Cosas que nunca te dije
Sinopsis de la película
Don es un vendedor de casas que en su tiempo libre presta servicio voluntario en el Teléfono de la Esperanza. A Ann, que trabaja en una tienda de artículos de fotografía y vídeos, su novio le ha dicho que ya no la quiere y que desea cortar la relación. Para intentar recuperarlo, ella graba una cinta de vídeo donde le cuenta cosas que nunca le dijo. Las vidas de Don y de Ann, al cruzarse, experimentan cambios fundamentales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Things I Never Told You (Cosas que nunca te dije)
- Año: 1996
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
7.1
95 valoraciones en total
Esta película es especial para mi. Me recuerda el amor, el desamor, la esperanza, la desesperanza. Por eso siento que la película de Isabel Coixet puede llegar a otras personas como le ha ocurrido a un servidor, y es por eso que la recomiendo a todo el mundo.
Cosas que importaron en mi vida…
Un beso. Fue por error, en la boca, y sonreíste.
Una película. Una tarde en el cine. Cuando me hablaste al oído.
Una fotografía. Una noche sin dejar de llorar.
Un sueño. El de creer que podíamos estar juntos.
Aquellas cosas que nunca te dije…
Lo mucho que te quería hasta que ya fue demasiado tarde.
El tiempo que desperdicie haciendo otras cosas, dejando de lado lo importante de verdad.
Como me hice daño a mi mismo al no intentar entrar en tu mundo o al intentarlo.
Las veces que he recurrido a tu recuerdo para no perder la razón.
Las veces que he querido coger el teléfono y llamarte, buscando la esperanza perdida en mi vida, buscando tu voz, tus palabras, tu compañía.
No puedo considerar a esta película una mala película, tiene muchos detalles interesantes. Como puede ser la labor de los protagonistas, el creíble papel de Andrew McCarthy nadie lo duda, o la digna interpretación de Lili Taylor.
Comienza la película con una rápida sucesión de planos, con la voz en off de Andrew reflexionando sobre los puntos sobre los que va a tratar el film, la felicidad, la desesperación, el amor, la casualidad. A nivel técnico es posible que sea la parte más impactante de la película.
Es una historia bien narrada, sin sensacionalismo barato, pero que posee una atmósfera fría y algo hueca, porque no todos los diálogos se hacen creíbles, muchos son demasiados enrevesados con reflexiones demasiado complejas para la espontaneidad de la vida real. Resulta fría porque Coixet tiene una manía, podemos titularla la manía coixetiana ,tiene la mala costumbre de aplicar perlas de ironía mal puestas en historias con desarrollo dramático intenso(1º. Ver Spoiler). Me parece correcta su postura vital, su pose continua, sus gafas de pasta rosa, me parece perfecto porque no tengo que vivir con ella, pero cuando consigue interesarme y emocionarme una parte de una película suya, me sienta especialmente mal que aparezca lo coixetiano o el toque coixet a reventarme buenas películas.
Luego, se puede tener poco presupuesto, no pasa nada, pero cutre es lo último que se puede ser, no sé, que aparezca un micrófono en medio de una escena dice mucho de la seriedad de la película.
En la película hay momentos grandiosos, como puede ser el recurso de las grabaciones que Lili le manda a su ex en Praga.(Ver spoiler 2)
Los secundarios tienen un papel acertado en muchos momentos, sobre todo cuando comparten escenas con los protagonistas. Pero cuando adquieren vida propia y viven pequeñas subhistorias en la película simplemente sobran, hay que eliminarlos(Ver spoiler 3)
El giro final no me parece un error ni un acierto, simplemente me deja indiferente.
Definitivamente yo no entiendo el entusiasmo que el cine de Isabel Coixet despierta entre la intelectualidad de este país. A excepción de La vida secreta de las palabras, que para mí es su única película buena, el cine de la catalana angloparlante me parece -con perdón- un engañabobos: muy de diseño, muy chic y muy snob, tan limpio, tan recto, tan frío, tan pulcro…, pero inconsistente, malo y falaz como un duro de cartón… Y lo bonito, a qué engañarnos, no es necesariamente bueno. A mí me parece que las películas de la Coixet, que personalmente no me cae antipática, se obstinan tanto en parecer profundas como absolutamente huecas resultan ser al final, con esa peripuesta pseudointelectualidad de manual, construida a base de frases aparentemente sutiles, hermosas y sesudas que no resisten el pensarlas dos veces: cuando te las repites en la cabeza caes en la cuenta de que son rotundas tonterías, vacuidades con forma pero sin fondo…, vaguedades tan etéreas y futiles como las nubes, o mejor, como el olor de las nubes…, ¿a qué huelen las nubes?… Así que, como anuncio de hora y media, pase esta Cosas que nunca te dije, pero yo sigo viendo un gato donde quieren venderme una liebre…
Probablemente la mejor película de Isabel Coixet, y sin embargo la gran desconocida en su filmografía. Para el gran público existen Mi vida sin mi y La vida secreta de las palabras… y ya. En Cosas que nunca te dije (más que en Demasiado joven para morir viejo), la Coixet sienta las bases de un estilo (su narrativa, sus encuadres, sus guiones) que ha acabado por conquistar…
Una historia de quedarse callados, sobre esas pequeñas cosas de la vida cotidiana, que en silencio van conformando la historia de amor de Ann y Don, dos seres tremendamente desilusionados, inmersos en una apatía que les impide buscar cualquier salida. A pesar del pesimismo que destilan los personajes, al final deja una puerta abierta a la esperanza, a los sueños. Fantástica.
Es una obviedad, pero se sabe que las cosas que nunca decimos suelen ser más importantes. Por eso, cuando alguien se va o se apaga en nuestras vidas, lo primero en qué pensamos es en las palabras que deberíamos haberles dicho mientras tuvimos la oportunidad. Cosas que a veces parecen estúpidas pero que para nosotros fueron esenciales y que parecen tan fáciles cuando las piensas y se atascan en la garganta cuando tratas de expresarlas.
Aquí, tú, yo o cualquiera somos Lili Taylor, una criatura a la deriva después de una ruptura amorosa. Ni siquiera llegamos a ver al novio prófugo, porque a Coixet no le interesa la persona, sino lo que representa, el punto de partida que proporciona. Al principio, ella se queda paralizada, llora, intenta suicidarse y de pronto, un día del tipo fútil, se topa con la idea que la devolverá al mundo sin que ella lo sepa: comprar una cámara de vídeo y grabarse diciendo todas las cosas que nunca le dijo a su pareja cuando estaban juntos.
Y lo curioso es que la mayoría son chorradas, chistes malos, comentarios sobre gente a la que conocían, autocompasión, ironía, arrebatos de rabia, pero hay que revolver en la maraña para encontrarse con lo que en realidad se está queriendo decir: que es, más o menos, un me arrepiento de no haberte demostrado de todas las maneras posibles que te quería para que te quedases conmigo .
Lo más bonito de esta historia es que no es peliculera. Ann, la protagonista, sufre un montón, pero también conoce gente de todo tipo, vuelve a reírse, vuelve a disfrutar de las cosas, comparte penas con otros naúfragos y deja abierta la puerta para volver a enamorarse y nos demuestra que a pesar de los momentos jodidos, es la vida la que se abre paso hacia nosotros aunque a veces nosotros no queramos abrirnos paso hacia la vida.
Esta pequeñita película, la mejor de Coixet por ser la más sencilla, es la única de las suyas que nos creemos porque es sincera. Además nos da la oportunidad de resarcirnos por todo aquello que no dijimos. No es un gran consuelo, quizás, pero ayuda.