, partida en dos partes, nos presentan sabiamente la decadente atmósfera del libro, en la que se mueven unos personajes al límite. La puesta en escena resulta opresiva, con una fotografía de Vyacheslav Shumsky en blanco y negro apagada que consigue impregnar de un aire trágico el relato, sabiendo trasladar en las escenas de interiores, que son la mayoría, la claustrofobia psíquica en que se mueven los protagonistas. El guión está muy conseguido recogiendo toda la gama de personajes del relato, con unos actores que lo bordan, especialmente sembrado está Georgi Taratorkin como el misántropo Raskolnikov, emite su labor la turbación enfermiza en la que se mueve, la marea de dudas en la que navega sin ton ni son, un tipo que se cree por encima del bien y del mal, y que por ello está facultado para cualquier tropelía, pues al creerse destinado ser un gran hombre, como el Napoleón al que venera, cualquier barrera que se le interponga le está permitido cualquier método para superarla, pues cual Maquiavelo piensa que el fin siempre justifica los medios, Raskolnikov mantiene unos diálogos excelentes con Porfiry Petrovich que lo encarna Innokenti Smoktunovsky, cargados de profundidad, se establece entre ellos una extraña relación de amor-odio, del que mana lo mejor de esta notable cinta. Dostoievski es reflejado de modo magnífico aquí, una obra que nos habla de lo que nos hablaban los fascismos, de que unos pocos están llamados por mandato cuasi divino a dirigir este mundo y lo que ellos hagan por el camino está justificado, pues hay personas que su vida no tiene importancia, son parásitos que si estorban se les elimina sin remordimiento alguno, y la cinta como el libro nos habla de la transformación de un tipo que se cree por lo alto de los demás y se encuentra de un modo religioso con que tiene sentimientos de culpa que siente que debe expiar. El relato discurre de un modo fluido, sin estancarse, ni hacerse pesada, con escenas de enorme fuerza, de las que dejan calado, con una evolución dramática emocionante. Como defecto pondría su final que no es fiel a la novela, corta en seco y nos priva de su epílogo (spoiler). Recomendable a los que gusten de cine que deja poso. Fuerza y honor!!!
Un actor es un ser sensible que dispone de su cuerpo, su mente y su espíritu, para extraer de sí la personalidad de otro alguien con el que representará la vida, pero, el mejor actor no representa a ese ser sino que se convierte en él mismo, porque por igual, el bien y el mal, lo noble y lo indigno, también están dentro de sí, y por esto, será capaz de aflorar aquello que, en su momento, estimule, es decir, un gran actor no finge sino que se encarna literalmente en su personaje.
En, <>, el director Lev Kulidzhanov, va a asegurarnos que encontremos actores de este calibre y la interpretación que nos ofrecen, Georgi Taratorkin (Raskólnikov), Innokenti Smoktunovsky (el inspector, Porfirii Petróvich), Efim Kopelian (Svidrigailov) y otros, nos dará la sensación de estar ante los personajes vivos como alguna vez los imaginara, Fiódor Dostoyevski.
Definida por su propio autor como, historia psicológica de un crimen, esta novela -publicada en 1866, luego de que, el año anterior, Dostoyevski firmara un abusivo contrato con el editor Stellovski quien se aprovechaba de la urgencia de dinero que, por entonces, tenía el escritor- es como él sugiere, un estudio de las singulares motivaciones que pueden ocurrírsele a un ser humano para cometer un asesinato… y sobre esto, el duelo de intelectos que se dará entre, Rodión Raskólnikov y el inspector Petróvich, es de antología.
Otro gran valor de la obra es el rol que representarán las mujeres, empezando por Dunia (Victoria Fiodorova), la hermana de Raskólnikov dispuesta a casarse con un tipo adinerado solo por ayudar a su familia. A ella la seguirá, Sonia Marmeládova (Tatyana Bedova), la joven que se prostituye para sacar adelante a su madre y hermanos, víctimas del abandono de su padre alcohólico, y también pesa, entre otras, Yelizaveta, la inocente y servicial hermana de la usurera, víctima de una muerte absurda.
Kulidzhanov, se propone ser muy fiel a la novela y su película se extenderá por 3 horas y 41 minutos que nos mantienen plenamente atrapados, logrando que ésta se convierta en la calificada versión que los propios rusos querían hacer de su grandiosa obra. La puesta en escena también es muy cuidada, la fotografía, en blanco y negro de, Vyacheslav Shumsky, consigue un ambiente de remembranza perfecto… y esa música breve y chirriante, que solo entra en momentos de tensión, completa un juego de imágenes donde nada sobra y todo tiene un lugar muy efectivo.
Esta es la clase de historia donde cada personaje cobra vida y las actuaciones son tan efectivas que, a ratos, se tiene la impresión de que lo ocurre en pantalla está sucediendo en la realidad.
Sin duda, Lev Kulidzhanov nos ha dado una obra maestra.
Tres frases para nunca olvidar:
La pobreza no es vileza, pero, la indigencia suele volverse un vicio.
Todo está al alcance de las manos del hombre… si lo deja pasar de largo es solo por cobardía.
Con cosas insignificantes es como se atrapa a los individuos más listos. Cuanto más astuto es un delincuente, menos recela de que lo puedan atrapar por ciertas nimiedades. Al hombre más listo hay que agarrarlo con las cosas más sencillas.